Diez años de sanciones a Yugoslavia
Por Javier Otazu
La «revolución» apenas ha durado dos días, pero los yugoslavos ya casi la han olvidado pensando en las sanciones que duran, de una u otra forma, desde 1992. Las sanciones implican el embargo sobre la venta de armas, pero también otros que afectan más la vida de los ciudadanos.
Precisamente los ministros de Exterior de la UE se reúnen hoy en Luxemburgo para anunciar el comienzo del levantamiento de sanciones, aunque probablemente este levantamiento sea gradual.
La caída de Slobodan Milosevic y su sustitución por Vojislav Kostunica fueron bien acogidas y la gente se encuentra satisfecha, pero no eufórica, tal vez porque es consciente de que un cambio de hombre no significa un cambio inmediato de régimen.
El yugoslavo de hoy subsiste apenas con un salario de 50 dólares el mes, y es incomprensible cómo puede estirar el dinero si uno observa los precios de la comida, el combustible o productos de uso corriente.
La respuesta está en el mercado negro, que apareció con fuerza en 1993 y hoy sigue siendo el lugar habitual donde abastecerse de cigarrillos o ropa. Productos de alimentación, como azúcar o aceite, faltan esporádicamente de las estanterías de las tiendas, provocando fastidiosas colas entre los sufridos consumidores.
Las divisas también se cambian en el mercado negro, y el marco alemán sigue siendo una referencia para los ciudadanos y en cualquier esquina hay un cambista.
El auge del mercado negro ha hecho crecer el contrabando con los países limítrofes, especialmente con Hungría, y ha dado alas a una clase de nuevos ricos.
Recientes asesinatos, como el del «Tigre» Arkan, uno de los mayores presuntos criminales de la guerra de Bosnia, o el del ministro de Defensa, Pavle Bulátovic, nunca quedaron esclarecidos, y ante la falta de reivindicación política se atribuyeron a ajustes de cuentas. El yugoslavo perdió en diez años gran parte de su poder adquisitivo, y lo que en otros países sería clase media olvidó lo que es irse de vacaciones, cuando a principios de los»90 este país era el más próspero de la Europa del Este. EFE
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