«Cuidar el parque y no a nuestros niños»
Soy madre de 6 chicos, los más pequeños tienen 11, 10 y 8 años. Después de ser asaltados varias veces y en búsqueda de mayor seguridad, decidimos mudarnos a un departamento en la zona del Alto de Neuquén.
Ellos crecieron en casa con patio, jugando entre las plantas y con su perro, a quien tuvimos que dejar en otro lugar para no condenarlo a vivir en un espacio reducido.
En la torre en la cual vivimos hay muy pocos niños de sus edades, el resto son personas mayores, de las que se han criado como mi marido, como mis amigos, como yo, jugando a la mancha venenosa, a ladrones y policías… en verano, la guerra de bombitas, o tal vez la pelota. Al parecer todo eso lo han olvidado, porque les prohíben a los niños jugar en un espacio verde común. ¿Por qué? Por cuidar el parque, el que pasan horas regando. Hay tanta humedad que la tierra ya ni siquiera filtra y el agua se va por las cloacas.
¿Adónde están los derechos del niño de jugar? ¿Acaso por vivir en departamento tienen que estar todo el día encerrados mirando televisión, que en estos tiempos no es para nada educativa? ¿O tal vez al frente de una computadora, con los riesgos que implica internet para los chicos, ya que es el medio preferido de los pedófilos, o jugando juegos que incitan a la violencia?
¿Adónde está la solidaridad con los barrios que no tienen agua? ¿Por qué no se respetan los horarios para regar? ¿Acaso vivir en el Alto y centro neuquino los hace seres superiores y les permite olvidarse de que miles de familias sufren la falta de agua en este período?
Según algunos propietarios, el cuidado de este parque les lleva mucho dinero, ya que pagan, a través de las expensas, un jardinero y los niños con sus juegos rompen plantas, hacen pozones o falsean la canilla recargando esas armas mortales que son las bombitas.
¿Adónde quedaron los vecinos de antes? Aquellos que mientras tomaban mate en la vereda, se prendían en un picadito con los chicos o hacían las veces de alcanza pelotas…
Mi indignación es grande. Se perdió el respeto a la niñez. Como padres buscamos que los niños crezcan en un ambiente sano y seguro. Se perdió el sentido de la solidaridad. Cuando en algún barrio de Neuquén falte agua, pueden acercarse a Irigoyen al 900, que las plantas desbordan del líquido vital. Cuando algún niño caiga en manos de un pedófilo, podremos ver cómo estas señoras de supuesta clase «alta» harán comentarios, horrorizándose.
Vivo en el lugar en que me gusta vivir, pero rodeada de gente con la cual no comparto valores.
Carina Paredes
DNI 22.898.767 – Neuquén
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