Boca venció a Newell’s y quedó a un paso del campeonato

Bajo un diluvio y con un marco espectacular, el Xeneize sumó tres puntos claves y alcanzó las 53 unidades para escaparse a 6 de Godoy Cruz. Para ello, superó 3-1 a un flojo Newell’s en condición de local.

Si hubiera que resumir el partido de Boca, tranquilamente podría decirse que fue más bien una muestra de por qué aún hoy es el único líder del torneo.

Es que Boca fue un equipo sin demasiadas ideas, pero así y todo propuso más que su rival, un Newell’s apático y desordenado. Lo mejor del Xeneize fueron sus individualidades, caso Pavón o Ábila, pero de vez en cuando (y el segundo gol fue la muestra) se encendía la lamparita y parecía que el funcionamiento colectivo podía aportar una solución. Y de yapa, al igual que en el torneo, no faltaron los errores propios que le dieron una vida más al resto y que lo condenaron a Boca a sufrir hasta el final, como aún hoy hace a falta de 3 partidos.

Hasta el primer tanto Xeneize fueron más las especulaciones de los dos conjuntos que las certezas que mostraron en cancha. Para decirlo en pocas palabras, el partido fue un bodrio. Y en ese bodrio, Boca fue apenas un poquito más por tenencia de balón y por ímpetu ofensivo, algo lógico por contexto y por nombres.

El desequilibrio llegó recién a los 27, cuando en su enésimo arranque Cristian Pavón apiló rivales y (sobre todo) bancó con el cuerpo para escaparse por izquierda y habilitar a Wanchope Ábila. El delantero definió con el arco vacío y desató la explosión de La Bombonera, que pedía por un campeonato que nunca le queda cómodo al Xeneize.

Tras el tanto hubo un bache de 10 minutos, en el que el local dominó la pelota pero sin ideas claras y la visita intentó a adelantarse en el terreno sin conseguir demasiado éxito.

Sobre los 37, el equipo de los Mellizos organizó una linda jugada colectiva y todo derivó en un centro de Jara que Ábila empujó a la red de cabeza, estampando así el 2-0. Parecía que la cosa quedaba fácil para Boca, pero si llegó hasta aquí sufriendo no iba a ser menos en un partido clave.

Y no lo fue, claro, porque dos minutos más tarde Fértoli recibió una pelota filtrada tras una recuperación de la Lepra en la salida del local y aprovechó la floja resistencia de Rossi para descontar y volver a dejar las cosas con una diferencia mínima.

El complemento comenzó con una tónica distinta, porque Newell’s se animó a salir del fondo y empezó a buscar el empate. Sin embargo, cuando mejor estaba la Lepra, el puntero sacó a relucir su resiliencia.

Una vez más fue Pavón quien se cargó la situación al hombro y dio la cara por Boca. Porque a los 14, el extremo encaro por izquierda y cuando parecía que largaba el centro, fusiló a Ibáñez para poner el 3-1 y traer tranquilidad a toda la gente.

No pasó mucho más de allí en adelante. Newell’s se resignó a esperar el final del encuentro, y Boca tampoco quiso arriesgar demasiado, aunque contó con alguna chance más sobre el cierre, cuando Buffarini sacó un misil que se estrelló contra el palo derecho de Ibáñez.

Sin mostrar demasiados méritos, Boca exhibió todas las credenciales del líder. Fue efectivo, se repuso cuando la cosa se complicó y ganó cuando había que ganar. Más por constancia que por regularidad (no es lo mismo, claro está), el Xeneize dejó en claro que quiere dar la vuelta. Match point, Guillermo.

Cristian Pavón fue el punto más alto del Xeneize, que se sostuvo más por rendimientos individuales que por el escaso funcionamiento colectivo.

De a poco, Wancho agarra ritmo