Cristiano Ronaldo, ¿un «crack» caprichoso?

Enojado al ver como el portero del Almería paraba el penal --que él mismo provocó--, no felicitó a Benzema que recogió el rechace para marcar un gol. Su expulsión fue un error digno de un joven reserva.

Actitud egoísta tras el gol de un compañero de equipo, venganza personal y ruin sobre un adversario: Cristiano Ronaldo, mejor goleador del Real madrid, tuvo este fin de semana pasado reacciones de niño mimado, indignas de un jugador de su posición.

¿Cuál podría ser pues la reacción del Balón de Oro 2008 cuando se reencuentre el martes en Marsella en Liga de Campeones con Souleymane Diawara, el defensa que le causó la lesión en el tobillo derecho el 30 de septiembre en el partido de ida en Madrid, privándole luego de dos meses de competición?

El internacional portugués, cuyo mínimo movimiento es atentamente seguido por la prensa deportiva y del corazón, pidió perdón tras su actuación contra el Almería (4-2), marcada por un gol y una expulsión. «Soy humano y me he equivocado. También tengo fallos, pero soy un profesional y no me gusta ni fallar ni perder», dijo el delantero luso.

Cristiano Ronaldo, enfadado al ver como el portero del Almería paraba el penal –que él mismo provocó–, prefirió lamentarse más que ir a felicitar a Karim Benzema que recogió el rechace para marcar un gol. «Me quedé triste tras fallar el penal y por eso no fui a celebrarlo. Soy muy perfeccionista, pero lo bueno es que Karim pudo marcar», se justificó.

Su expulsión, en cambio, fue un error digno de un joven reserva incapaz de controlarse jugando al más alto nivel. Tras haber fallado su penal, Cristiano Ronaldo acabó por marcar «su» gol y entonces explotó, quitándose la camiseta para mostrar su rabia y su musculatura.

La sanción era inevitable: tarjeta amarilla. Irritado por los golpes que recibió durante el partido, se vengó casi al final del encuentro dando una patada a Ortiz, lo que ya le tenía que haber valido una tarjeta roja. Sin embargo, la consecuencia fue la misma: segunda tarjeta amarilla y regreso antes de tiempo al vestuario (88).

«La expulsión fue una reacción instintiva. Sé que fallé, pero soy humano. No quería hacerlo. Son cosas que pasan en el fútbol y espero no volver a hacerlo. Me he pedido perdón a mí mismo, a los compañeros y a mi familia», dijo el jugador portugués, reconociendo su error como un niño que ha hecho una tontería. Hasta su entrenador y su director general reconocieron que la expulsión era evitable.

«La expulsión si pudo ser evitable, pero son reacciones puntuales», afirmó el técnico chileno, Manuel Pellegrini, mientras que el número dos del Madrid, Jorge Valdano, afirmó: «hay que interpretar las dos tarjetas como errores que debe corregir».

Esa tarjeta roja impedirá que el delantero, de 24 años, juegue contra el Valencia (3º) el sábado en Liga. Así pues, Cristiano Ronaldo querrá sin duda hacerlo lo mejor posible el martes contra el Marsella. Pero para eso deberá mantener la calma, algo que puede no ser demasiado fácil en el agobiante ambiente del estadio Vélodrome.


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