De Neuquén a Bolivia con servicios petroleros

Un grupo de empresas de la provincia con once años de experiencia en la Cuenca Neuquina abrió una filial en el país vecino. Tiene tres unidades de negocios y buscan socios para incrementar su presencia en el país y en el extranjero.

Redacción

Por Redacción

Confluencia Ambiente y Seguridad es una empresa de Neuquén que nació en 2008 y desde sus inicios presta servicios para la industria petrolera en la Cuenca Neuquina. Hoy la compañía es parte de un grupo de tres firmas que, a pesar de ser independientes, conectan características y brindan una amplia gama de servicios para el sector del Oil&Gas en el país.

“Siempre trabajamos entorno a temas ambientales principalmente en la industria del petróleo, no solo en Neuquén sino también en otras provincias y en el exterior”, expresó uno de los socios fundadores del grupo, Cristian Wilson, en diálogo con “Energía On”.

Las otras dos empresas asociadas son Clarity Laboratorio y Aerotec. En 2013 se creó el laboratorio y desde entonces realiza estudios en general y de contingencias que tienen que ver con la contaminación de suelos, ríos y emisiones gaseosas.

En 2014 sumaron Aerotec, la última firma del grupo. Se trata del brazo que brinda servicios aerofotogramétricos, topográficos, de ubicación y triangulación de pozos y de construcción de bases de datos geográficas.

En los últimos años aumentaron sus servicios para atender desarrollos no convencionales. Ahora hacen estudios de calidad de arenas y agua de retorno de fractura. “También hacemos análisis de biosidas que se utilizan para problemas asociados a la contaminación de pozos”.

En Bolivia desembarcamos solos. Tenemos la razón social. Ahora estamos buscando alianzas con empresas locales”.

Matías Alac es uno de los socios fundadores del Grupo Confluencia

Además de trabajar en la Cuenca Neuquina con casi todas las operadoras también prestaron servicios en la Cuenca del Golfo San Jorge, Mendoza, Río Negro, Salta y Tucumán. El año pasado comenzaron a realizar los trámites para desembarcar en Bolivia y a principios de este año abrieron sus puertas.

Si bien llegaron hace poco a Bolivia llevaron las tres unidades de negocio. Ya realizaron trabajos con drones, hicieron análisis de campo, muestreos e informes.

En números

40
es el número de empleados que forman parte del grupo. Si bien la cantidad fluctúa, por lo general ronda esa cifra.

La primera experiencia del grupo fue en Perú hace 3 años, pero por limitaciones de mercado decidieron que no era el lugar apropiado. En 2018 analizaron las perspectivas en Bolivia y definieron que era la mejor opción.

Ya hemos trabajado en el exterior dándole servicios a Repsol y la idea que tenemos es poder llevar allá, por medio de Confluencia Bolivia, los distintos servicios que ofrece el grupo en Argentina”, indicó Wilson.

También trabajaron para YPFB y con Equipetrol. “Hasta ahora hemos estado en cuatro áreas, Mamoré, Cambeiti, Monte Agudo Y Margarita. Es importante porque ya empezamos a tener antecedentes allá”, resaltó Matías Alac, otro de los socios fundadores.

En paralelo, el mes pasado iniciaron una gira por el norte del continente. Fueron a Canadá para buscar socios y estudiar nuevas técnicas ambientales. “Nos reuniones con distintas empresas principalmente por temas ambientales. También visitamos laboratorios que ya vienen hace tiempo trabajando en el área no convencional”, sostuvo Wilson.

Para el corto plazo el objetivo del grupo es incrementar su presencia en no los no convencionales y lograr sociedades con capitales extranjeros.

La idea es buscar inversiones para nuevos servicios de pozo en Vaca Muerta y de tratamiento de cutting. Y en Bolivia, con los antecedentes que ya tenemos, la idea es prestar una mayor cantidad de servicios por las mismas inversiones que estamos gestionando en Argentina”, proyectó el otro socio fundador del grupo, Pedro Brissio.

La falta de financiamiento, un problema clave de la industria

El 2018 fue un año complicado para muchas empresas argentinas y las compañías de la industria petrolera no fueron ajenas al contexto global.

La corrida cambiaria del segundo semestre perjudicó principalmente a las pequeñas empresas a tal punto que algunas cobraron trabajos por debajo del costo operativo.

El Grupo Confluencia también padeció la inestabilidad de la macroeconomía del país, si bien no registraron pérdidas, tuvieron que aplicar una estrategia más conservadora.

Creo que este año se empieza a acomodar, pero no sabemos si el dólar se va a volver a escapar. Esto quita previsibilidad y el gran problema argentino es que sin inversión no hay desarrollo y las inversiones son en dólares”, subrayó uno de los socios fundadores, Cristian Wilson.

Sin embargo, no es el único factor que perjudicó al grupo. “El problema no es tanto el valor del tipo de cambio, la falta de acceso al financiamiento es el gran problema. Independientemente de lo que nos parezca hoy el tipo de cambio que nos está quedando un poco alto, lo que nos tiene atado de pies y manos es no tener acceso a crédito para acceder a equipamiento”, expresó.

Y concluyó: “La única manera de hacer las cosas es así, porque si te quedas pensando que la situación no acompaña no haces nada y alguien lo va a hacer igual, la industria es así”.


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