Con polémica, llega hoy “No hay silencio que no termine”

LA PEOR DE LAS CONDENAS

El libro “No hay silencio que no termine”, en el que Ingrid Betancourt relata sus años en la selva como rehén de las FARC, sale hoy a la venta, aunque ya generó polémica por parte de su contenido y una réplica de Clara Rojas, su ex compañera de fórmula y de cautiverio.

“Me gustaría tener a Ingrid al frente para que ella pudiera sostener estas cosas que está diciendo. Lo que ha hecho es infame”, replicó Rojas acerca de la afirmación de Betancourt de que hizo un escrito y le pidió a las FARC permiso para tener a su hijo, de un padre guerrillero cuya identidad nunca se conoció.

Betancourt afirmó en su libro que durante una reunión con un jefe de las FARC se habló de una supuesta carta que Rojas le envió a la dirigencia del grupo en la que pedía que le dejaran tener un hijo, aduciendo razones personales.

Durante sus casi cinco años de secuestro, Rojas tuvo a Emanuel, un niño al que las FARC intentaron liberar junto a su madre y otros rehenes a principios de 2008, aunque luego el gobierno del entonces presidente Alvaro Uribe reveló que el chico había sido abandonado por el grupo en una institución familiar del Estado.

Rojas comentó que desde que fue liberada, Betancourt no la llamó una sola vez por teléfono, ni siquiera para “consultarle dudas” sobre lo que iba a escribir en su libro.

Admitió, con todo, hoy recibió un correo electrónico de la ex candidata presidencial en el que responsabilizaba de los dichos a la “prensa sensacionalista”.

Rojas fue escolta en la fórmula que encabezó Betancourt, en 2002, con ambas ya secuestradas, pero desde la liberación de ambas quedó clara que durante en la selva habían tenido un fuerte distanciamiento.

En sus declaraciones a una radio bogotana -recogidas por las agencias DPA y Ansa- Rojas le reclamó a Betancourt que muestre pruebas de que sabe quién es el padre de su hijo Emmanuel y aseguró que en el libro “Ingrid no está diciendo la verdad”.

Según fragmentos del libro, que el fin de semana adelantó la prensa colombiana, en aquel supuesto escrito que Rojas entregó a la conducción de las FARC, Rojas “habló de su reloj biológico y argumentó que no le queda mucho tiempo para convertirse en madre”.

“Betancourt no ha sido clara y no ha dicho las cosas como son. Me duele por ella; pidió rezar para que esto llegue a su punto final. Tres años después de estar libres, no ha sido capaz de llamarme. ¿Por qué no me llama para preguntarme sobre sus dudas?”, señaló.

Rojas reveló además que en una oportunidad Betancourt le recomendó entregarle a las FARC a su hijo y consideró que este tipo de hechos también debió narrarlos en su libro. “Un día dijo que le dejara el niño a las FARC, que ellos lo sacaban por Ecuador y otras cosas… Algo como que yo me olvidara del niño”, indicó.

Rojas, liberada de forma unilateral por las FARC en enero de 2008 tras una mediación del presidente venezolano, Hugo Chávez, resaltó que en su libro “Cautiva. Testimonio de un secuestro” (2009) nunca escribió “algo que pudiera molestar” a Betancourt.

La ex candidata fue liberada, en cambio, en un operativo militar, la llamada “Operación Jaque”, que dejó en libertad a otros 14 rehenes. Su imagen cayó en la consideración popular, especialmente porque hace unos meses presentó un fuerte reclamo económico al Estado.

Parte del distanciamiento está contado por Betancourt en el que capítulo en el que relata una de sus frustradas fugas: “Ya habíamos intentado escaparnos otras veces y el tema se había convertido en motivo de fricción entre nosotras. Nos hablábamos poco. Ella estaba irritable y yo andaba presa de mi obsesión. No podía pensar en nada que no fuera la libertad, en nada diferente de como huir de las garras de las FARC”.

En ese mismo capítulo, Betancourt subraya: “Medí entonces cuanto nos habíamos distanciado. Obligadas a vivir la una junto a la otra, reducidas a un régimen de hermanas siamesas, sin tener nada en común, vivíamos en mundos opuestos: ella buscaba adaptarse; yo no pensaba sino en huir”.