Piden plata como si fueran Messi
Javier Genoud – DNI 17.506.130
GENERAL ROCA
Resulta casi irónico escuchar a los gobernadores hablar de “mirada federal” y de “eficiencia provincial”, cuando buena parte de la realidad demuestra todo lo contrario. Alberto Weretilneck, por ejemplo, que en boca de algunos aparece como visionario, es en los hechos el símbolo de la inoperancia.
¿De qué federalismo hablamos cuando Río Negro es una de las provincias con mayor presión tributaria sobre las PyMEs y al mismo tiempo arrastra déficits estructurales en salud, educación y seguridad? ¿De qué mirada estratégica se puede jactar Weretilneck si bajo su conducción la provincia sigue sin diversificar su matriz productiva y continúa dependiendo casi exclusivamente de la coparticipación y de transferencias nacionales?
Los números son claros: mientras en Neuquén se destaca una reducción de deuda del 27% y se destina el 17% del presupuesto a bienes de capital, en Río Negro la inversión en infraestructura no llega al 8% y los hospitales del alto valle o de la línea sur están en estado crítico.
A eso se suma el retroceso educativo medido por las propias pruebas Aprender, donde la provincia muestra indicadores por debajo de la media nacional. Y sobre el “puerto patagónico” que Figueroa le agradece, conviene recordar que el famoso Puerto de SAE (San Antonio Este) hoy funciona a media máquina, sin inversiones de envergadura, sin logística ferroviaria eficiente y con escaso impacto en el comercio exterior. Un proyecto estratégico abandonado en la práctica, que se usa más para la foto política que para transformar la economía regional.
Weretilneck, además, lleva más de 12 años alternando en el poder sin haber generado un plan serio de desarrollo provincial. La infraestructura vial es deficiente, el sistema de seguridad está desbordado y el turismo (que debería ser motor económico), sigue dependiendo de temporadas buenas o malas según el clima, sin una planificación integral. Mientras tanto seguimos con RN invierte, RN exporta, la agencia CREAR, la agencia de desarrollo económico de Río Negro (ADERN) y la agencia de turismo de Río Negro (ATUR).
Estas iniciativas reflejan un cambio estratégico en la política productiva de Río Negro, que en vez de orientar a una mayor articulación público- privada y a un desarrollo más descentralizado y sostenible, se orienta a cagarse en todas las necesidades primarias nuestras. En definitiva, hablar de federalismo y eficiencia desde la comodidad del Hotel Llao Llao es fácil. Lo difícil es gobernar con resultados concretos, cosa que a Weretilneck le queda demasiado grande.
Su legado hasta ahora se resume en atraso estructural, desidia y oportunidades desperdiciadas. La pregunta para la sociedad es: ¿queremos seguir escuchando frases hechas o vamos a exigir resultados concretos a quienes gobiernan hace más de una década?
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