Cómo y cuándo se enseña en la primaria

En el nivel primario, el punto de partida y los argumentos son diferentes, pero igualmente se admite una tendencia generalizada a expresarse por medio de la imprenta, sobre todo mayúscula.

Silvia Colornizt de Garbin es una experimentada maestra de primer grado que explica que lo primero que reconoce el niño son los carteles en las calles, o las letras de diarios y revistas.

De allí que lo primero que se les enseña es a escribir sus nombres en mayúsculas de imprenta y luego paulatinamente se van incorporando todos los tipos de letras.

A los pequeños les resulta más fácil escribir con palitos y pocos redondeles que el trabajado trazo continuo de la cursiva, cuya «grafía es lo que cuesta» dice la docente, si bien añade que el abecedario se presenta siempre en sus cuatro variantes (imprenta mayúscula y minúscula, cursiva mayúscula y minúscula).

El «pase» a la cursiva -así le llaman a ese decisivo momento- se realiza «al final de primer grado si el nivel es parejo», explica la docente.

Pero el aprendizaje es complejo y no exento de inconvenientes porque los adultos que aprendieron con el antiguo método de palabras generadoras creen que las primeras letras se escriben en cursiva. Y esto hoy no es así. «Hay papás que les enseñan la cursiva. Entonces les tenemos que explicar que no y pedirles que, por ejemplo, las marcas del nombre, grabadas en el lápiz, las hagan en imprenta o si deben ayudarlos a identificar y cortar letras en papel, que sean de imprenta», comenta Silvia de Garbin.

Es en segundo grado propiamente dicho cuando se enseña la cursiva y durante todo el ciclo lectivo se reafirma y pule. «Se exige su utilización y el uso de la mayúscula», dice, aunque admite que «hay escuelas que no lo exigen».

Una directora de escuela primaria explica que la enseñanza de la cursiva cuando el niño apenas aprendía las primeras letras estaba asociada al método de palabras generadoras, usado antes, eminentemente memorístico y reiterativo. El clásico «mi mamá me ama» que era incorporado a fuerza de repeticiones.

Ahora, en cambio, la propuesta constructivista privilegia el pensamiento, la asociación, la comparación y el razonamiento. Por eso la imprenta en primer término, porque es la que los chicos ven con más frecuencia en su vida cotidiana, en los carteles callejeros, en diarios, revistas y en la tevé.

Notas asociadas: La letra cursiva, un bien cultural en retroceso

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