“Las concesiones que se rescinden ¿no caerán en empresas amigas de los gobernadores?”
Economista y autor de “Historia del Petróleo en la Argentina”, Nicolás Gadano cree que el gobierno debe definir en forma urgente qué va a pasar con YPF y cuál será el rol que tendrán el Estado y las compañías privadas en el sector hidrocarburos para evitar que la situación se deteriore aún más.
Claudio Rabinovitch
crabinovitch@rionegro.com.ar
– ¿Cómo se explica la ofensiva del gobierno hacia YPF?, ¿por qué con YPF?
– La discusión con YPF esconde el verdadero nudo del problema: el fracaso de la política energética de los últimos años, reflejado particularmente en dos indicadores que debilitan dos pilares de lo que fue la macroeconomía kirchnerista: el impacto del sector en la balanza comercial y en las cuentas fiscales. En 2003 el saldo neto del sector energético fue positivo en 4.900 millones de dólares (con 549 millones de importación), en 2011 el déficit fue de 3.000 millones (con importaciones por 9.400 millones).
– ¿Cómo empezó esa tendencia deficitaria?
– Hace años el gobierno empezó a subsidiar la energía importando gas natural mientras la producción en petróleo fue decreciendo. Se importa gas de Bolivia y por barco a diez veces más que el precio de venta doméstico. Esa pérdida la cubre el Tesoro, al punto que el año pasado los subsidios a la energía superaron los u$s 10.000 millones. Sin estos datos no se comprende el ataque focalizado en YPF… Si no, ¿por qué (Julio) De Vido y (Daniel) Cameron, que hace casi nueve años manejan la política energética, recién ahora “descubren” qué hace YPF?
– En el oficialismo alegan que YPF gira las ganancias al exterior, cuando se busca evitar la salida de divisas.
– Es un tema importante. Desde que la misma fue adquirida por Repsol hizo una política de dividendos bastante agresiva que se consolidó con el ingreso de accionistas locales que se endeudaron mucho para comprar acciones. Habría que preguntarse por qué el sector petrolero argentino recibió un flujo de inversiones bajo de todas las empresas… cómo se entiende que el programa petróleo plus se lanza y al poco tiempo se suspenda…
– El jueves pasado, cuando la firma en cuestión aceptó no repartir dividendos, el gobierno replicó que el objetivo “oculto” es subir su valor.
– El gobierno tiene que tomar decisiones pronto. Mantener a YPF y a todo el sector energético en una incertidumbre permanente es insostenible. Es urgente que la administración de Cristina Kirchner especifique qué pretende de YPF, cuál es el rol de la empresa privada y del Estado en la Argentina; si no, en un contexto tan enrarecido, lo único que se logrará es deteriorar más la situación.
– ¿Qué implicaría nacionalizar YPF?
– Hay muchas maneras de “nacionalizar”. Una sería que el Estado compre todas o algunas de las acciones de YPF, lo cual representaría un monto enorme de dinero con el agravante de que difícilmente quede en el país ya que muchos accionistas lo derivarían a otra actividad; otra opción pasaría por un intercambio de acciones, pero sin ser prejuicioso uno no advierte que la gestión estatal pueda superar a la privada, así lo indican experiencias como la de Aerolíneas.
– ¿Y la alternativa de sustituir al grupo Esquenazi?
– Si lo compra el Estado, en cuanto a decisiones el directorio seguiría quedando en minoría
– Todos estos “tiras y aflojes” ¿le podrían complicar a las provincias la colocación de bonos que necesitan para paliar sus déficit?
– En general la colocación financiera en un país con default reciente, en el que el gobierno federal no sale a colocar deuda al mercado de por sí es complicada. Las provincias petroleras ofrecen como garantía las reservas y regalías que pagan las empresas, pero en el marco de un clima tan incierto sobre la producción petrolera, en el que se desconoce si YPF va a continuar o se le van a sacar las concesiones, el riesgo se agrava… y el riesgo es más costo financiero.
– ¿Cuánto hay de presión y cuánto de decisión tomada en el conflicto con YPF?
– Hay cuestiones de discurso público y también acciones concretas como el retiro de algunas concesiones (aunque por ahora no muy importantes). Existe un hostigamiento concreto. No niego que YPF u otros concesionarios hayan descuidado algunas áreas y el Estado tenga que controlar, pero parece que todo esto forma parte de una película mayor en la que en diez días los gobernadores coincidieron en que había problemas con las concesiones. La pregunta que uno puede hacerse es quiénes van a recibir esas áreas que se rescinden ¿amigos de los gobernadores sin experiencia petrolera como ocurre en algunas provincias? (Ver recuadro).
– ¿Cuál es el contexto regional?
– En el período 2005-11, mientras la producción argentina cayó un 14 %, la colombiana (Colombia es un país de características similares en hidrocarburos), que partió de un nivel muy inferior, creció un 74 % y ahora está muy por arriba de la nuestra. La Argentina sigue teniendo muchas expectativas en la explotación off shore (un poco viendo lo que ocurre en Brasil y el run-run de Malvinas) y con la creación de la estatal Enarsa en 2004 le dio a la empresa del Estado los derechos sobre todo el mar. Aún no perforó un solo pozo porque el desarrollo de la industria petrolera argentina necesita de muchos recursos.
– Desde esferas oficiales se plantea la meta de llegar al autoabastecimiento, ¿es viable o un enunciado?
– Argentina pareciera contar con los recursos, especialmente en gas con el shale gas y oil (yacimientos no convencionales) que en Estados Unidos han significado “una revolución”. En Neuquén el potencial es muy grande. Para no estar condenados a importar, hay que organizar el sector con políticas adecuadas, con un horizonte previsible para los inversores y control del Estado sobre los programas de inversión.
– El gobierno sostiene que la política es incrementar la producción para importar menos.
– Eso no es una política energética. Reclamar que las petroleras aumenten 15% en todos los yacimientos es una bravuconada porque cada uno tiene sus peculiaridades. Comparto el objetivo de que la producción aumente y remplazar importaciones por oferta local, pero para ello hace falta un programa creíble.
– De “racionalizarse” el sector, ¿cuánto tiempo llevaría alcanzar el autoabastecimiento?
– No es un horizonte de corto plazo. Definir que haya reservas, desarrollarlas, explotarlas lleva años, por lo menos dos o tres en que la brecha va a haber que cerrarla con importaciones. La construcción de una refinería también lleva varios años. Por ahora vamos a convivir con un déficit en el sector, que se va a agravar si la economía sigue demandando combustible, pero no es inexorable, hay que maximizar la inversión privada y pública. El gran problema han sido los precios. La energía barata exacerba el consumo y en el exterior no pueden creer que se gaste energía barata en calefaccionar piletas cuando el crudo en el mundo está encima de los 100 dólares.
– ¿La reunión de YPF con otras empresas por “Vaca Muerta” fue para “blindarse”?
– Tanto al gobierno como a YPF les conviene contar con la mayor participación de empresas que puedan invertir para lograr la exploración en las mejores condiciones y en el menor tiempo. Importamos a unos 13 dólares el billón de BTU cuando al productor se le paga 2 o 3 dólares. Incentivando la producción del gas no convencional incluso a la mitad del valor internacional sería un negocio viable, que conviene a todos.
– Los funcionarios parecen confiados en que, pese a las críticas, hay interesados en invertir en el mercado del crudo y de modo desafiante se reunieron con ejecutivos de Esso.
– Interesados va a haber siempre, después habrá que ver bajo qué condiciones Esso o cualquier empresa están dispuestas a invertir fuerte. Hay que establecer reglas horizontales con todas las empresas. Sentarse con “elegidas” es una señal de opacidad.
entrevista: NICOLÁS GADANO, ECONOMISTA
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Claudio Rabinovitch
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