Comisión de pastores investigará la huida de Cáceres

Salieron a las luz nuevas irregularidades durante la gestión del predicador de Roca. La iglesia que presidía no tenía personería jurídica de asociación o fundación, tal como lo exige la ley.

ROCA (AR).- La huida del pastor Ismael Cáceres de Roca será investigada por una comisión de pastores de la región designada por la Convención Nacional de Iglesias Evangélicas. Al margen de las denuncias realizadas por los fieles damnificados, se detectaron otras irregularidades en el funcionamiento de la Iglesia Evangélica Bautista del Centro, que tenía su sede sobre la avenida Roca entre Tucumán y 9 de Julio.

Una de las condiciones que establece el Ministerio de Culto para autorizar el funcionamiento de una iglesia es la tramitación de la personería jurídica como asociación o fundación.

En este sentido, desde la Delegación de Personas Jurídicas de Roca informaron que esta institución no cumple con este requisito y que la explicación dada por los responsables sostenía que la casa central del templo con sede en la Capital Federal es la que posee la personería jurídica.

«De todos modos, debería estar registrada como filial», manifestaron los responsables de la delegación.

Esta situación llama la atención además porque el cumplimiento de este trámite es fundamental para obtener el permiso de las autoridades municipales ante la realización de un evento o espectáculo que congregue a un número importante de fieles.

Por otra parte, ayer se conoció que el órgano máximo que nuclea a las iglesias evangélicas del país ordenó con carácter de urgencia la conformación de una comisión que tendrá la tarea de investigar la conducta ética y administrativa de Cáceres mientras estuvo al frente del templo roquense.

En este caso, serán fundamentales los testimonios de varios de los seguidores que se sintieron «engañados» por la actitud del predicador, quien habría huido con parte de los bienes de la iglesia, la recaudación del diezmo y el dinero destinado a pagar las cuotas del templo pero que, además, habría dejado importantes deudas en la ciudad.

Sin embargo, el presidente de la Convención Nacional que funciona en Buenos Aires, Carlos Caramuti, optó por mantener un gran manto de silencio y no emitir opinión alguna ante las denuncias recogidas en contra del pastor.

Por ello, esperará los primeros resultados que arroje la investigación en los próximos días y recién ahí se expedirá sobre el tema.

Además, Caramuti no fue preciso ante la consulta relacionada con la posible renuncia de Cáceres como pastor y tampoco confirmó ni desmintió el rumor de que el ahora buscado predicador se encontraba en Buenos Aires realizando un curso.

La congregación, dolida

A medida que surgen otros testimonios de personas que aseguran haber sido dañados económica y moralmente por Ismael Cáceres, la congregación evangélica local se mostró dolida por la manifiesta «traición» de su líder carismático.

Cuestionamiento del resto de la congregación

La actitud «personalista» adoptada por Ismael Cáceres durante los años en que estuvo al frente de las decisiones de la Iglesia Evangélica Bautista del Centro fue cuestionada por el resto de la congregación evangélica local.

En este aspecto, un dato importante es que ni la iglesia ni su desaparecido referente se encuentran adheridos al Consejo Pastoral de Roca ya que no figuran en sus actas. Este órgano tiene como principal objetivo controlar el funcionamiento de los templos y la facultad de intervenir en casos de irregularidades o conflictos éticos y administrativos que se registren en las iglesias adheridas. Por esta razón, el consejo no puede participar para investigar el accionar de Cáceres y tampoco puede sancionar en caso de detectar falencias en la administración.

Pastores consultados señalaron que entre los requisitos administrativos para formar parte del Consejo se encuentran poseer el registro en el Fichero de Culto y tener personería jurídica. Además, se detallan algunas de las conductas que todo pastor debe considerar en el plano ético.

De acuerdo a lo informado por «Río Negro» en su edición del miércoles, los pastores integrantes del consejo regional se sorprendieron cuando se dieron cuenta de que «todas las decisiones de la Iglesia pasaban por una sola mano, la de Cáceres; que no había un cuerpo administrativo formal como se acostumbra tener».


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