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Las vidas políticas de Sergio Massa: «El arribista del poder»

“El arribista del poder”, la muy recomendable biografía del ministro de economía y candidato a presidente, escrita por Diego Genoud, revela los medios y los modos para su obsesión: el poder.

– Vení para Libertador que estoy con Olmos.

– Dale, paso por lo de mi vieja y estoy”.

Sólo unas pocas páginas después sabremos quién estaba con Olmos en ese inmueble de Libertador y quién iba a pasar por lo de su vieja antes de encontrarse con ambos: en las oficinas del Frente Renovador, en Avenida del Libertador, Sergio Massa, junto a Juan Manuel Olmos, esperaba por Máximo Kirchner.

Con aquel diálogo, el periodista Diego Genoud decidió comenzar “El arribista del poder” (Siglo XXI Editores), su segunda y muy recomendable biografía de Sergio Massa, diez años después de “Massa. La biografía no autorizada” (Sudamericana). Una época en la vida de Massa en que, tras romper con el kirchnerismo gobernante, se lanzaba a su primer y fallido intento de ser el presidente del antikirchnerismo.

Una década más tarde, Genoud edita su segunda biografía sobre Massa, ahora ministro de Economía y nuevamente candidato a presidente de una especie de poskirchnerismo. Cómo es posible este cambio de prefijos en apenas una década solo puede ser comprendido recorriendo las páginas de esta apasionante biografía, de un tono narrativo tan lúcido como atrapante.

Aquel diálogo entre Máximo y Massa sucedió el 3 de julio de 2022, el día después de la renuncia de Martín Guzmán. Pero no iba a ser ese día que Massa sería designado ministro de Economía. Las condiciones para que eso finalmente suceda serán narradas recién en el último capítulo. En el medio, una biografía política que lo explicará todo.

“Arribista”: del francés “arriviste/arriver”, que durante siglos significó “arribar”, “llegar”. Se dice de la persona que llega a lo más alto por medios rápidos y sin escrúpulos.

La explicación del diccionario ser arribista, adquiere un crudo sentido político que describe muy bien a Sergio Massa, tanto como a la propia política argentina de los, al menos, últimos cuarenta años. Porque, por sus más de 300 páginas, desfilan nombres cuyo pasado y presente políticos son difíciles de hacer coincidir. Y porque acaso de eso se trate ser un político profesional: ser un arribista del poder.

La (pre)historia de Sergio Massa


¿Cómo ubicar los orígenes liberales de Sergio Massa? Genoud habla de la prehistoria del actual ministro de Economía para emocionar aquel comienzo en la política como militante de la Ucedé, a fines de los años’80, en su territorio natal, San Martín. Su conversión al peronismo en su versión menemista se dio entre 1992 y 1993 cuando el entonces presidente Carlos Menem asumiera como propias las ideas liberales de reforma del estado, entre otras, fagocitara al partido fundado por Álvaro Alsogaray.

En la puerta de entrada al menemismo lo esperaban Luis Barrionuevo y su esposa Graciela Camaño, una de las mujeres más importantes en la vida política de Massa, dirá Genoud. Allí será donde entable relaciones políticas y afectivas -a veces serán lo mismo- que lo guiaron en su vertiginoso e impredecible camino y que, muchas de ellas, perduran hasta hoy. Por caso, Horacio Rodríguez Larreta.

Desde entonces, de un modo u otro, Massa siempre se mantuvo dentro de los laxos límites del peronismo, eso sí, cambiando el prefijos dada la ocasión. Fue pro y anti del kirchnerismo y del macrismo tantas veces como lo creyó conveniente.

En una entrevista con la agencia Télam, Genoud destacaba lo siguiente de quien fuera, entre otras cosas, jefe de Gabinete de Cristina por apenas un año, entre julio de 2008 y julio de 2009: “Si lo mirás en el tiempo, es alguien que siempre está buscando su oportunidad, no importa dónde y cuándo sea, o dónde lo lleve. La coherencia es que quiere estar en la cima del poder, no importa dónde esté sentado. En ese momento (N. de la R.: se refiere a 2013) su movimiento era leído como ‘a Massa le dieron todo y se fue para ser el jefe del antikirchnerismo’, después Macri lo superó y terminó siendo un vehículo más eficaz para el antiperonismo y antikirchnerismo. Mirado desde hoy, que está pegado a Cristina, la clave es que Massa va donde está el poder”.

Activo militante del intento fallido de Palito Ortega de ser presidente a fines de los 90, en 1999 Sergio Massa asumió su primer cargo electivo: diputado provincial por el peronismo. En enero de 2002, asumió como director del Anses, designado por Eduardo Duhalde, por entonces presidente interino. Quizás sea allí donde comenzó seriamente a construir su caudal político que lo mantuvo siempre al acecho del poder. Porque, como bien lo cuenta Genoud a lo largo de todo el libro, si algo quiso ser Massa es presidente.

No existe, pero, de haber existido un video como el de aquel niño Maradona soñando con jugar en Primera y en la Selección y en ganar un Mundial, el niño Massa seguramente habría fantaseado con ser intendente, un superministro y presidente de la Argentina. Bueno, dos de tres ya sucedieron. La tercera va en camino con resultado incierto.

Diego Genoud, periodista y autor de la biografía

En 2015, Sergio Massa lo intentó por primera vez y le fue mal… pero no tan mal: salió tercero con el 21 % de los votos, ya como opositor explícito del kirchnerismo. En la mencionada entrevista con Télam, Genoud dice: “Él (Sergio Massa) quiso transitar la ruta que el poder había diseñado para él en ese momento. La lectura en 2013 era ‘Rompiste, ganaste la provincia de Buenos Aires, sos el próximo presidente’. No era solo una fantasía suya, era también la de un grupo de familias del círculo rojo, parte del peronismo, algunos en Washington… Había demostrado que podía ganarle al peronismo de Cristina. Una cosa es lanzarse y perder y otra es lanzarse y sacar el 45% de los votos en la provincia de Buenos Aires. Massa había dado muestras de que había elementos ciertos para creer en esa fantasía. Y creo que Cristina lo respeta por eso”.

Sergio Massa, una biografía: Amigo/enemigo y viceversa


El derrotero político de Massa en la función pública comenzó con aquella diputación provincial entre diciembre de 1999 y enero de 2002, cuando asume como director del Anses. Allí estará hasta 2007, cuando, por pedido de Cristina asume el cargo de jefe de Gabinete dejado por el renunciante Alberto Fernández. El 24 de julio de 2013 asumió como intendente de Tigre, entre 2009 y 2013. En el medio de esta gestión, en 2010, creó su propio espacio, el Frente Renovador, con el que acelerará su viaje a lo más alto de lo que sea. Para entonces ya era ese antikirchnerista explícito que comenzó a seducir a Mauricio Macri, quien lo imaginó como, en palabras de Genoud, un “peronista adaptable” capaz de liderar el poskirchnerismo. Error, como bien lo sabrá el propio Macri no mucho tiempo después.

Los más de 21% de los votos que obtuvo Massa en la elección de 2015 que lo ubicó tercero detrás de Macri y Scioli lo convirtieron -una vez más- en un actor relevante en la escena política nacional. Desde ese lugar apoyó explícitamente a Macri en el balotaje de aquella elección.

Tras su fallido intento por ser presidente en 2015, Massa volvió al territorio de Tigre y perdió feo en las elecciones legislativas a las que había ido como candidato a senador nacional. Era momento de pensar qué hacer. Por primera vez, la vía independiente, esa avenida del medio que había imaginado para su desmedida ambición resultaba ineficiente e ineficaz.

Aliado a Macri, buscó ser el garante de la gobernabilidad cambiemita hasta que vio – justo a tiempo, virtud indispensable de todo arribista del poder- que el gobierno de Macri iba camino al desastre y comenzó, puertas adentro del Congreso Nacional, un entendimiento con Máximo Kirchner. Ambas partes, kirchnerismo y Massa, se dieron cuenta que se necesitaban mutuamente. En palabras de Genoud: “…los dos (Massa y Máximo) habían tenido que vencer desconfianzas, deponer intensas agresiones previas y desplazarse del lugar en que se paraban. Crecer”. Esta última palabra, ubicada allí, es un acierto fantástico de su autor.

En 2019, tras amagar con ser precandidato a presidente, encabezó la lista de diputados del Frente de Todos por la provincia de Buenos Aires. Terminaría siendo electo como diputado tras el 52,64 % de votos que obtuvo el Frente de Todos en Buenos Aires. Así, la asunción de Alberto Fernández como presidente y de Cristina como su vice, en diciembre de 2019, lo encontró como presidente de la Cámara de Diputados. Poco menos de tres años después, asumiría el ministerio de Economía en reemplazo de Silvina Batakis. El último capítulo del libro, “El tiempo de Massa” retoma las circunstancias que le dieron comienzo. Pero, ahora sí, como ministro con el acuerdo de Cristina. Poco más de un año después, con la economía al rojo vivo y la oposición reformulada detrás del libertario Javier Milei y el ala dura del Pro, Massa está listo para arribar a ese lugar que ya imaginaba habitar aquel veinteañero militante de la Ucedé.


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