Un saltamontes que se vuelve plaga en Patagonia podría ser un buen alimento

Es la tucura sapo y lo investigan investigadores del INTA, Conicet y Senasa

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación -más conocida como FAO- ha respaldado el consumo de insectos comestibles y fomenta su adopción en la dieta de las personas. Los más consumidos en todo el mundo son los grillos.

Desde la Patagonia se está desarrollando una línea de investigación innovadora que intenta aprovechar las cualidades de una especie de saltamontes, que es un insecto nativo de la región que, por momentos, se vuelve plaga y perjudica la situación de la producción agrícola-ganadera.

Se trata de la tucura sapo, un insecto herbívoro que es parecido a la langosta. Cuando se producen estallidos de su población, las tucuras consumen más plantas y el ganado puede quedarse sin alimento. Además se generan situaciones de angustia cuando la plaga se acerca e ingresa a las viviendas de las personas.

La FAO avala el consumo de insectos como una alternativa válida y sustentable

Con un grupo interdisciplinario, la científica Valeria Fernández Arhex, investigadora adjunta del Conicet en el INTA Bariloche, Río Negro, lleva adelante la investigación con el insecto tucura sapo. Ya se analizó el perfil nutricional de la tucura sapo con la idea de que se pueda utilizar como alternativa para alimentar a los juveniles de trucha arcoiris. Participan también investigadores del INTA en Castelar y Esquel, el Senasa, y el Instituto IPATEC del Conicet.

“Se busca usar al insecto como fuente proteica en un alimento balanceado. En el futuro, podría ser una alternativa válida más”, explicó a Diario Río Negro la doctora Fernández Arhex.

Se tiene en cuenta que hoy el sector acuícola afronta diversas dificultades en la producción, como los precios elevados del alimento balanceado tradicional para los peces. El alimento balanceado representa la mayor parte del costo de la fase de engorde.

Científicos formularán un alimento balanceado a base de polvo de tucura sapo

“Hicimos una evaluación del perfil nutricional del polvo de tucura sapo. Se llevó a cabo un ensayo preliminar por el cual alimentamos a un grupo de juveniles de trucha arco iris con polvo de tucura sapo (sin ningún otro tipo de ingredientes) y a otro grupo con alimento balanceado comercial. Así, el equipo de la científica pudo detallar que el valor proteico del polvo del insecto resultó mayor (70 % en base seca) al de las fuentes convencionales proteicas (48 % en base seca) utilizadas para acuicultura. La materia grasa resultó tener un 7,40 %, los carbohidratos y fibras un 11 %, vitaminas B1 3,9 miligramo/kilogramos.

En 2024 vamos a continuar con estos ensayos. Se formulará un alimento balanceado a base de polvo de tucura sapo como fuente proteica y se lo evaluará”, añadió.

Insectos como comida

La cría de insectos está en pleno auge en el mundo. Cada año se crían en granjas más de mil millones de ejemplares de insectos, en una carrera por encontrar una forma de alimentar a animales y seres humanos con alto contenido proteínico y bajar las emisiones contaminantes de dióxido de carbono. Requieren menos recursos para criarlos que las fuentes tradicionales de proteínas.

En la Argentina aún está pendiente la regulación sobre el uso para consumo humano o por otras especies. El Senasa tiene en estudio esa regulación.

“Los insectos como la tucura podrían llegar a ser usados para el consumo de humanos u otras especies, pero aún no está demostrado su inocuidad ni está aprobado”, comentó Fernández Arhex. En otros países, se utilizan las langostas para consumo.

“Se necesitarán hacer más trabajos con cría de los insectos para asegurar las condiciones de inocuidad para su consumo humano”, señaló.

En cuanto a los animales, ya se sabe que vacas o cabras comen insectos como las tucuras y no tienen toxicidad. Para la científica, “el alimento balanceado en base a tucura sapo podría llegar a servir para aves de corral, peces, cerdos y mascotas como perros y gatos. Más adelante, esperamos investigar el consumo del insecto en esas especies”.

Otra experiencia en el país

Los insectos comestibles pueden consumirse enteros o molidos, en forma de polvo o pasta, e incorporarse a otros alimentos. El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria ( INTA) realizó una encuesta que reveló que “más del 60 % de los consumidores encuestados aceptaría el uso de polvo de insectos como ingrediente en un alimento”.

Además de la investigación en Patagonia con tucura sapo, otro equipo de investigación del INTA junto con el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) también desarrolló prototipos de alimentos utilizando entre un 10 y en 20 % de grillo en polvo. Consideran que ese novedoso ingrediente puede ser una fuente alternativa y sustentable de alimentación con un alto aporte nutricional.

Gabriela Gallardo, directora del trabajo e investigadora en el Instituto de Tecnología de Alimentos del INTA, señaló a través de un comunicado que ya hicieron panificados, barras de cereales y lograron elaborar pastas que cuentan con un alto contenido de proteínas, según las normas de rotulado nutricional del Código Alimentario Argentino (CAA).

Para esa investigación se utilizaron grillos de la especie Gryllus assimilis, que fueron provistos por una empresa privada.

Las muestras fueron secadas, molidas y tamizadas hasta obtener un polvo de características similares a las de la harina de trigo. Con la harina de grillo, hicieron fideos.

Los fideos frescos tipo “rigatoni” se trabajaron con dos tipos de masa: una tradicional a partir de una mezcla de harina integral y harina 000; y un reformulado que reemplazó en un 18 % la mezcla anterior con grillo en polvo.

“La masa cruda con polvo de grillos presentó un aumento en el contenido de proteínas de un 30.8 %”, señaló Verónica Chamorro, investigadora en el Instituto de Tecnología de Alimentos del INTA. Ambas masas mantuvieron la misma cohesión y características de amasado, rígida pero manejable y con una diferencia notoria de color.

Luego de su cocción, ambas mantuvieron la forma, sin aglutinamiento y con el sabor característico de la pasta integral. “Tecnológicamente fue posible obtener una pasta fresca con alto contenido proteico, utilizando una fuente alternativa y sustentable de acuerdo con los requerimientos de la FAO”, confirmó Gallardo.


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