Después de la tragedia

EL CHOCÓN (AN).- Vecino destacado por su preocupación hacia el bienestar de los demás, José Butín falleció en un accidente de tránsito que conmocionó a la comunidad entera. Hoy, el dolor de su hija fue transformado en acción para salvar vidas. Butín había llegado a El Chocón en 1986 junto con su esposa en busca de una actividad más rentable y tranquilidad. Brindó sus servicios a la represa, contratado por Hidronor. Como la iglesia de la Villa no contaba con sacerdotes José se hizo cargo de ella, por pedido de Jaime De Nevares. Aquí nacieron sus últimos hijos: Maximiliano y Gabriel, que se sumaron a Rocío, Pablo, Jazmín y Stella. Como vecino sus actividades fueron muchas. Suplió la falta de curas, fue concejal y benefactor social. Su casa fue sucursal de Cáritas y era donde concurrían las personas en busca de trabajo o alojamiento. Ayudó en la escuela y en el club. El 10 de octubre de 2010 un choque en la ruta 22 terminó con su vida. Un vehículo Astra impactó de frente al Senda en el que viajaba. En el automóvil también se encontraban su hija Rocío, junto a su esposo, Claudio Leiva, sus dos pequeños hijos, Ian y Uma, y una sobrina. José murió al instante, días después su yerno junto a sus hijos. Su hija y la otra nieta de Butín sobrevivieron. Hoy Rocío, quien contó la historia a este medio, es miembro de Estrellas Amarillas, agrupación que se encarga de la concientización para evitar los accidentes viales. La sobreviviente logró que el dolor fuese convertido poco a poco en acción para salvar vidas. Los órganos de su esposo y sus hijos fueron donados. Hace un año se transformó en la vocera de la asociación. “La idea de pintar estrellas en la calle o la ruta es que se tome conciencia y que no haya más estrellas en el cielo, que nadie más tenga que pasar por lo que yo pasé”, explicó Rocío.