Caso Muñoz: repasan el expediente para hallar cabos sueltos
Hace semanas que los investigadores vuelven sobre sus pasos para intentar entender qué fue lo que pasó. Creen que se encuentren nuevas pistas.
Caso Muñoz: repasan el expediente para hallar cabos sueltos
El equipo asignado a la investigación del homicidio del oficial ayudante de la Policía de Río Negro Lucas Muñoz, que encabeza el fiscal Martín Govetto, repasa desde hace varios días el voluminoso expediente para detectar posibles cabos sueltos que quedaron en el camino sin indagar. El objetivo es hallar algún indicio que permita avanzar en la identificación del autor o los autores del crimen del policía.
Eso explica, según comentaron fuentes con acceso a la causa, los allanamientos que se observaron esta semana y las declaraciones de testigos que se recibieron. Aunque no trascendió nada sobre el resultado de los allanamientos.
Las fuentes comentaron que hasta el momento no hay pruebas para establecer quién mató a Muñoz. Los mismos interrogantes que marcaron el inicio de la investigación siguen: no se sabe dónde estuvo cautivo durante 26 días ni tampoco porqué lo retuvieron y lo ejecutaron entre 12 y 24 horas antes de que hallaran su cuerpo el 10 de agosto pasado, en un descampado ubicado en las afueras de Bariloche.
Las fuentes indicaron que aún no se hicieron los estudios en el laboratorio regional de genética forense de Bariloche de los elementos secuestrados en el complejo de cabañas, que está situado en el barrio Nuestras Malvinas, perteneciente al dirigente vecinal Sergio Herrero.
Explicaron que esta semana supuestamente el juez de la causa Bernardo Campana dio las instrucciones precisas para hacer los estudios.
Según las fuentes, hay avances en la causa, pero se mantienen en absoluta reserva para no entorpecer la investigación.
Dijeron que sigue vigente la hipótesis que indica que en la desaparición de Muñoz y su posterior homicidio hubo intervención de policías. Eso explicaría los 26 días que Muñoz estuvo vivo sin pasar hambre y sin haber sido torturado.
Muñoz desapareció misteriosamente el 14 de julio pasado, cuando se dirigía a trabajar en la comisaría 42 del barrio 2 de Abril. El oficial, oriundo de la localidad de Ramos Mexía, vivía desde octubre de 2015 en Bariloche. Hallaron su cuerpo el 10 de agosto último con un tiro en la nuca y otro en la pantorrilla derecha. Estaba vestido con su uniforme, tenía su arma reglamentaria, documentación y su celular. El caso puso en apuros al gobierno provincial y estremeció la estructura de la Policía de Río Negro. Tres meses después, aún no hay imputados.
El complejo turístico que se allanó el viernes en la zona de Villa Mascardi siempre estuvo bajo la lupa porque había sospechas que indicaban que podían haber ocultado a Muñoz en ese lugar. Pero no se lo había allanado.
Las fuentes comentaron que el dueño de la Fiat Qubo secuestrada pidió su restitución, pero los querellantes quieren que sea sometida a nuevas peritaciones. El utilitario fue secuestrado el 16 de agosto pasado porque se pensaba que lo habían usado para trasladar a Muñoz, aunque las pericias no hallaron ningún rastro del policía.
Boris Hermosilla vendió la Fiat Qubo a una familia que se dedica a la compra y venta de automotores en el barrio El Frutillar. Hermosilla hoy está detenido imputado por un intento de robo calificado. El jueves se allanó su domicilio en busca de algún indicio, pero no se informó del resultado de esa diligencia.
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