Domar el déficit y la deuda pública, el desafío de Gennuso

La deuda exigible que acumula el municipio alcanza los 250 millones de pesos y alrededor de la mitad son compromisos con acreedores “institucionales”, entre los que se destaca la AFIP, con unos 60 millones.

El pasivo se completa con incumplimientos reclamados por el Soyem (otros 40 millones), la Cooperativa de Electricidad (14 millones) y un largo listado de proveedores, que en conjunto acumulan facturas impagas por 125 millones de pesos.

El secretario de Hacienda, Diego Quintana, dijo que el monto de la deuda no es significativo en relación con el presupuesto del municipio (1.729 millones de pesos). Pero el parámetro más realista es el que tiene que ver con la capacidad de repago, y en eso el municipio enfrenta un panorama oscuro.

Según Quintana, el déficit operativo, que refleja la brecha entre ingresos y egresos corrientes, varía entre los 10 y los 15 millones mensuales. Consecuencia directas de ese cuadro es la decisión de pagar sólo los salarios netos y postergar el depósito de las retenciones, lo cual engrosa la deuda con el Soyem y con la AFIP, por la deducción de Ganancias que se practican a los empleados y funcionarios. También debido a ese rojo el municipio se financia mes a mes con descubierto bancario en sumas que superan los 30 millones de pesos.

Otra derivación del déficit, reconoció Quintana, es el tortuoso trato con los proveedores. “Salvo alguna excepción, el municipio no tiene cuentas corrientes y paga con un atraso promedio de 60 días”, afirmó. Esa incertidumbre genera que muchos comerciantes se nieguen a sumar al municipio como cliente. “Por todo esto, la realidad es que se compra mal”, aceptó Quintana.

Actualmente el recurso corriente compuesto por la recaudación propia y la coparticipación promedia los 100 millones de pesos mensuales. El pago de salarios absorbe más del 82% de esa suma.

El intendente Gennuso dijo en su discurso de apertura del año legislativo que su propósito es cerrar la gestión con los números bajo control. “Me gustaría que a fines de 2019 podamos decir que el municipio está equilibrado”, señaló ese día.

Cuando “Río Negro” le pidió una cuantificación de esa meta habló de “estabilizar la deuda”, con una tasa de crecimiento inferior a la inflación, y llevar el gasto en salarios al 65% del total. Para lograrlo sin aplicar un ajuste severo no le queda otra que aumentar los ingresos. Gennuso dijo que el esfuerzo recaudatorio es constante y refirió como ejemplo que los vecinos del barrio privado Arelauquen (el más grande de la ciudad) debían en conjunto 6 millones de pesos de la tasa de Servicios. “Intimamos y apenas se cobró el 20% de esa cifra –agregó–, el resto ya lo enviamos a ejecución judicial”.

En relación a la deuda, Quintana brindó un panorama general pero se guardó los datos sobre el incumplimiento con la AFIP. Dijo que no los haría públicos porque el municipio recibe un trato preferencial, que está negado a los privados en la misma condición. Este diario, sin embargo, pudo estimar que el pasivo con el organismo recaudador federal no baja de los 60 millones de pesos. La deuda con el Soyem está en vías de compensación, que el municipio espera cerrar con la cesión de terrenos sobre la calle Mange para construir un plan de viviendas. Con la CEB también está avanzada la negociación para saldar la deuda de 14 millones mediante un plan de pago a largo plazo.

Lo que debe pagar