De la Rúa negó sobornos y defendió su gobierno
Atacó la versión del fiscal sobre presiones del FMI.
DyN
BUENOS AIRES (DyN).- El expresidente Fernando De la Rúa negó rotundamente que su Gobierno haya pagado sobornos a senadores para la aprobación de una ley de reforma laboral en el año 2000, y afirmó que en el juicio al que está siendo sometido busca defender su gobierno, su honor, su familia, su partido y la institución presidencial.
“Vengo a demostrar mi inocencia y la inexistencia del hecho. Es falso que haya conocido estos hechos o que hubieran existido”, dijo De la Rúa a los jueces del Tribunal Oral Federal 3, en una declaración de algo más de una hora y media, donde reiteró que debió renunciar por un “golpe institucional” impulsado por “un sector del peronismo bonaerense y el FMI”.
“Defenderme es también defender a mi gobierno, mi honor, mi familia, mi partido y la institución presidencial”, aseveró el ex jefe de Estado de la Alianza con su voz cansina y hablar pausado.
Vestido de traje azul, camisa celeste y corbata verde, De la Rúa, de 74 años, histórico dirigente radical, hizo una defensa de la actuación de su gobierno e intentó rebatir la acusación de Mario Pontaquarto, el “arrepentido” secretario parlamentario que reveló que en una reunión en la Casa Rosada el entonces primer mandatario ordenó pagar los sobornos que reclamaban senadores peronistas.
“Créanme que traigo el desvelo de todos estos años. He soportado con paciencia una larga lista de agravios y mentiras”, les dijo a los jueces, ante quienes insistió con que en su administración no se dieron las coimas por las que es juzgado y, por lógica consecuencia, mucho menos pudo haber ordenado su pago.
De la Rúa recordó sus dos años de gobierno de la Alianza. Dijo que cuando asumió, “el país estaba en recesión” y aseguró que su gobierno “no vino para fomentar la corrupción, sino para combatirla”.
Y repitió que fue víctima de un “golpe institucional”. “Un sector del peronismo bonaerense con el FMI confluyeron para mi salida. Nos tiraron a la zanja”, criticó.
Sobre la ley de reforma laboral, resistida por los sindicatos, dijo que era importante para su gobierno pero no central. “No iba a comprometer mi honor para sacar una ley importante pero no existencial”, explicó.
Sostuvo que su aprobación se dio en una negociación habitual, y que él como presidente propiciaba el diálogo con la oposición, además de señalar que los votos de los cinco senadores acusados de cobrar coimas “no eran necesarios para la aprobación de la reforma” , porque el oficialismo ya tenía 11 votos por sobre los dos tercios necesarios para sancionar la ley.
De la Rúa mostró fotos del despacho presidencial durante su gestión y la de Néstor Kirchner para rebatir la descripción que Pontaquarto dio para sostener sus dichos de que allí había estado.
“Si alguien ha estado en el despacho hay cosas que no puede ignorar: los granaderos en la puerta, los ventanales y el edecán que hace pasar a las visitas”, sostuvo para referirse a aspectos que no nombró Pontaquarto.
El “arrepentido” le atribuye a De la Rúa haber dicho en ese encuentro “eso arréglenlo con De Santibañes (Fernando)”, por entonces jefe de la Secretaría de Inteligencia estatal, cuando senadores peronistas pidieron “otras cosas” para aprobar la ley.
“El juez se aferraba a su declarante estrella y todo lo que dijera era palabra santa”, criticó al magistrado Daniel Rafecas que lo mandó a juicio. “Es una reunión absurda. No hay precisión de Pontaquarto de qué se trata el ‘arréglenlo con De Santibañes”, agregó”.
También acusó al fiscal de la causa, Federico Delgado, de “fundamentalista” y, en sorna, dijo que si lo hubiera conocido antes lo hubiera nombrado Ministro de Economía porque hizo una pericia del megacanje en la que concluyó que la ley se aprobó por presión del FMI y que se tendría que haber devaluado. “No faltó dinero en ningún organismo del Estado ni se ha incrementado el patrimonio de ningún imputado”, fue otra defensa.
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