Se llama Neuquén, es hijo de un gran poeta y escribió su primer libro: Frontera

En su primer libro, Neuquén Lautaro Aguilar habla de los límites que nos definen y de los bordes que elegimos cruzar. Entre la ciencia y la poesía, entre la herencia paterna y la búsqueda personal, traza un mapa de la Patagonia interior.


Hay palabras que se detienen justo en el borde: entre el sueño y la vigilia, entre la vida y la muerte, entre el amor y la desmemoria. En ese filo se mueve Frontera, el primer libro de Neuquén Lautaro Aguilar, un poeta que también es ingeniero agrónomo, y que escribe desde la misma materia que estudia: la tierra.
Su poesía nace de los límites, pero no para marcar diferencias, sino para explorar lo que los cruza, lo que une.

Neuquén Lautaro Aguilar: Frontera, su primer libro


“Frontera empezó como una serie de poemas temáticos”, cuenta. “Quería pensar esos márgenes que nos habitan, esas zonas de transición donde no sabés si algo fue sueño o realidad, si estás de un lado o del otro.”

Lo que empezó con siete textos creció con el tiempo, con lecturas compartidas, correcciones, idas y vueltas. Hoy el libro reúne más de treinta poemas que dialogan entre sí como los pliegues de un mapa interior: las fronteras geográficas, los bordes de la memoria, los límites de la materia y del cuerpo.
La palabra “frontera”, en su caso, también remite al territorio. Aguilar escribe desde una Patagonia que no necesita postal. Su mirada evita la épica del paisaje para detenerse en la vida que lo habita, con belleza y crudeza a la vez.

“Hay cierto pudor con lo local, como si nombrar un guanaco fuera pintoresquismo. A mí me interesa contar lo que realmente vemos: la barda con bolsas de plástico, el río, las marcas del viento. Esa mezcla entre lo hermoso y lo áspero. Eso también somos”, dice.

En sus versos hay desierto, pero también ciudad; hay memoria del genocidio, del despojo, del trabajo y del cansancio; hay una Patagonia que todavía late bajo la superficie. “No me interesan las imágenes impolutas”, agrega, “prefiero una poesía que hable desde lo que duele, desde lo que sigue pasando.”

Aguilar escribe desde una Patagonia que no necesita postal. Su mirada evita la épica del paisaje para detenerse en la vida que lo habita, con belleza y crudeza a la vez. Gentileza.

Neuquén Lautaro Aguilar: poeta hijo de poeta


El vínculo con la palabra le viene de familia. Es hijo del recordado Milton Aguilar, poeta y recitador neuquino, autor del célebre Quimey Neuquén cuya versión musical se volvió internacionalmente conocida. “Durante años evité mencionarlo. Quería hacer mi camino. Pero con mi nombre ya estoy condenado a explicarlo: Neuquén Lautaro Aguilar. Ya en eso hay una historia.”

Su padre, cuenta, fue un hombre de radio, de festivales, de voz potente. “Yo soy todo lo contrario”, dice entre risas, “él era el tipo que agarraba el micrófono y encendía el lugar. A mí me gusta el silencio. Prefiero trabajar con la palabra en la página.”

Hace poco la familia reunió y editó parte de la obra inédita de Milton, un gesto de rescate y también de visibilización. “Fue emocionante. Mi viejo había publicado muy poco, y siempre hablaba de lo difícil que le resultaba escribir. Le daba vueltas a una palabra durante semanas. Esa obsesión la heredé.”

Aguilar, que estudió Agronomía, no reniega de la ciencia: la incorpora. Su mirada de poeta también es la de quien observa la tierra con método, con curiosidad y rigor. “Algo del oficio científico se cuela en la poesía. La corrección, la lectura crítica, la observación. Me gusta pensar que cada poema tiene su propio laboratorio.” Escribe en computadora porque “mi letra es ilegible”, confiesa, y a veces dicta frases al celular, que luego transcribe. “La voz también tiene ritmo. Después la palabra encuentra su forma”, explica.

La poesía como modo de mirar lo que tenemos delante


Neuquén Lautaro Aguilar nació el 5 de junio de 1975 en la ciudad de Neuquén y actualmente vive en Roca. Escribe desde joven y ha participado en talleres literarios individuales y grupales junto a distintos escritores.

En 2023, poemas y un microrrelato de su autoría, inspirados en la vida y obra de Roberto Bolaño, fueron seleccionados en el fanzine Un Camino de Tierra de Salamanca, España. En 2025, formó parte del libro Diana: poetas argentinx­s celebran a Diana Bellessi, publicado en nuestro país. Entre los poetas que lo inspiran ubica Maki Corvalán, Raúl Mansilla y la misma Bellessi.

El libro reúne más de treinta poemas que dialogan entre sí como los pliegues de un mapa interior: las fronteras geográficas, los bordes de la memoria, los límites de la materia y del cuerpo.

Para Lautaro el trabajo colectivo fue clave. “Donde hay grupo, hay crecimiento”, asegura, aunque lamenta que en la Patagonia esos espacios sean escasos. “En Buenos Aires o Rosario hay una cultura de taller, de leer en voz alta, de compartir. Acá cuesta. Pero hay que insistir. La poesía necesita comunidad.”

Frontera se nutre de esa mezcla: la del oficio y la emoción, la del ingeniero y el hijo de poeta, la del hombre que observa la materia y la transforma en palabra. En sus poemas aparecen personajes que viajan, que buscan su lugar en el mundo, que dialogan con la historia. Hay un tono político que no necesita proclamas: está en la mirada.

Feria del Libro de Centenario


El libro salió de imprenta no hace mucho. Lo presentó en Roca y próximamente lo hará en la Feria del Libro de Centenario, que se realizará del 30 de octubre al 2 de noviembre en la Casa de la Cultura.

Aguilar confiesa que leer en público todavía le incomoda. “No me gusta ser protagonista. Prefiero que el libro circule solo.” pero sabe que debe acompañarlo. “Si algo quiero lograr con este libro” dice al final, “es que la gente se identifique. Que alguien lo lea y diga: esto lo vi, esto lo conozco. Que sienta que la poesía también le habla. Que no es un lenguaje lejano, sino un modo de mirar lo que tenemos delante.”



Hay palabras que se detienen justo en el borde: entre el sueño y la vigilia, entre la vida y la muerte, entre el amor y la desmemoria. En ese filo se mueve Frontera, el primer libro de Neuquén Lautaro Aguilar, un poeta que también es ingeniero agrónomo, y que escribe desde la misma materia que estudia: la tierra.
Su poesía nace de los límites, pero no para marcar diferencias, sino para explorar lo que los cruza, lo que une.

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