Cervantes, mi pueblo, cumple 100 años
Por Loada Balmacedaloadabalmaceda@yahoo.com.ar
Cervantes cumple 100 años el próximo lunes.
Su historia no la escribo yo. Estoy dentro de su historia porque trabajé en la zona de chacras, durante 26 años en la escuela.Nº 31 de Colonia Rusa en su jurisdicción y vivo en el pueblo desde 1978.
Me parece tiempo suficiente como para saber de su gente de la que soy parte. Aquí todos nos conocemos y nos registramos como en una gran familia.
Tanto en lo político como en lo deportivo muchas veces nos manifestamos como contrincantes pero nunca como enemigos, aunque estos acontecimientos los vivamos con demasiada pasión. Somos solidarios, totalmente permeables ante el primer reclamo de ayuda o auxilio, al punto de olvidarnos de todos los enojos.
Sostengo que mi pueblo es “el jardín” dentro de las demás localidades vecinas, reconocida y admirada por su iluminación que da seguridad y belleza. Además, muestras claras del impulso permanente de progreso y bienestar que estamos experimentando por estos tiempos lo son los paseos, barrios, locales comerciales, centros educativos, sedes de instituciones, calles ya asfaltadas, espacios de juegos para niños e instalaciones deportivas y recreativas.
Nos destacamos también en el deporte y por la virtud adquirida como deportistas de nuestra gente. Para esto no importa la edad ni el esfuerzo que deba hacer, como tampoco la falta de recursos porque se las ingenian para obtenerlos. Sí se pone en juego el talento, nuestro deportista acepta con hidalguía los fracasos y festeja con humildad sus triunfos. Quizás, sea conveniente dar más apoyo a quienes sobresalen, especialmente cuando participan en representación de Cervantes en caracter de amateurs, a ponchazo y fieles a nuestro lugar.
Tenemos instituciones que han nacido con un temperamento inquieto, avasallador, desplegando obras y actividades sociales importantes y necesarias.
Me refiero a la Cámara de Comercios, la Asociación Chilena, la Dirección Municipal de Migraciones, el Club Social, Cultural y Deportivo “4 de Octubre”, que no sólo deben crecer sino preparar futuros sucesores para que se mantengan y se ennoblezcan con la participación activa y comprometida de sus integrantes, librándolas de banderías que, en lugar de favorecerlas las terminen perjudicando y desvanezcan su digno accionar.
Vale decir también que contamos con numerosas personas que están capacitadas para traer sugerencias y proyectos que abrirían nuevos campos de acción -siempre pensando en un futuro mejor-. En el caso de los jóvenes, ¿por qué no a la tecnicatura de Migraciones y otras que vendrían con ellas provenientes de la Universidad de Río Negro? Qué bueno sería un taller literario en la Biblioteca Popular. Cuánta jerarquía lograríamos con un instituto de enseñanza de artes, teatro, pintura, escultura, música y canto.
¿Qué nos falta? Remediar y/o agregar muchos aspectos de salud. Una mejora en este aspecto seguro que armonizaría con los adelantos en obras de construcción que registramos día a día.
De todos modos, tanto más se merece el pueblo. Muchas veces no alcanzamos esos sueños porque no se hacen público las ideas, otras porque no se insisten o no se comparten entre sus habitantes.
Pueblo de mis hijos, de mis nietos, mío y de muchos más, con el que debemos contribuir para que siempre sea el lugar que buscamos para vivir bien, con placer, seguridad, gusto y amor.
Así nos vayamos de viaje cinco, diez o cien veces siempre volvemos contentos a nuestro amado lugar.
Brindo con los lectores de “Río Negro” por los 100 años de Vervantes.
¡Felicidades!
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