Bariloche tiene más de 1.000 focos forestales por verano

La imprudencia suele ser el origen de todo incendio forestal. Luego, combatirlo requiere una combinación de equipos, brigadistas con experiencia y mucha suerte.

INFORME ESPECIAL | INCENDIOS FORESTALES

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Durante la última década se multiplicaron los recursos y equipos para combatir los incendios forestales en la región del Nahuel Huapi y paralelamente los focos intencionales crecen en forma alarmante, superando el millar por verano. La inmensa mayoría son intencionales y tienen origen en las inmediaciones del ejido urbano. Son combatidos por los brigadistas del Splif, Parques Nacionales, Bomberos Voluntarios y Defensa Civil.

Durante el verano pasado se combatieron 1124 focos, la mayoría de los cuales pudieron apagarse en forma rápida. Merced a las campañas de prevención disminuyeron en gran medida los incendios originados por acampantes y excursionistas, ya que en general no se encienden más fuegos y los que lo hacen (en infracción) se encargan de apagarlos correctamente.

En Bariloche funciona la sede del Sistema Nacional de Manejo del Fuego, dependiente de Nación, que durante el verano pasado asignó tres helicópteros y nueve aviones bomberos para la Patagonia. Un helicóptero y tres aviones tuvieron sede en Bariloche. El delegado local, Norberto Rodríguez, afirmó que no están aún confirmados los equipos para este verano pero estimó que los medios aéreos serán similares a los disponibles durante la temporada pasada.

Si bien los medios aéreos no son los ideales, sí hay buen equipamiento para las brigadas terrestres. Tanto Parques Nacionales como el Splif poseen unidades 4×4 y variedad de motobombas y equipamiento para los combates pedestres.

Parques Nacionales organizó su brigada contra incendios forestales en la época de María Julia Alsogaray, después de los graves incendios de los años 90. Dos décadas después, el organismo tiene un cuartel central de operaciones en el Varadero, con helipuerto junto al lago y una subsede en los Rápidos y otra en Villa La Angostura.

El grupo es dirigido por Pedro Curuhual, quien en los últimos años optimizó el funcionamiento y logró una excelente complementación con otros organismos. El ICE, Incendios Comunicaciones y Emergencias, no solo se ocupa de los incendios forestales en jurisdicción de Parques, también realizan búsquedas de personas extraviadas, rescate de accidentados y tareas técnicas de comunicaciones y meteorología.

Durante el verano integran el ICE 60 personas bien equipadas y con una variada planta de vehículos y materiales. La temporada pasada, en zona de Parques hubo solo cuatro focos de incendios forestales.

A cargo del organismo provincial está Patricia Montenegro, quien dispone durante los veranos de un equipo de 79 personas, 4 de planta y 75 contratados. En la actualidad comparten sede con la Dirección de Bosques, en la calle Pasaje Gutiérrez, mientras aguardan se construya el prometido cuartel central en el predio de Piscicultura. La obra no superó la etapa de anuncios y anteproyectos, realizados por el gobierno radical.

Otro de los reclamos que tienen los brigadistas del Splif es la sanción de una ley provincial que regule su trabajo, a semejanza de lo que tienen sus pares en Chubut. Actualmente se rigen por dos leyes afines a los trabajadores del Estado, pero que no es aplicable al trabajo temporal en situaciones de riesgo.

El grupo local, que trabaja en forma coordinada con el que está en El Bolsón, tiene buenos vehículos y elementos de combate terrestre. En septiembre, el gobernador rionegrino entregó dos camionetas 0 kilómetro 4×4, una para cada delegación.

Pablo Cavalli, jefe de Defensa Civil en Bariloche, con amplia experiencia en incendios, ya que fue bombero en el cuartel Melipal, dijo que “lo más positivo es que todos los grupos trabajan en forma coordinada y se complementan muy bien”. Reconoció que el equipamiento ha mejorado mucho pero que sufre desgaste y debe ir reponiéndose.

En lo que respecta al clima, los entrevistados explicaron que mejoró mucho la situación en la estepa, donde las lluvias y nevadas fueron mayores a las de los últimos años. Esto beneficia en particular a la sufrida ganadería. En materia de incendios, hay más pastos, pero también más agua. Por su parte en la zona cordillerana las nevadas no fueron muy abundantes y se estima que para enero la mayoría de las montañas estará sin nieve.


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