Corazón, carácter y por sobre todo juego asociado: la Selección Argentina goza de buena salud

El equipo de Lionel Scaloni se metió a los octavos de final del Mundial de Qatar 2022 como primero de su grupo y lo hizo volviendo a las fuentes. Su fútbol lo hace otra vez candidato.

Argentina y el fútbol, la Selección y el juego que los llevó hasta Qatar como candidato. La euforia justificada del siempre festivo hincha argentino, pero esta vez provocada desde adentro hacia afuera.
Ante Polonia hubo apariciones que invitan a volver a creer. En la antesala de los octavos de final, se develó el aspecto más importante: el equipo volvió a ser aquel, el que nos ilusionó tanto desde la Copa América 2021.

“Contra México empezó el Mundial para nosotros…”, había dicho Lionel Messi, tras el mal paso del debut ante Arabia. Lo cierto es que en esta victoria 2-0 ante Polonia, la Selección tuvo un nuevo estreno en esta Copa del Mundo: le sobró corazón, tuvo carácter, definición y por sobre todo juego asociado. Por todo eso, ingresa por la puerta grande a los octavos de final. Su fútbol lo hace otra vez candidato.

La Selección se sacó de encima las presiones y partido a partido se siente más fortalecido. Incluso cuando Leo Messi desperdició el penal ante Szczesny, el gran arquero polaco que evitó una goleada en contra que hubiera sido histórica.

Argentina fue tan superior a su rival en todo el encuentro, que la circunstancia del penal fue sólo eso: un accidente del juego, un pormenor insignificante que sería lógicamente avasallado por el dinamismo que tuvo el equipo de Lionel Scaloni, en uno de los partidos más desiguales en lo que va del Mundial.

La Selección no se fue en ventaja a los vestuarios sólo porque el arquero polaco de la Juventus lo impidió. Pero sólo era una cuestión de tiempo. Y fue así que la resistencia de Szczesny se quebró al minuto gracias a una sociedad poco usual: centro de Nahuel Molina y gol de Alexis Mac Allister luego de 17 toques que llevaron el balón de un lado a otro.

Que la ventaja se haya consumado gracias a una combinación diferente, sin que haya pasado por los pies de Messi o el Fideo Di María, habla de una concepción de equipo total, de una victoria global donde es muy difícil encontrar puntos débiles en el balance general.

Todo ello se confirma con el segundo gol de Argentina en el partido, gestado por un recién llegado por Enzo Fernández y concretado con un golazo por Julián Álvarez, el reemplazante de uno de los artilleros del ciclo: Lautaro Martínez, al que los dos tantos anulados ante Arabia parecen haberle quitado confianza.
Salvo el Toro, que ingresó por Julián y perdió un gol solo frente a Szczesny, el resto está encendido con crecimiento individuales que van de menos a más.

Polonia no llegó casi nunca hasta los dominios de Emiliano Martínez, salvo un cabezazo de Kamil Glik que se fue apenas afuera cuando el partido estaba 1-0. Terminó entrando por la ventana a los octavos porque Argentina no le metió más goles y porque México, que le ganó a Arabia sólo por 2-1, no hizo la faena completa.

Lionel Scaloni prueba, ensaya y los jugadores responden. Metió cuatro cambios respecto al duelo ante México y con el partido en ventaja mínima sacó al Huevo Marcos Acuña, siempre vital y generoso por su sector, por Nicolás Tagliafico, que estuvo a punto de marcar el tercer gol argentino.

Hizo ingresar a Leandro Paredes por Di María y tuvo en cancha por primera vez a cuatro volantes de buen pie. El objetivo fue tener un mayor control en el mediocampo y soltar a Enzo Fernández de la disciplina táctica del volante central. Y fue así cómo llegó el gol de Álvarez, luego de que Enzo pisara el área para asistir al Araña tras 28 pacientes toques de todo el equipo.

Argentina se reencontró con el juego que quieren todos y ahora el abanico se abre para el entrenador argentino, ya que hay muchos candidatos para estar entre los once que jugarán el sábado desde las 16 contra Australia.

Scaloni y su equipo han pasado por todos los estados de ánimo en los tres partidos que lleva jugados. La Albiceleste vuelve a estar en eje y se vienen los octavos. Para algunos, es cuando arranca la verdadera Copa. Para la Selección, el Mundial comenzó hace rato y ahora, que sanó a tiempos de las heridas del debut, va por más.


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