Hay que defender las bibliotecas populares

Las Bibliotecas Populares tienen una antigüedad de más de 150 años en nuestro país. La Comisión Protectora de las Bibliotecas Populares (CONABIP) fue creada por el Presidente Domingo Faustino Sarmiento en 1870. Sarmiento ya preveía entonces que las bibliotecas, por el servicio que prestan y sus destinatarios, no pueden solventarse con fondos propios, porque resultarán insuficientes.

En 1986, al sancionarse la ley 23351, la misma crea el Fondo Especial para Bibliotecas Populares, que se integra con el 5% del gravamen de emergencia a los premios pagados en juegos de azar. Desde el año 2006, la CONABIP también participa de fondos del Presupuesto Nacional.

El 31 de diciembre de 2022 hubiera vencido el plazo previsto en la ley 27432 para la integración del Fondo mencionado y no hubiera tenido los ingresos previstos. La ley 27702, sancionada el 16/11/22, evito la caducidad del plazo y lo extendió hasta diciembre de 2027.

El Fondo especial, durante el año 2023, significó la suma de $ 859.820.823, a distribuir entre las más de 1500 bibliotecas del país, cifra que evidentemente es insignificante respecto del Presupuesto Nacional y del ahorro que con su supresión se pretende lograr.

Las Bibliotecas Populares inscriptas como asociaciones civiles sin fines de lucro y con la documentación en regla, perciben anualmente subsidios para Gastos Corrientes, compra de libros al 50% en cada Feria del Libro nacional, pago de gastos de internet y fortalecimiento institucional. Esto representó durante 2023 un total de aproximadamente 62.000.000 que ingresaron por esos conceptos a las diferentes bibliotecas rionegrinas registradas según la normativa vigente.

Las bibliotecas reciben además subvenciones del Gobierno de la Provincia de Río Negro y en algunos casos, como en Allen, un aporte ciudadano otorgado por ordenanza municipal, pero las cifras son significativamente menores.

Las bibliotecas ofrecen socios y usuarios, desde la infancia hasta la vida de adulto mayor, la posibilidad de acercarse a la lectura recreativa, investigar, participar de cursos, talleres, clubes de lectura y una enorme diversidad de actividades vinculadas a la cultura que desaparecerían sin financiamiento.

Señores legisladores de Río Negro, las Bibliotecas Populares están en riesgo de desfinanciamiento y disolución, desde el colectivo de las bibliotecas provinciales les pedimos que las salven votando para sostener la CONABIP y los fondos especiales que tiene adjudicados por la legislación vigente.

Por la Federación de Bibliotecas Populares de Río Negro
Sylvia Esther Osorio
18817292 – Presidente
María Teresa Seghezzo 10123253 – Tesorera