Con apoyo internacional, se creará un vivero de plantas nativas en El Bolsón

Docentes y estudiantes de la Universidad Nacional de Río Negro llevarán a cabo la iniciativa en Cuesta del Ternero, donde hubo incendios. Por qué se enfocarán en la niñez.

Los incendios forestales ocurridos en 2021 afectaron 6.300 hectáreas en Cuesta del Ternero, El Bolsón, provincia de Río Negro. Produjeron la pérdida de plantas nativas y de otras implantadas.

Ahora, docentes y estudiantes de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN) trabajan en la restauración del bosque andino. Para eso, se construirá un vivero con financiamiento de una plataforma internacional.

“Presentamos un proyecto de trabajo social para que los estudiantes pudiesen participar en actividades de restauración ecológica. La idea es trabajar articuladamente con pobladores que fueron afectados por los incendios y plantear un programa de cómo restaurar y colocar especies nativas. La universidad lo aprobó. Se empezó a vincular con los pobladores y decidimos empezar a hacer la intervención en el campo. Después se relevó las especies, los paisajes de referencia, para que se volviera a la trayectoria del bosque natural, es decir, del andino patagónico”, explicó el doctor en Biología, Juan Ochoa, docente de la carrera de Licenciatura en Agroecología y la Tecnicatura en Producción Vegetal Orgánica de la UNRN.

El profesor contó a RIO NEGRO que a fines del año pasado se presentaron desde el grupo a una convocatoria de la comunidad global Global Landscapes Forum (GLFx), que trabaja con acciones de restauración forestal, y otorga fondos. Es una plataforma dirigida por el Centro para la Investigación Forestal Internacional-Centro Mundial de Agrosilvicultura (CIFOR-ICRAF), en colaboración con sus cofundadores PNUMA y el Banco Mundial, entre otros.

La iniciativa para El Bolsón ahora fue seleccionada y recibirá acompañamiento técnico y un capital de 5000 euros para llevarla adelante, que incluye un trabajo con los actores locales.

Con fondos de una plataforma internacional, se construirá un vivero para producir 1.000 plantas nativas por año para restaurar la naturaleza. Foto gentileza UNRN

Las otras acciones que recibirán fondos de la plataforma internacional son proyectos a favor del ambiente que se realizarán en Costa Rica, El Salvador, Guatemala y Perú.

“Lo que queremos hacer con este proyecto es complementar este trabajo de restauración a través de la producción propia de plantas: instalar en la Cuesta del Ternero un vivero de reproducción de especies nativas en el predio de la escuela rural 211 Lucinda Quintupuray”, profundizó Ochoa, que es también investigador en el Instituto de Investigaciones en Recursos Naturales, Agroecología y Desarrollo Rural (IRNAD).

Ochoa describió que en el vivero se reproducirán especies nativas como el ciprés de la cordillera, coihue, ñire, lenga, radal, maitén, pitra, entre otras.

Explicó que el proyecto que impulsan busca capacitar a pobladores de la zona en la reproducción de especies nativas, construir los invernaderos y los sitios de reproducción.

Además, se busca “articular con la escuela, ya que nos parece fundamental la educación ambiental, con chicos que participen de las actividades”.

Desafíos


Hacer una reforestación con nativas en esa zona tiene algunos puntos que lo hacen una tarea compleja. Ochoa señaló que el principal desafío en la zona es que se trata de un lugar de producción animal. Por lo que, para poder hacer una intervención con las especies, inicialmente cuando son plantas pequeñas, hay que protegerlas del ganado.

“Si bien afectó a pinares implantados y al bosque nativo, el incendio quemó también los alambrados de los campos. Algunos se recuperaron, pero otros no, y eso hace que los animales anden sueltos”, mencionó como un aspecto que deberá tenerse en cuenta en el programa.

Por lo que apuntó que el primer paso es asegurarse que el lugar no tenga ganado y para eso falta alambrar. Al respecto, contó que esta tarea se está realizando ya en una de las hectáreas afectadas, donde luego se volcará la primera experiencia.

El vivero de reproducción de especies nativas funcionará dentro del predio de la escuela rural 211 «Lucinda Quintupura», en Cuesta del Ternero. Gentileza UNRN

Los pasos futuros


Ochoa detalló que al armar el vivero de producción de especies nativas, se podrá contar con un plantel de miles de plantas. “La idea es al menos producir unas 1000 plantas por año”, marcó.

Como la mayoría de las especies se reproducen por semilla, en este primer otoño se recolectarán semillas. Se tratarán y se pondrán a germinar para obtener plántulas. Luego, esas plantas, se pasarán a macetas para que se rustifiquen al menos por dos años en vivero. Después recién, se podrán llevar al campo.

El docente de la UNRN describió que, en la zona de la comarca andina, el ciprés es una de las especies dominantes del bosque, y fue una de las que más sufrió los incendios del verano de 2021. Otras poblaciones muy afectadas fueron los pisos de lengas. Los bosques de lengas cubren las laderas y las cumbres de la montaña, hasta los 1400 metros.

“Tienen un rol importante. Los bosques de lengas regulan la dinámica hidrológica. La nieve de alta montaña se incorpora al suelo, y toda esa masa boscosa de lenga de alguna manera lo retiene y lo va largando de a poco. Y ese verano se quemaron muchas hectáreas de lenga”, indicó. El fuego consumió varias hectáreas de pinos forestales exóticos.

Su deseo es que “los pobladores se apropien del proyecto. Por eso es importante educar a los niños para que cuiden el bosque o sea que sea un proyecto permanente de acá en más”, amplió Ochoa.

La iniciativa buscará la participación de la población y fomentará la educación ambiental de niñas y niños. Gentileza UNRN

Los impactos en el suelo de los incendios de 2021


Un estudio publicado en la revista «Presencia», del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y realizado por Astrid Luciana Ebrecht,Natalia Fernández y Verónica El Mujtar, mostró los cambios que se generaron en el suelo por el incendio de 2021 en el paraje rionegrino.

«En matorral de ñire y en bosque de ciprés, la actividad biológica y la humedad fueron significativamente menores en el suelo quemado respecto del no quemado», indicaron sobre los lugares que fueron revelados.

Además, en los suelos consumidos por el fuego, la temperatura era mayor. También con muestras en dos profundidades del suelo, se midió el grado de acidez o alcalinidad (pH) y la conductividad eléctrica que permite conocer el contenido de sales. Este último parámetro se incrementó en ambas profundidades, mientras que el pH aumentó pero en las capas superficiales.

En la investigación explicaron que los cambios en los suelos alcanzados por el fuego podrían deberse a una combinación de efectos directos e indirectos del incendio. «La mortalidad de organismos (por ejemplo, plantas y microbios) por las altas temperaturas durante el incendio explicaría la menor actividad biológica. En tanto, que la menor humedad podría ser consecuencia indirecta de las temperaturas actuales más altas, lo que contribuiría a una mayor evaporación, y a cambios en la infiltración del agua en el suelo debido a la capa de cenizas en la superficie que resulta impermeable. Las mayores temperaturas estarían asociadas a la disminución de la cubierta vegetal, quedando el suelo más expuesto a la radiación directa del sol», expusieron.


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