“¿Chamán o psiquiatra?”

Por medio de la presente quisiera denunciar una irregularidad que está ocurriendo en nuestra ciudad y que tiene que ver con un reconocido psiquiatra. Hace algún tiempo llegué a su domicilio, donde tiene el consultorio, y fue grande mi asombro al presenciar la siguiente situación. Una señora de pelo castaño corto estaba esperando ser atendida cuando, de pronto, se escuchó una serie de gemidos provenientes de su consultorio. Los gemidos eran de una mujer, al parecer. Minutos más tarde, al ver que los gemidos no cesaban, el doctor procedió a decirle a la señora que estaba esperando que se retirara, dado que estaba “atendiendo” y que eso “iba para largo”. La señora se retiró y yo quedé esperando que me atendiera el médico. Alrededor de quince minutos después, la señora que el doctor estaba “atendiendo” salió tambaleándose del consultorio con un gran par de lentes negros, tomada de la mano de quien, al parecer, podría ser su hijo. Luego de entrar y después de algunos minutos de indagar al médico sobre sus prácticas, conseguí saber de qué se trataba todo aquello. El doctor me confesó que él practicaba en su consultorio “estados de conciencia ampliada”. De más está decir que el galeno perdió absolutamente toda credibilidad ante mis ojos. Apenas llegué a mi casa investigué acerca de este fenómeno llamado “estados de conciencia ampliada” y descubrí que era algo que usaban las monjas y los curas y que ahora usan los chamanes para realizar sus oscuras y ridículas ceremonias. Yo respeto todas las creencias, pero si quiero ir a un brujo, me busco uno y, si quiero ir a una iglesia a que me sane un cura o una monja, voy a una. Y en ninguna de las dos partes me cobran lo que me cobraba este doctor. María Paula Torreano, DNI 30.258.417 – Roca

María Paula Torreano, DNI 30.258.417 – Roca


Por medio de la presente quisiera denunciar una irregularidad que está ocurriendo en nuestra ciudad y que tiene que ver con un reconocido psiquiatra. Hace algún tiempo llegué a su domicilio, donde tiene el consultorio, y fue grande mi asombro al presenciar la siguiente situación. Una señora de pelo castaño corto estaba esperando ser atendida cuando, de pronto, se escuchó una serie de gemidos provenientes de su consultorio. Los gemidos eran de una mujer, al parecer. Minutos más tarde, al ver que los gemidos no cesaban, el doctor procedió a decirle a la señora que estaba esperando que se retirara, dado que estaba “atendiendo” y que eso “iba para largo”. La señora se retiró y yo quedé esperando que me atendiera el médico. Alrededor de quince minutos después, la señora que el doctor estaba “atendiendo” salió tambaleándose del consultorio con un gran par de lentes negros, tomada de la mano de quien, al parecer, podría ser su hijo. Luego de entrar y después de algunos minutos de indagar al médico sobre sus prácticas, conseguí saber de qué se trataba todo aquello. El doctor me confesó que él practicaba en su consultorio “estados de conciencia ampliada”. De más está decir que el galeno perdió absolutamente toda credibilidad ante mis ojos. Apenas llegué a mi casa investigué acerca de este fenómeno llamado “estados de conciencia ampliada” y descubrí que era algo que usaban las monjas y los curas y que ahora usan los chamanes para realizar sus oscuras y ridículas ceremonias. Yo respeto todas las creencias, pero si quiero ir a un brujo, me busco uno y, si quiero ir a una iglesia a que me sane un cura o una monja, voy a una. Y en ninguna de las dos partes me cobran lo que me cobraba este doctor. María Paula Torreano, DNI 30.258.417 - Roca

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora