Por una infección generalizada, falleció Laila Díaz en Cipolletti

La mujer trans purgaba una condena de 30 años por el homicidio de la laboratorista Carla Milla. Sufría un cuadro infeccioso por la silicona que colocó en su cuerpo. Anoche se agravó y perdió la vida.

Laila Díaz, que fue condenada a 30 años de prisión por el homicidio de la laboratorista Carla Milla, murió ayer en el hospital de Cipolletti luego de pasar varios días internada. Su estado de salud se complicó en las últimas horas a raíz de una infección generalizada que tuvo su origen en la silicona que se colocó a los 20 años cuando decidió cambiar su identidad de género. Había ingresado al hospital el pasado domingo 4 de marzo.

Laila pasaba sus días en una habitación del penal de Cipolletti. Allí le habían acondicionado un espacio, primero por su condición sexual y también porque padecía problemas de movilidad. El día de la balacera, la acusada se movilizaba en silla de ruedas por la complicación con la silicona que le colocaron en los glúteos. En sus últimas apariciones públicas se la vio con un bastón. Desde el nosocomio precisaron que el deceso se produjo a raíz de una sepsis severa, lo que ocasionó una insuficiencia respiratoria.

Había sido condenada a 30 años de prisión por la justicia cipoleña en agosto de 2015 luego de la balacera que protagonizó el 23 de marzo de 2013. Ese día entró a la clínica de Mengelle e Yrigoyen de Cipolletti y efectuó 27 disparos con un revólver calibre 32. Exigía que el médico Walter Núñez pidiera disculpas por su madre ante las cámaras de televisión. En ese contexto hirió de muerte a Carla Milla, que tenía 24 años. La encontraron tirada detrás de una mesada.

La madre de Laila había estado 60 días internada en la clínica cipoleña y cuando le dieron el alta su estado se agravó. Al otro día fue hospitalizada en Neuquén y finalmente murió. Tenía 81 años. Laila sostuvo en el juicio que su madre había sido víctima de una mala praxis.

Ese 23 de marzo reinó el caos en la clínica de Mengelle e Yrigoyen. En un primer momento nadie entendía lo que estaba sucediendo. Pacientes, familiares y profesionales intentaban escaparse por las ventanas del primer piso atónitos por el ruido de los disparos. Muchos consiguieron refugiarse en habitaciones y en los rincones del sanatorio. El ex juez de instrucción Santiago Márquez Gauna intervino en la situación junto a comisarios y hasta el propio jefe de la Policía que en ese entonces era el abogado Fabián Gatti. A pesar de que los negociadores hablaban con Laila a través de una pared, nadie pudo evitar la tragedia. En el juicio, la imputada dijo que cuando le comunicaron que había una persona herida detrás de una de las mesadas, ella decidió arrojar el arma y entregarse.

El juez Santiago Márquez Gauna procesó a Laila por varios delitos además del homicidio de Carla (daños, amenazas y coacción).

Luego del homicidio se supo que en su juventud Laila había recibido instrucción militar, que estuvo internada por problemas psiquiátricos y que a los 20 años había cambiado su identidad de género. El día de la balacera no era la primera vez que utilizaba armas de fuego.


Adherido a los criterios de
Journalism Trust Initiative
<span>Adherido a los criterios de <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Nuestras directrices editoriales

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios