Selección Argentina: no hay infierno que apague a este equipo

Se sobrepuso a varias adversidades en el desierto de Calama y venció 2-1 a Chile, quien se quedó con un pie y medio afuera del Mundial. Sin Messi ni Scaloni, la Albiceleste, ya clasificada a Qatar, elevó su marca invicta a 28 encuentros.

El contexto del encuentro entre Chile y Argentina en la altura de Calama se ajustó perfectamente a la pesada carga emocional provocada por una rivalidad que excede lo estrictamente deportivo.

Si hasta hubo intervenciones del mismísimo Ministro del Interior chileno exigiendo disculpas públicas por un posteo en sus redes de Emiliano Martínez, que calentó la previa como si le hiciera falta a un duelo siempre desbordado de combustión.

La Selección Argentina, ya clasificada al Mundial de Qatar, afrontó este partido casi como un desafío experimental ambientado en un entorno totalmente ajeno como el que encontró en el estadio Zorros del Desierto, un verdadero infierno rojo y blanco que la Albiceleste apagó a pura jerarquía.

La victoria 2-1 sobre los chilenos, que eleva la marca invicta a 28 partidos, cobra valoración no sólo por el entorno desfavorable, sino también porque lo hizo sin su máximo emblema ni su entrenador en el banco.

Con Lionel Messi en recuperación post Covid y con Lionel Scaloni, cursando también la enfermedad viral, la Albiceleste tuvo una especie de ensayo por los puntos en el año de la Copa del Mundo que dejó varias sorpresas en la formación inicial.

Parecía ser la situación ideal para que Paulo Dybala tomará la posta del capitán ausente, pero el cuerpo técnico argentino mandó a la cancha a Papu Gómez y también a Nicolás González dejando en el banco también a Gio Lo Celso. Tampoco estuvo de entrada el zapalino Marcos Acuña (ingresaría a los 25’ del ST) volviendo al lateral izquierdo Nicolás Tagliafico.

Con el ilustre capitán recuperándose en París, en Calama la cinta la portó Di María y el delantero, en modo “Ángel del gol”, silenció el estadio con disparo combado de zurda que se coló en el segundo palo de Claudio Bravo. Golazo a los 9’.

El Ángel del gol apareció también en Calama. Di María y un golazo de su sello para abrir el partido ante Chile. (Photo by Javier Torres / POOL / AFP)


Argentina dominaba en todos los aspectos del juego, pero el árbitro brasileño Daronco comenzó a no penar el juego brusco de los chilenos y perdió el control de pelota. Para colmo a los 20’ Brereton metió un cabezazo por encima del cuerpo de Dibu Martínez y todo igualado otra vez.

Sin embargo el peso de los volantes volvió a inclinar la balanza para Argentina. Papu Gómez robó y tocó en el medio para De Paul, que cambió de marcha y fusiló a Bravo. El ‘1’ dio rebote y la pelota cayó en los pies de Lautaro Martínez, y el goleador no falló.

Lautaro Martínez grita con alma y vida el gol de la victoria de Argentina sobre Chile. Foto: AP

La buena imagen que dejó el partido en la primera mitad, se desdibujó por completo para el segundo tiempo. Las urgencias de Chile no se trasladaron a su juego y la Selección sufrió más con los desaciertos del árbitro brasileño que con lo que los hombres de Lazarte, salvo con Brereton.

El delantero anglo-chileno fue una pesadilla para Nahuel Molina. No sólo le ganó en el salto para el 1-1, sino que también lo hizo a los 38’ tras un frentazo que Dibu Martínez salvó de manera espectacular.

Los minutos finales le pesaron a la Selección porque la altura ya estaba metida en la fatiga de los jugadores albicelestes, pero Chile tampoco tuvo claridad e ideas para dar vuelta un resultado, que lo deja con un pie y medio afuera del Mundial.

El mensaje de Scaloni para los convocados en esta nueva doble fecha fue claro. Los logros del 2021, Copa América y clasificación anticipada al Mundial, quedaron guardados en el cajón más valioso de los recuerdos albicelestes. Ahora es tiempo lanzarse a la nueva aventura desde cero. Esta vez claro está, sin la mochila lacerante que soportaba las casi tres décadas sin títulos.

Fue una nueva prueba superada para los dirigidos anoche por Walter Samuel y Roberto Ayala, núcleo duro de un cuerpo técnico que se fue curtiendo dentro de este mismo proceso que arrancó de apuro en septiembre del 2018 y que hoy goza de muy buena salud.


El contexto del encuentro entre Chile y Argentina en la altura de Calama se ajustó perfectamente a la pesada carga emocional provocada por una rivalidad que excede lo estrictamente deportivo.

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