Barreras para contener el virus y reactivar la economía
Alejandro Nicola *

Una de las pocas certezas en torno a la pandemia del coronavirus es que la crisis sanitaria no se resolverá en el corto plazo. Está claro que en aquellos países que tuvieron contagios bastante más temprano que la Argentina aún están sufriendo las consecuencias, y en algunos casos continúan con confinamiento social. Aún no se sabe de qué forma ni cuándo se saldrá de esta situación.
Nuestro país, que ya lleva 30 días de aislamiento social preventivo y obligatorio, tomó precauciones de forma anticipada y ha logrado tener un bajo nivel de contagio, lo cual es muy positivo. Pero si el aislamiento se prolonga en el tiempo, el impacto en la sociedad y en la economía será contraproducente.
Necesitamos iniciar procesos en diversas facetas de la vida cotidiana para adaptarnos y convivir con la pandemia, gestionando fronteras para que el nivel de contagio se mantenga controlado. Hay fronteras de carácter individual, como el uso obligatorio de tapabocas o barbijos, pero también nos debemos ocupar en construir vallas de contención en nuestro hogar, en los barrios, en las ciudades, en las provincias o regiones y a nivel país.
Desde cada una de las esferas en que nos movemos debemos pensar qué aportes podemos hacer.
Quiero hacer énfasis en una actividad que es central para movilizar rápidamente los engranajes de la economía en épocas de crisis: la construcción. La obra pública está exceptuada del aislamiento social y se está llevando adelante a nivel nacional, provincial y municipal.
Quienes tenemos la responsabilidad de gestionar la obra pública hemos trabajado en la elaboración de protocolos de actuación que privilegian la cuestión sanitaria. Pero hoy tenemos una importante cantidad de obra privada totalmente paralizada, y es por ello necesario elaborar planes de acción junto con las empresas constructoras, los Colegios de Arquitectos e Ingenieros, el gremio de la UOCRA, funcionarios públicos y expertos en epidemiología.
Es importante trabajar en tres ejes centrales para reactivar ese sector de la economía con el menor riesgo posible:
1. Capacitación: es importante capacitar a los trabajadores de la construcción para que conozcan de qué manera se propaga el virus y cómo prevenir su contagio. Si un obrero recibe instrucción por parte de profesionales de la salud antes de iniciar una obra, no sólo se sabrá cuidar a sí mismo sino que también será un agente multiplicador de ese conocimiento hacia su familia.
2. Prevención: es necesario establecer protocolos de metodología de trabajo, promoviendo el uso de elementos de protección (guantes, barbijos, máscaras), y aseo personal y de las herramientas, así como también determinar el distanciamiento en el espacio laboral.
3. Control: actores del sector como los jefes de obra, capataces y delegados gremiales deben responsabilizarse de la aplicación de los protocolos de trabajo. También pueden aplicar medidas como la medición de temperatura corporal de los operarios antes y durante la jornada laboral para identificar sintomáticos.
Cada ciudadano, desde su lugar en la sociedad, así como los diversos sectores económicos deben realizar aportes para adaptarse a una nueva realidad con la que habrá de convivir por un tiempo. No sólo es importante tomar consciencia, sino también pasar a la acción identificando riesgos, y planificar planes y protocolos para evitarlos.
En la medida que se pueda reactivar la economía conteniendo los contagios, podremos decir que el gran esfuerzo que hacen millones de argentinos -los que están en actividad y los que permanecen en sus casas- habrá valido la pena.
* Secretario de Coordinación e Infraestructura del Municipio de Neuquén
Alejandro Nicola *
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