¿Cómo prevenir la trombosis?
¿Ocho horas en un avión? ¿Diez horas en un colectivo? Muchos le temen a la trombosis, pero los coágulos también se pueden evitar.
SALUD
El término trombosis viene del griego trombus, coagulación. Podría decirse que lo que se describe con ese nombre es la formación de una especie de grumo en la sangre que tapa un vaso sanguíneo, por lo general una vena de la pierna o de la pelvis, con lo cual la coagulación, que en realidad es un proceso natural que sirve para sanar heridas, genera un daño.
Uno de los mayores factores de riesgo es la edad, ya que a partir de los 60 años las chances de desarrollar una trombosis aumentan. El peligro también se da en personas que deben permanecer durante mucho tiempo acostadas o que registran cambios hormonales como los que se dan durante un embarazo o al tomar anticonceptivos. Todos esos factores alientan la coagulación en sangre.
Si alguien está en un grupo con factor de riesgo, debe tener en cuenta antes de embarcarse en un largo viaje a qué herramientas podría recurrir, porque estar sentado sin poder estirar las piernas hace que el flujo sanguíneo se vea dificultado. Desde ya, lo que más se recomienda es hablar con un médico sobre una posible prevención, y fuera de eso hay que señalar que el riesgo de sufrir una trombosis en vuelos o viajes largos ya no es tan alto como se creía hace algunos años.
De todos modos, siempre es útil mover de vez en cuando las piernas, los dedos de los pies o contraer los músculos de las pantorrilas. También existen calcetines especiales, fabricados a partir de un tejido de nailon más denso, que fomentan la circulación y que tienen un agradable efecto secundario: evitan la hinchazón en los pies.
Beber mucho líquido también ayuda a mantener una buena circulación, y es mucho mejor que automedicarse. Antes de ingerir un remedio, haga una consulta a su médico, ya que puede estar ante un mito. La aspirina, por ejemplo, que diluye la sangre, no tiene prácticamente ningún efecto en las venas y no es útil como medida preventiva de trombosis.
Quien haya sufrido alguna lesión también debería hablar con su médico antes de hacer un viaje. Los síntomas típicos de una trombosis son las hinchazones en los tobillos o en las piernas. La pantorrilla puede llegar a doler como si tuviera un calambre y la piel a veces adquiere un tono azulado. Los indicios no siempre son claros y muchos de los afectados no detectan el problema de inmediato.
Sin embargo, es importante ser atentos con el propio cuerpo, porque una trombosis puede convertirse en una bomba de tiempo. Los especialistas señalan que aproximadamente un tercio de los pacientes que sufren una trombosis en la pierna padecen una embolia pulmonar. Eso sucede cuando el coágulo se desprende de la pared de la vena de la pierna y fluye hacia el pulmón, donde tapa un vaso sanguíneo. Allí hay riesgo de vida porque parte del pulmón no recibirá la irrigación que necesita.
El primer objetivo al tratar una trombosis es evitar que el coágulo crezca. Por lo general se aplica heparina en forma de inyección y luego se puede pasar a pastillas en base a otras sustancias.
Las medias o fajas de compresión también forman parte de las terapias usuales, ya que presionan de un modo controlado las venas y ayudan tanto a los vasos sanguíneos como a las válvulas a hacer su trabajo.
dpa
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