Con fruta fina crearán 600 puestos de trabajo

El desarrollo de la fruta fina abre expectativas laborales durante la cosecha. Por cada hectárea cultivada se necesitan 14 personas para la tarea.

NEUQUEN (AN).- El programa de fruta fina ya abarca una media luna que se extiende, recostada sobre los ríos Limay y Neuquén, desde Senillosa a San Patricio del Chañar, suma 45 hectáreas e incorporará en la próxima temporada, entre noviembre y mayo, a 600 trabajadores a la cosecha de frambuesas principalmente, aunque también se cultivan en menor proporción grosellas, moras y otras variedades de «berries», además de frutillas. Estas actividades forman parte de un plan global que abarca otros renglones -apicultura, lombricultura, horticultura, cultivo y producción de hongos, aromáticas y fabricación de ladrillos- y que en el corto plazo generará 3.500 nuevos puestos de trabajo en la provincia.

Para hacerlo, «solamente será necesaria la inversión de 1,5 millón de pesos», aseguró el presidente del directorio del Centro PyME, Edgardo Phielipp, encargado de la supervisión técnica y del seguimiento y asesoramiento de los emprendimientos. Para el caso de la fruta fina, a la superficie original de 20 hectáreas -que «producen ya a buen ritmo»- se añadieron 25 más que permitirán lograr un «grado de desarrollo con 160 mil plantas la próxima temporada».

En esa superficie se espera obtener una producción de 500 toneladas -casi la cuarta parte del consumo total del país- que significan «a valores actuales» unos dos millones de pesos. Pero en este caso, el Centro PyME no sólo realizará el asesoramiento, sino que ya está en contacto con operadores de los mercados en fresco -supermercados, cadenas de hipermercados y distribuidores- sino también con el denominado IQF -Individual Quality Freeze, calidad de congelamiento individual-, un sistema de enfriamiento que «permite una comercialización adecuada», aseguró Phielipp.

La demanda de mano de obra, durante el semestre de la temporada, no es inferior a 13 ó 14 personas por hectárea, calcularon los técnicos. Osvaldo Durante, uno de los expertos del Centro PyME, aseguró que las conexiones para la comercialización están y se trabaja en conjunto con la secretaría de la Producción de la provincia -que asignó dos ingenieros agrónomos en horario completo para realizar las recorridas de supervisión por los establecimientos.

Además se capacitará a los técnicos de ese organismo provincial -en las ex escuelas Emeta, de Plottier y de San Patricio del Chañar- para que puedan realizar el seguimiento correspondiente de los cultivos.

Phielipp comparó el despegue de la fruta fina en la Argentina con la incidencia que tiene el producto en la economía chilena. Dijo que Chile exporta las variedades de fruta fina que cultiva y le reporta unos 40 millones de dólares anuales en divisas. Para lograr ese volumen en Argentina, con «factores competitivos de calidad, que se están logrando», sería necesario poner tres mil hectáreas en producción, a razón de 1,30 dólar por kilogramo obtenido.

En una primera fase se procurará el autoabastecimiento en la provincia y de los mercados locales -en el área de influencia- y luego se intentará captar otra clase de clientes, con los cuales ya hay contacto. Durante recordó que «hay empresas que ya consideran creíble» la producción de la Confluencia y su capacidad de respuesta «en cuanto a producto, calidad y cantidad», y mencionó los contactos realizados con Arcor, Danone, Sancor, Fruticor y otras empresas del sector como posibles clientes en un futuro no lejano.

En este esquema, dijo Phielipp, el Centro PyME aportará «logística» que permitirá obtener «buenos resultados en tiempo y forma».