Darín frente a una historia de luchas e ilusiones
Ricardo Darín dice sentirse muy identificado con los principios de "solidaridad y sentido de conjunto" del último filme de Juan José Campanella, "Luna de Avella
BUENOS AIRES (Télam).- El actor Ricardo Darín aseguró que está identificado con los principios de «solidaridad y sentido de conjunto» y resaltó la labor de los clubes barriales por «llevar adelante una historia y una ilusión», en referencia al inminente estreno de «Luna de Avellaneda», nuevo largometraje de Juan José Campanella, en el que interpreta el papel de directivo de un club social.
Darín trabajó con Campanella en la exitosa «El hijo de la novia», junto con Norma Aleandro y Héctor Alterio.
Con un buen humor desplegado a través de bromas y chascarrillos, dijo que «cuando se encara una nueva película, lo que te mueve es la historia y el trabajo que hay por delante, las responsabilidades y las oportunidades que tenés con distintas secuencias». En esa disyuntiva, lo importante «es ver si estás a cargo del personaje o no, porque los primeros 15 días de rodaje son de aproximación y casi generalmente se eligen escenas de conjunto o no demasiado comprometidas porque aunque uno crea estar en la huella debe hacer modificaciones».
Sobre «Luna de Avellaneda» afirmó que «es una película dolorosa que tiene algunas situaciones humorísticas de un estilo muy argentino, ya que nosotros hemos aprendido a convivir con nuestras propias desgracias y a reírnos de ellas porque es nuestra forma de sobrevivirlas», añadió.
«De todos modos -puntualizó Darín-, creo que es una obra muy necesaria, porque más allá de todos los males a los que fuimos empujados (a bajar la guardia, a creer que luchar no sirve para nada), es a partir de ellos que se empieza a gestar nuestra identificación como seres humanos y como comunidad».
«El motor inicial de una película es la historia, yo no tengo referencias con nada anterior ni nada posterior», agregó Darín cuando se le preguntó si su personaje, Román, tenía contacto con el que hizo en «El hijo…».
«La gran incertidumbre cuando se filma una película es si vamos a poder contar la historia como deseamos, incluso una adaptación a los compañeros nuevos; es como cuando entrás a la escuela, llegás y tener que ir viendo», ejemplificó.
«Con 'Luna de Avellaneda' me enganché de entrada -continuó- porque me gustó cómo venía la historia, y porque en el caso de Juan José Campanella y el guionista Fernando Castets son muy abiertos en el proceso inicial de una película».
El actor señaló también que «ninguna versión es definitiva, pero en el guión escrito es donde uno puede ver cuál es el principio, el desarrollo y el fin; después lo que aparece es la realidad de lo que se decidió hacer con tal y cual cosa».
«Llegar a un decorado o a una locación determinada, que a lo mejor fue imaginada de otra forma, produce una suerte de reacomodamiento» agregó y al mismo tiempo dijo no sentir nostalgias por épocas pasadas ni por la vida de club.
«Yo trabajé desde muy chico y a lo mejor por la zona donde crecí y viví no tuve mucho tiempo para practicar deportes ni para ir a un club, por lo que no tuve connotaciones personales con la historia; sí a partir de referencias ajenas», señaló.
Darín dijo que a pesar de haber tenido una infancia distinta y no haber formado parte de un club, «la historia hace pie en lo del club pero tiene otro tipo de connotaciones y en esas otras -la solidaridad, el sentido de conjunto- sí me siento identificado».
Su encuentro con su personaje, Román, fue «la que espero haber transmitido, que es la de un tipo muy cascoteado, acomodado a que las cosas no le salgan bien, que es otro aspecto de la desilusión, me producía ciertas incomodidades; no sabía si podía hacer ese personaje».
La consumación del personaje fue para Darín haber conocido al Román real, «en el club Juventud Unida de Llavallol, donde filmamos; fue muy grato conocerlo y además ver de cerca lo que hacen esos personajes en la diaria y la lucha que tienen por llevar adelante una historia y una ilusión».
«En términos comunitarios no estamos acostumbrados a eso -señaló-; si te dicen que los números no cierran hay que bajar la persiana y nadie tiene derecho al pataleo porque es como la sentencia, la definición más inapelable.»
Darín vio a su personaje «cascoteado por todos lados pero no vencido y creo que lo que ocurre cuando a una persona no le sale una y todo está mal (y para colmo de males atraviesa una crisis familiar donde la desvalorización se nota cada día más), es que se termina por bajar la guardia».
En cuanto al inminente estreno de «Luna…», el actor se manifestó «a contracorriente de los pronósticos, a contramano del pulso popular; no tengo a priori una idea de lo que puede pasar con la película».
«Lo que sí espero es que la historia sea 'recibida' por la gente -apuntó-; supongo que de distintas formas: algunos gustarán de verse reflejados, otros odiarán verse identificados con el devenir de los personajes».
Entre esas variantes, «alguna gente pensará que la película es oportunista porque tiene cierto reflejo esperanzador que quizá tenga algún paralelismo con lo que nosotros queremos que ocurra con nuestra Argentina de hoy, pero la película fue hecha mucho antes».
BUENOS AIRES (Télam).- El actor Ricardo Darín aseguró que está identificado con los principios de "solidaridad y sentido de conjunto" y resaltó la labor de los clubes barriales por "llevar adelante una historia y una ilusión", en referencia al inminente estreno de "Luna de Avellaneda", nuevo largometraje de Juan José Campanella, en el que interpreta el papel de directivo de un club social.
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