Carta de un papá

Matías

CIPOLLETTI

Ya van casi 7 años que esta historia de terror empezó.
Será muy dificil olvidar todo lo vivido y principalmente lo que vi con mis propios ojos. Desde ese día comencé el camino judicial para que no me separen de mis hijas.
Por la actitud de la madre y al abuelo de las nenas todo se tornó muy, pero muy dificil.
Me perdi 7 navidades seguidas, 7 años nuevos, 7 cumpleaños, 7 comienzos de jardín y la escuela.
Se intentó por todos los medios negarme todo tipo de derechos, tanto míos como de mis hijas.
Se me acusó de todo lo que se puedan imaginar, al día de la fecha nada pudieron comprobar.
Sólo busco que mis hijas sepan la verdad, así son libres: papá no las abandonó jamás y tampoco lo va a hacer.
Son la madre, junto al abuelo, quienes no respetan los fallos de un juez de familia.
Son ellos los que al día de la fecha continúan con su relación a escondidas.
Yo no necesito esconderme porque no soy el responsable de tanto dolor y maldad.
No soy un papá ausente, no pienso abandonar a mis hijas, sólo busco que se sepa la verdad de una vez y así poder disfrutar el derecho que tengo como papá, junto a la felicidad de mis hijas.
No soy un papá ausente. ¡No soy el culpable, hijas!
Las extraño mucho y las amo con la misma locura de siempre.


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