1930: la paranoia del teniente coronel Julio Paterson sacude a Neuquén

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Los hechos del pasado neuquino se pueden reconstruir en base al invalorable aporte del Archivo Histórico municipal y/o provincial y al estudio de afamados historiadores que analizaron el hecho que le tocó transitar al territorio neuquino en septiembre de 1930, cuando el golpe militar del teniente general Evaristo Uriburu derrocaba al entonces presidente de la Nación, don Hipólito Yrigoyen.

Entre ellos merece especial mención don Ernesto Bohoslavsky, quien investigó cómo la Patagonia fue siempre un lugar disputado y codiciado por Argentina y Chile, y en donde se produjeron hechos conspirativos debido a que fructificó la idea del complot al interpretar que el país vecino se “apropiaría de la Patagonia”.

En el año citado el entonces pequeño Territorio Nacional del Neuquén –con una población de cerca de 2.000 habitantes– se vio conmovido por el levantamiento un teniente coronel , en esa ocasión interventor, contra las conspiraciones yrigoyenista y antiyrigoyenista que se estaban pergeñando a nivel nacional.

En ese momento, el teniente del Ejército Julio Paterson Toledo obtuvo el control armado de la ciudad y detuvo a un grupo de habitantes de la población local porque creía que se estaba desarrollando una amplísima conspiración dirigida por políticos del régimen anterior y tropas chilenas.

Durante tres días de turbada actividad, Paterson fue acompañado por individuos y grupos que le dieron afirmación a sus discursos. En esos tiempos el territorio neuquino tuvo durante largo tiempo una orientación económica encauzada más hacia Chile que al Atlántico y fue ocupado gradualmente por corrientes migratorias provenientes de otras provincias y del sur chileno. Es así que en las regiones cordilleranas hubo predominancia de la población chilena que trabajaba en el campo.

Cuando en los primeros años del siglo XX arribó el Ferrocarril del Sud comenzó el vínculo entre el territorio y Buenos Aires.

Neuquén se encontraba desde 1928 sin gobernador dado que el presidente Yrigoyen no había hecho el nombramiento correspondiente.

El inspector Amadeo Delfino estaba a cargo del despacho y ejercía a efectos legales el cargo de gobernador.

La intendencia de Neuquén estaba controlada por el radicalismo desde la victoria electoral de su candidato Martín Ardenghi en abril de 1930.

Uno de los más exaltados con esa noticia fue el jefe del distrito militar 25, Julio Paterson, quien le manifestó al comisario local que se había instalado una nueva situación política en la Nación.

Había cambiado el presidente en Argentina, pero en Neuquén todavía se seguía teniendo un gobernador y un intendente alineados con Yrigoyen.

Por esa razón, Paterson y otros políticos organizaron una movilización para exteriorizar su adhesión al nuevo orden.

Rumores

La noche del 8 de septiembre hubo alarma entre la población neuquina pues los radicales hicieron correr la voz de que podía revertirse el avance de los golpistas.

Los rumores de que las fuerzas disidentes se rearmaban en Buenos Aires movieron al gobernador a designar a Paterson también como jefe de Policía del Territorio.

En la madrugada del 9 de septiembre llegó un telegrama del general Uriburu comunicando que no se estaba desarrollando ninguna contrarrevolución sino que se trataba de una falsa alarma generada por radicales. La madrugada del 10 se allanó un hotel en búsqueda de los supuestos participantes de la conspiración.

Un testigo de la época don Pascual Rosa escribió “el 11 de septiembre de 1930 se enloqueció el teniente Paterson que había tomado el mando del Neuquén por orden del gobierno provincial, ordenó que se pusieran presos a todos los que encontraba a su paso, niños, mujeres, amigos y enemigos; tiraba andanas de tiros, felizmente no hubo desgracias personales”.

El trastornado obrar de Paterson pudo controlarse cuando lo derribó el cansancio físico.

Sucesos neuquinos que son parte de la gran historia que escriben sus pobladores.

Beatriz Carolina Chávez

DNI 6.251.256

“Tras el golpe, controló la ciudad y detuvo a personas porque creía en una conspiración dirigida por políticos del régimen anterior y tropas chilenas”.

“En la madrugada del 9 de septiembre un telegrama de Uriburu señaló que no había contrarrevolución, sino una falsa alarma creada por sectores radicales”.

Beatriz Carolina Chávez

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“Tras el golpe, controló la ciudad y detuvo a personas porque creía en una conspiración dirigida por políticos del régimen anterior y tropas chilenas”.
“En la madrugada del 9 de septiembre un telegrama de Uriburu señaló que no había contrarrevolución, sino una falsa alarma creada por sectores radicales”.

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