Descubren en Bariloche el fósil de margarita más antiguo del mundo

Rodolfo Corsolini, director del museo del Lago Gutiérrez, es el autor del hallazgo, publicado por la prestigiosa revista científica Science. Estaba en buen estado de conservación pese a que la flor casi no deja registros fósiles.

RÍO NEGRO

El fósil de la flor margarita más antiguo del mundo, que data de unos 47 millones de años, fue hallado cerca de ciudad rionegrina de Bariloche, se informó este viernes (24-09-10).

“Este ejemplar de la familia de las margaritas data de unos 47 millones de años, del período del eoceno (entre 58 y 37 millones de años atrás). También se hallaron restos de granos de polen. No hay registro de que supere su antigüedad hasta ahora en el mundo”, dijo Rodolfo Corsolini, autor del descubrimiento y director del Museo del Lago Gutiérrez.

El hallazgo se hizo en 2008 y luego de las investigaciones de laboratorio que determinaron su origen y antigüedad, corroboradas por un equipo de científicos argentinos y suecos, fue publicado en la más reciente edición de la prestigiosa revista científica Science.

Corsolini, de 57 años, dijo que encontró el ejemplar en la zona del río Pichi Leufú, en los alrededores de Bariloche, mientras acompañaba a su hijo Julián en una misión de estudios de paleontología.

“Mientras caminábamos por la zona con mi hijo nos llamó la atención la hoja que estaba fosilizada en una laja (piedra) suelta. El ejemplar estaba en muy buenas condiciones”, señaló el investigador en declaraciones telefónicas.

El descubrimiento probaría que la flor de la familia de las margaritas, cuyo nombre científico es Asteraceae, es originaria de la región de la hoy llamada Patagonia argentina (sur) y luego se diseminó por el mundo, según los indicios de los investigadores.

“El hallazgo es muy llamativo porque la flor es un material que casi no deja registros fósiles. Normalmente se desintegran. Pero además estaba en muy buen estado de conservación”, añadió el profesor.

Sostuvo que el descubrimiento, además, es importante para determinar cómo era el medioambiente en la región en el período del eoceno.

La flor “estaba en una laja como si fuera una impronta, muy bien preservada. Los investigadores también pudieron extraer granos de polen”, señaló Corsolini.

“Posiblemente, desde América del Sur, los primeros representantes de esta familia migraron primero hacia otros continentes y luego hacia el resto del mundo”, dijo Viviana Barreda, del Museo de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia de Buenos Aires, donde se realizaron las investigaciones.

Barreda señaló que el polen hallado permitió determinar la pertenencia de la flor fósil a la familia de las asteráceas.

El ejemplar está depositado en el Museo que dirige Corsolini en una bella región ubicada en las faldas de la cordillera de Los Andes rodeada de bosques y lagos.

AFP


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