Seamos realistas, pidamos lo imposible: Messi ya no tendrá su mayo francés y el Barcelona clama por su ídolo

La decisión tomada por el club de suspender al crack por un viaje no autorizado a Arabia Saudita marca probablemente el final de su historia con el PSG y acelera su ansiado regreso a Cataluña.

La parte final de un vínculo forzado que nació a partir del desconsuelo, morirá indefectiblemente de la misma manera. El desánimo inevitable dominará los últimos días de la relación entre Lionel Messi y el PSG, que le abrió al rey las puertas de París hace dos temporadas y que ahora, empujado por las presiones, se las cierra en la cara.

Cuando Messi fue obligado a abandonar Barcelona entre lágrimas, París le devolvió la sonrisa pero a cambio le pidió que terminara con décadas de frustración, con la Champions League como máxima ambición.

Hoy el PSG le reclama a Messi el incumplimiento de su parte del arreglo, pero lo que no ha hecho jamás el todopoderoso francés es planificar un proyecto deportivo serio y competitivo. Siempre creyó que con sólo tener acumulados en su plantilla a los mejores jugadores del mundo le alcanzaría.

¿Puede entenderse que un equipo que tenga en sus filas a Messi, Mbappé y Neymar quede eliminados por dos años consecutivos en los octavos de final de la Liga de Campeones? La triste realidad lo golpeó de frente en series que fueron verdaderas palizas propinadas por el Real Madrid y el Bayern Múnich, respectivamente.

La falta de una planificación equilibrada y competitiva fue lo que empujó a Messi a rechazar la renovación de su contrato por un año más, después de haber ganado el Mundial y luego de perder la eliminatoria ante el Bayern, en su primera frustración tras la gloria de Qatar.

A la dirigencia parisina encabezada por el propietario del club, el qatarí Nasser Al-Khelaifi, no le gustó la decisión del crack, quien entiende que la abultada billetera del jefe no es suficiente para diseñar un equipo capaz de sostener su talento, el de Kylian Mbappé y el de Neymar, actualmente lesionado.

Hace casi dos meses, cuando el Bayern movía el banco y ponía en cancha a Leroy Sané, Sadio Mané y a Gnabry para consumar la victoria, el PSG, como respuesta, no tuvo entre sus relevos un delantero de categoría capaz de acompañar a Messi y Mbappé para dar vuelta la historia. Los juveniles Warren Zaire-Emery (17 años) y Hugo Ekitike (20) fueron las primeras opciones del DT Galtier.

¿Cuáles son las responsabilidades y el incumplimiento de Messi en este tipo de situaciones, que deja en claro por dónde hay que empezar a buscar las explicaciones de la nueva frustración?

Por caso en la Ligue 1, el PSG sobre 33 partidos con 76 goles a favor, Mbappé ha marcado 23, Messi 15 y Neymar 13. En cuarto lugar recién aparece el marroquí Achraf Hakimi, con 4. Es decir que el tridente de ataque ha anotado el 67% de los tantos del equipo en el campeonato francés. Además, el crack argentino es el mayor asistidor de la plantilla.

Por la Champions 2022/23 los números son mas elocuentes. Mientras estuvo en competencia, el PSG disputó en total 8 partidos con 15 goles: Mbappé marcó 7, Messi 4 y Neymar 2.

¿Qué es entonces lo que le reclaman a Messi los ultras del PSG, que son ni más ni menos que la versión europea de “nuestros” trístemente célebres barrabravas?
¿Qué es lo que critica L’Equipe cuando dice que Leo camina el campo y pierde muchas pelotas? Quizá tenga razón, Messi ha perdido 97 balones en lo que va del torneo francés, pero Mbappé lo ha hecho en 117 ocasiones y Neymar en 120.

A comienzos de temporada, el PSG soñaba con tener un mayo glorioso con Leo en el equipo: poder alcanzar la final de la Champions League y defender con éxito el título de la Ligue 1. Del primer objetivo ya se despidió sin pena ni gloria hace tiempo; el segundo podría lograrlo: le lleva cinco puntos al segundo, Olympique de Marsella, a falta de cuatro fechas para el final.

Quizás lo logre, y si lo hace lo hará sin Messi, sancionado con dos semanas de inactividad por la dirigencia del club por un viaje a Arabia Saudita, en una decisión que marcó la ruptura definitiva entre el campeón del mundo y Nasser Al-Khelaifi, sin dudas el principal responsable de que el PSG este afuera del círculo premium de los mejores equipos del Europa, a pesar de tener en el suyo a tres de los mejores jugadores del mundo.

La salida del París está cada vez más cerca y el sueño del Barcelona es el regreso de su ídolo, aunque las trabas económicas que plantea la operación obligan a llevar la ilusión al plano terrenal.

El 24 de junio, a seis días del fin de su vínculo contractual con el PSG, Messi cumplirá 36 años y espera celebrarlo en casa. Claro que antes Barcelona deberá esperar por la aprobación de La Liga Española de su “plan de viabilidad”, donde figuran las renovaciones de varios de sus jugadores como así también el regreso de Messi, todo sin superar el límite salarial.

El Barcelona compite con los petrodólares de Arabia Saudita y su idea de recuperar la histórica rivalidad con Cristiano Ronaldo, jugador del Al-Nassr, también con el Inter de Miami y la figura convocante de David Beckham y hasta con un par de equipos ingleses que también sueñan con ver al crack planetario jugando la Premier League.

El tope salarial es el cerco que por ahora no puede saltar el Barça, pero quizás esta vez el deseo romántico sea más fuerte que los números y Messi pueda escapar de la hoguera de París.


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