La Escuela N° 164 el CPEM 74 y el Jardín de Infantes ubicados en el paraíso: Caviahue

Hace unos días visité Caviahue, hermoso lugar que fuera finalista del Best Tourism Villages, certamen internacional que destaca a pueblos por poseer paisajes naturales y patrimonios culturales importantes y por la vinculación que tienen sus habitantes con actividades turísticas sustentables. La localidad recibió la certificación de tan importante distinción. La historia del lugar está relacionada con uno de sus principales atractivos, las Termas de Copahue.

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Este majestuoso lugar fue estudiado por numerosos médicos de los cuales veneramos a nuestro prestigioso profesor de la Universidad del Neuquén, Dr. Gregorio Álvarez, y al Dr. Enrique Coronel, entre tantos.

Ahora bien, indagando la documentación brindada por el CeDIE (Centro de Documentación e Información Educativa del Consejo Provincial de Educación), leemos que la escuela 164 está a punto de cumplir 39 años: fue creada el 10 de marzo de 1986. Tomó su número del establecimiento creado en 1964 en Paraje Lolog.

Ya en 1942, el Inspector Alemandri había escrito en sus informes -recordemos que, como Territorio Nacional, las escuelas neuquinas dependían del estado nacional- la posibilidad de establecer en el lugar un curso temporario de tres meses de duración para lo que sería necesario contar con algún refugio contra la intemperie para albergar a niños, al igual que a un maestro capacitado.

Para ello era necesario recurrir a la Dirección de Parques y Reservas Nacionales con el objeto de que se analice la posibilidad de construir en las Termas de Copahue el refugio que sirva de escuela. Una vez creada la escuela primaria, se le otorgó el padrinazgo a la Comisión de Fomento de Copahue –Caviahue. En junio de 2024, la escuela fue arrasada por un enorme incendio que destruyó sus instalaciones, como podemos apreciar en la foto que acompaña el escrito.

Tuve la oportunidad de conversar con pobladores del lugar, quienes sienten mucha tristeza por este hecho que puso de manifiesto muchas falencias. Hoy, la tragedia también se viste de la imposibilidad de una población que no puede enviar a sus hijos al establecimiento.

Es verdad que se habilitaron las instalaciones del Hotel del ISSN para que allí cursen niños de distintos niveles de manera conjunta, pero esta acción no puede acallar las preguntas que acuden cuando pensamos en esto: ¿se pudo evitar esta catástrofe? ¿las escuelas tienen el mantenimiento adecuado? ¿la caldera estaba en perfectas condiciones de uso? ¿la dotación de bomberos tiene suficiente equipamiento para hacer frente a realidades tan complejas? ¿se poseen camiones orugas? En la Provincia del Gas, ¿por qué aún se mantienen sistemas de almacenamiento como los zeppelin? ¿El sistema de electricidad no podría hacerse subterráneo? Suelen pasar muchas horas a oscuras.

Algunos testigos de la tragedia observaron cómo se congelaba el agua de las mangueras de los bomberos mientras trataban de apagar precariamente el incendio en la escuela, lo narraron con mucha angustia.

Cuando tomamos las fotos, el corazón se nos comprimió de tristeza al ver una caldera retorcida como hierro viejo y oxidado. Han transcurrido siete meses. Ahora estamos en época de receso estival, ideal para realizar y finalizar obras de restauración, de construcción y de conexión de los establecimientos educativos provinciales.

Sin embargo, las preguntas siguen aflorando: ¿no se puede agilizar los trámites para que comiencen las obras, tratando de forma urgente las licitaciones que las financien? Muchas preguntas, no sé si hay respuestas urgentes. Fortalezcamos la educación pública.

Hay tiempo antes del inicio del ciclo lectivo (para establecimientos marzo-noviembre): manos a la obra. Se los pide una profesora neuquina que dio su vida en las aulas, y la comunidad toda.

Beatriz Carolina Chávez.