Bisordi: 'Kirchner va pasando de una república a una dictadura'

El titular de la Cámara Nacional de Casación Penal, Alfredo Bisordi, afirmó ayer que el presidente Néstor «Kirchner, paulatinamente, va pasando de una República a una dictadura» y contó que un supuesto representante del diputado oficialista Carlos Kunkel le advirtió que renunciara «porque en caso contrario iba a sufrir persecuciones».

Bisordi contó que hace dos meses compartió una cena con Kunkel, el vicario castrense Antonio Baseotto, el ex ministro de la Corte Suprema de Justicia Adolfo Vázquez, y otras personas entre las que se encontraba una a la que identificó como Rodolfo Alvarez, quien «tiene una relación aparentemente profesional» con el diputado y, hace muy poco, le sugirió que renunciara para evitar «persecuciones».

Kunkel es miembro del Consejo de la Magistratura y motoriza la investigación que ese organismo tramita contra el titular de Casación y otros tres jueces del tribunal.

«Me llegaron sugerencias de parte de una persona que, a mí me consta, conoce al diputado Carlos Kunkel, que es uno de los que está fogoneando este pedido de enjuiciamiento político desde el Consejo de la Magistratura», contó Bisordi a radio América.

Denunciado por presuntas dilaciones en los juicios por los crímenes de lesa humanidad cometidos en la última dictadura militar, Bisordi mantiene un público enfrentamiento con el gobierno desde que el presidente Néstor Kirchner reclamó el 24 de marzo pasado al Consejo que «proceda» contra los jueces de Casación acusados de obstaculizar las causas por violaciones a los derechos humanos.

Recusaciones varias

Bisordi recusó a Kunkel, a otros cuatro consejeros kirchneristas y a Santiago Montaña, representante de los abogados en el organismo que podría acusar al camarista ante el Jury de Enjuiciamiento, con miras a su posible destitución.

En los próximos días el Consejo notificará a Bisordi su decisión de rechazar las recusaciones, dijeron fuentes del Consejo.

El sábado pasado el camarista amuralló su casa particular para atenuar los efectos del escrache que realizó allí la asociación H.I.J.O.S., por sus dichos a favor de la dictadura. (DyN)