Bicentenario de la muerte de Güemes, el “general gaucho”


Conforme lo estableciera la Ley 27258, el 17 de junio los argentinos recordamos el bicentenario del fallecimiento de don Martín Miguel de Güemes, pero ¿Sabemos realmente quién fue este prócer, tardíamente reconocido en ese carácter, y cuál el derrotero de vida que lo entronizó como tal? Veamos.

Nacido en Salta en 1785, advirtiendo a temprana edad su pasión por la carrera militar, se incorporó, con 14 años recién cumplidos, como cadete a la Compañía del Tercer Batallón del Rey Fijo de Buenos Aires, destacado en Salta, cuerpo que con motivo de las Invasiones Inglesas fue convocado de urgencia a la ciudad del puerto. Tuvo destacada actuación en esa lid, lo que le valió el ascenso a subteniente.

Regresó a su tierra natal, desde donde abrazó la causa surgida tras los acontecimientos de Mayo de 1810, creando un escuadrón de caballería en apoyo de las fuerzas criollas. En agosto de 1810, partió de la ciudad de Salta a la cabeza del escuadrón denominado Partida de Observación y en la Quebrada de Humahuaca interceptaron las comunicaciones de los realistas facilitando así el avance del ejército enviado por la Primera Junta. Luego, el 7 de noviembre de 1810, sus tropas vencieron en Suipacha a las fuerzas españolas, dejando libre la ruta del Alto Perú. Mas cuando nuestros hombres fueron derrotados en Huaiqui en junio de 1811 asistió y escoltó a Juan Martín de Pueyrredón ayudando a la recuperación de los peculios en poder de los realistas.

En 1814, José de San Martín, al hacerse cargo del Ejército del Norte, lo puso al mando con el grado de teniente coronel de la Avanzada del Río Pasaje, hoy Juramento, ya que Salta y Jujuy estaban ocupadas por los realistas, a quienes derrotó en Puesto del Marqués.

El 15 de mayo de 1815, por el clamor popular, fue elegido por el Cabildo local gobernador de Salta, unidad política que comprendía también a Jujuy y a Tarija, cargo que ostentó hasta 1820, tras ser reelecto en 1818.

El 22 de marzo de 1816 zanjó sus diferencias con el gobierno central y suscribió con Rondeau el Pacto de los Cerrillos, a lo que San Martín, por ese entonces gobernador de Cuyo expresó que “más de mil victorias he celebrado la mil veces feliz unión de Güemes y Rondeau… con una salva de veinte cañonazos, iluminación, repiques y otras mil cosas”.

Declarada nuestra Independencia nacional en julio de 1816, se alineó bajo el plan estratégico de San Martín y Belgrano, llevando a cabo acciones que le valieron reconocimientos políticos y militares. En este último aspecto fue ascendido al grado de general.

Sin embargo, rencillas internas desgastaron su acción y su gestión y una traición hizo que sea emboscado por tropas realistas y herido de muerte, la que aconteció, tras días de agonía, el 17 de junio de 1821 en Cañada de la Horqueta, en su Salta natal. Al día siguiente fue sepultado en la Capilla de El Chamical.

Previo a morir encomendó al coronel Jorge Enrique Vidt que lo reemplace y prosiga la lucha contra los españoles hasta el triunfo definitivo, por ello se puso de inmediato sitio a Salta, para que días después el enemigo se retirara para no volver.

El 14 de Noviembre de 1822, el gobernador José Ignacio Gorriti, trasladó los restos a la Catedral de Salta, diciendo las palabras que lucen al inicio.

Así, en prieta síntesis, la vida de un patriota ejemplar, referente en el norte de nuestro país de la Revolución iniciada en Mayo de 1810. Por ello pido que al rememorarse el bicentenario de su muerte lo expuesto dé marco a nuestro recuerdo y nuestra memoria.

* Presidente de la Junta de Estudios Históricos del Neuquén. Miembro correspondiente del Instituto Güemesiano de Salta.


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