¿Cómo es el nuevo disco de Beyoncé, «Cowboy Carter», que homenajea al country y a sus raíces?

El disco, que slaió e viernes a la medianoche, fue elogiado por la crítica y el público. La artista de Houston, Texas,  esquiva con talento a aquellos que creen que el country es una música sólo para hombres o blancos.

Beyoncé lleva casi tres décadas en el mundo del espectáculo, en el que ha sido líder de un grupo de chicas, emperatriz del pop, actriz de Hollywood y empresaria de éxito. Pero pese a que recorrió un largo camino fuera de casa, la megaestrella criada en Houston, Texas, siempre ha mantenido el sombrero vaquero cerca: «Bey» siempre fue country. Y ahora lo está demostrando. 

«Cowboy Carter», la segunda entrega de su proyecto Renaissance, salió a la venta el viernes y ya asciende en los rankings. Fanáticos y críticos están elogiando el nuevo álbum inundado del espíritu country. Se trata de un homenaje de amplio espectro a su herencia sureña, y el segundo acto de 27 canciones de su trilogía «Renaissance». Un triunfo que trastoca el género y saca pecho por la cultura country negra.

Desde las armonías vocales de Destiny’s Child hasta su exitoso «Daddy Lessons», de 2016, Beyoncé lleva mucho tiempo rindiendo homenaje a su herencia sureña, incorporando influencias country a su música y su estilo visual.

Criada en Texas por una madre originaria de Luisiana y un padre de Alabama, la cantante -que suele dictar normas en materia de marketing musical- homenajea estas raíces en su nuevo proyecto.

Sus dos primeros sencillos, «Texas Hold ‘Em» y «16 Carriages», lanzados durante el Super Bowl de febrero, han liderado las listas de éxitos. 

Pero su popularidad e influencia -es la artista con más premios Grammy (32)- ha chocado de frente con las barreras de la música country, dominada principalmente por artistas blancos y hombres, que durante mucho tiempo han dictado los límites del género.  Cuando interpretó junto a The Chicks la que hasta entonces era su canción más country, «Daddy Lessons», en los premios de la Asociación de Música Country de 2016, recibió comentarios racistas.  Pero eso no la frenó.

«Las críticas que recibí cuando incursioné en este género me llevaron a ir más allá de los límites que me impusieron», dijo recientemente en Instagram. 

El nuevo álbum, Act II, «es el resultado de un desafío a mí misma y de tomarme mi tiempo para moldear y mezclar géneros para crear este trabajo».

Los artistas negros siempre han sido fundamentales para el country, pero los obstáculos son frecuentes. Recientemente, Lil Nas X, que batió récords de popularidad con su tema «Old Town Road», una contagiosa melodía que combina notas de banjo con un bajo contundente, fue eliminado de la lista country de Billboard, suscitando críticas de que lo encasillan en el hip hop por ser negro.

«Cada vez que un artista negro saca una canción country, los juicios, comentarios y opiniones no se hacen esperar», dijo la ganadora de un Grammy Rhiannon Giddens, que participa en «Texas Hold ‘Em» de Beyoncé, en una columna en el periódico The Guardian. 

«Ya basta de fingir que la indignación que rodea a este último single se debe a otra cosa y no a un intento de proteger la nostalgia de las personas por una tradición blanca pura que nunca existió», afirmó Giddens.


El nuevo álbum country de Beyoncé entra al rodeo y es bienvenido con elogios


«Nadie confundirá este extenso set con ir tras un camino recto o con tener un momento remotamente aburrido», escribió el crítico de la publicación especializada en entretenimiento Variety.  «Es casi como si Beyoncé hubiera estado observando algunos de los saltos evolutivos y contratiempos que el país ha experimentado mientras redefine sus fronteras -como siempre lo ha hecho la música- y dijera: ‘Sostén mi Armand de Brignac. Yo puedo hacerlo'». 

«Pero no solo se trata de lo que Beyoncé puede hacer por la música country; es lo que su concepto de country puede hacer por ella, al expandir su imperio musical e incluso su ya bien esculpido sentido de sí misma. Es un montón», añade la publicación. 

Es demasiado pronto para decir hasta dónde llegará «Cowboy Carter» y su enorme lista de canciones, pero es seguro que el álbum tiene un enorme potencial comercial. 

La artista fue pionera en los lanzamientos sorpresa de álbumes por internet, pero para los dos primeros actos de «Renaissance» ha recurrido a una estrategia de mercadeo más tradicional, con promociones pensadas y ediciones físicas de lujo a la venta. 

Su oda al baile en «Renaissance» lo disparó al puesto número uno de Billboard cuando se lanzó en 2022, y «Cowboy Carter» parece estar listo para repetir la hazaña. Eso sin contar que venga una gira exitosa como la del primer acto.


Un mosaico de estrellas



«Cowboy Carter» es una muestra palpable de cuánto puede reverdecer la música cuando se sale de las polvorientas restricciones del género. 

Beyoncé esquiva hábilmente a los críticos: algunos guardianes de la música country de Nashville que han tratado por mucho tiempo de promover una idea rígida del género dentro de una dimensión abrumadoramente blanca y masculina, tanto lírica como musicalmente.  La megaestrella guía a los oyentes a lo largo de la evolución del country, en un viaje desde los sonidos espirituales afroamericanos y las notas de violín hasta sus mujeres pioneras, como en la colaboración de Linda Martell, y luego proyecta una visión de futuro. 

Si bien ofrece una lección de historia, «Cowboy Carter» es en esencia un manifiesto que se decanta hacia la libertad de dejarse llevar. 

En medio del frenesí, Beyoncé ofrece conmovedores retratos sobre la maternidad, celebraciones al sexo y al amor, e incluso una fantasía de asesinato por venganza. 

También seleccionó un mosaico de estrellas jóvenes (entre ellas, Miley Cyrus, Post Malone y Tanner Adell) e íconos de la vieja guardia como Willie Nelson y Dolly Parton. Nada menos. 


"Orgullo femenino y negro"



Los mayores aparecen en forma de locutores de una transmisión de radio ficticia. Nelson les dice a los oyentes: «Ahora, para la próxima canción, quiero que todos se sienten, inhalen y vayan a ese buen lugar donde su mente le guste vagar». Parton presenta la versión del álbum de «Jolene»; y en «Ya Ya», una bulliciosa y psicodélica mezcla de soul dance, Beyoncé samplea «These Boots Are Made For Walkin'» de Nancy Sinatra. 

«Mi familia vivió y murió en Estados Unidos», dice. «Todo ese montón de rojo y luego blanco y azul/ La historia no se puede borrar». 

Mientras en «Sweet Honey Buckiin'» incorpora hip-hop y house para hacer honor al primer acto de «Renaissance», que celebró los orígenes y la evolución negros en la electrónica.

En pocas palabras, el álbum es épico, fresco y, potencialmente, revelador. 

«Con este proyecto infinitamente entretenido, se convierte en una guerrera del orgullo femenino y negro, y en una novia de la radio», sentencia Variety. «Porque ser Beyoncé significa nunca tener que pretender que eres una sola cosa».


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