Desaliento a la inversión

La persistencia de la pobreza y la desigualdad, que recién ahora comienzan a documentar los datos oficiales, responde fundamentalmente a factores estructurales. En términos simples, el problema central es que gran parte del sistema político argentino confunde más Estado con mejor Estado.

Sin dudas, la Argentina tiene más Estado que en el pasado. La presión impositiva ha crecido en 10 puntos del PBI, desde el 21% a comienzos de la década hasta el inédito 31% en el 2008. Una primera connotación negativa desde el punto de vista de generar un proceso sostenido de progreso social es que esta apropiación de recursos se instrumenta mayoritariamente a través de impuestos que desalientan la inversión y la generación de empleos «en blanco».

Pero más importante aun es que la Argentina tiene, al menos desde la perspectiva de promover la equidad, un peor Estado. Por ejemplo, subsidiar una empresa aérea es aplicar recursos fiscales en beneficio de segmentos medios y altos que usan este tipo de servicios, y de aliados políticos y amigos.

El fracaso distributivo que documentan los datos del Indec es consecuencia de haber adoptado el camino simple y rudimentario de generar más Estado sin atender a la necesidad de construir un mejor Estado. Esto lleva a enfatizar que para avanzar hacia un sector público comprometido con el progreso social y la equidad se requiere idoneidad y creatividad, además de capacidad política para avanzar en consensos respetando la institucionalidad. Esta es la forma de promover la inversión, el empleo y el progreso social.


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