Cómo se adaptan los cafés del centro de Neuquén a la nueva normalidad

Tienen servicios para clientes segmentados según el momento del día. La atracción son los precios que, asguran, no aumentaron tanto y dar servicios específicos para los clientes de cercanía.

La tradición de los cafés por las calles de Neuquén también se vio pausada por la pandemia y los cierres de locales. Hoy, debido a las flexibilizaciones de las restricciones, la situación de muchos comercios empieza a normalizarse en torno a concurrencia y ventas. La reactivación de la actividad gastronómica resulta vigorizante para darle movimiento a la ciudad luego de mucha espera y pausa. Conocer los horarios de embotellamiento de los lugares puede ser positivo tanto para los trabajadores del sector como para quienes buscan una salida recreativa.

Las diferencias entre las cafeterías del Alto y del Bajo del centro neuquino son solo de concurrencia y accesibilidad. El tradicional restaurante El Ciervo, ubicado en plena Avenida Argentina 219 -junto al Cine Teatro Español- ofrece desayunos desde siempre. Sin embargo, Esther García, encargada del lugar, aseguró que “hoy en día la menor concurrencia es en el horario del desayuno”. Agregó que en su local gastronómico, se llena más en el almuerzo y en la cena, a pesar de que los desayunos que ofrecen varían entre los $270 y los $300.

En Primo Horno & Café (Av. Argentina 125), María José, empleada del lugar, afirmó que por la mañana la franja etaria de sus clientes son de entre 30 y 50 años. “A la tarde vienen muchos jóvenes por la merienda, por las tortas y los licuados. Llaman más la atención”, sumó.

Nicolas Bart, empleado de Havanna (Av. Arg 64) describió que los horarios más concurridos son la mañana alrededor de las 8 –cuando abre el local- y al mediodía cuando la gente que sale de trabajar se acerca la cafetería a almorzar, pero que por la tarde se vuelve a llenar.

La clientela del lugar es surtida, el trabajador contó que “hay dos públicos distintos, por la mañana viene mucha gente adulta por ser zona bancaria y por la tarde vienen más adolescentes por la merienda, hasta menores de edad. Hay días que está lleno”, finalizó.

Pero hay otros espacios en el Alto que pisan firme en la disposición del servicio de desayunos y alimentos para quienes recorren el centro. Jazmín es mesera de Buenos Aires Café (Alderete 97) y comentó que la actividad en el local es constantemente alta debido a la zona que ocupa frente al Hospital Provincial y la sede central de ISSN. Para desayunos o meriendas, sirven café y té que se puede acompañar con algo de pastelería, aunque también cuentan con promos para dos personas.

Por otro lado, la sucursal de Natural Shanti de Rivadavia 293, venden productos orgánicos, vegetarianos, veganos, sin tacc y saludables. Ofrecen desayunos saludables, proteicos, dulces, salados. La empleada Paula Díaz contó que “hay mucha variedad. La gente viene a desayunar, hay más concurrencia por la mañana. Vienen personas de 25 años en adelante porque es la gente que trabaja por acá o porque tiene turnos médicos. Compran mucho para llevar, porque tenemos cerca la Anses, el correo, el Policlínico. Hay gente que tiene turnos médicos y se sienta a tomar un café”.

Relató que por la pandemia debieron, como muchos otros comercios, reducir la capacidad en el local. A pesar de esta restricción, Paula aseguró que hay clientes que eligen el lugar como espacio de concentración: “hay gente joven que vienen y traen la computadora, hacen sus cosas y desayunan o almuerzan”.

En el Bajo de Neuquén la gente que ocupa un lugar en las mesas de las cafeterías son principalmente quienes salen de los negocios aledaños. Es una zona muy comercial y de bancos circulan desde jóvenes hasta gente adulta.

De igual forma, “la gente del interior de Neuquén también viene a hacer sus compras por acá y pasa tomar un café” dijo a «Río Negro», Mario Kreber, encargado de Parada 57 (esquina Mitre y Corrientes). Allí brindan recetas de pastelería que van desde opciones clásicas hasta veganas.

“En estos momentos estamos volviendo un poquito a crecer (…) Nosotros abrimos en octubre del 2019. En marzo tuvimos que cerrar, así que todo lo que estamos haciendo ahora es como un aprendizaje del movimiento. El año pasado casi que no había concurrencia”, contó.

Piré empleada de Le Bon Pain (Bartolomé Mitre 165) contó que además de ser cafetería tienen productos de panadería, tienen panchería y heladería dentro del lugar. “Entonces tenemos varias cosas para ofrecer, varios frentes. La gente viene a desayunar temprano porque abrimos a las 7”, describió.

Explicó que la concurrencia es variada, porque el negocio se encuentra frente a las paradas de los colectivos, pero que, sobre todo es variado porque hay varias promos de desayuno y almuerzo. Y sumó: “Hay clientes que vienen todos los días, jubilados y madres”.

No hemos tocado prácticamente los precios desde la pandemia. Aumentamos 50 pesos únicamente por cada producto. La actividad es muy recurrente por los precios y por la calidad que ofrecemos, compramos únicamente café Premium” sostuvo Claudio, encargado de Azúcar (Av. Coronel Olascoaga 264).

Detalló que el 80% de sus clientes son clientes fijos. “Esta confitería tiene 62 años, entonces los clientes son siempre los mismos. Vienen por la zona y por la atención, por la simpatía que tienen los mozos” concluyó. En este lugar, los precios de desayunos abundantes varían entre 500 y 600 pesos.

La diversidad de ofertas y destinos resulta enriquecedora para la población de una ciudad. El poder elegir donde tomar un café en compañía o soledad aporta un aire de placer en medio del caos.


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