Dilema de vacaciones: recuperar tareas en casa o pausa necesaria

Especialistas recomiendan que es el momento para que los chicos recuperen el disfrute, porque la virtualidad provoca agotamiento.

Las tres semanas de receso invernal llegaron después de un año y medio atípico de clases marcado por la virtualidad y la presencialidad interrumpida algunas semanas. El dilema está en cómo actuar con los chicos en estas vacaciones: ¿dejarlos al libre albedrío o generar algunas tareas escolares?  

Para la licenciada en Psicopedagogía Sandra Ahmar las vacaciones implican hacer una pausa. “Entiendo esta cuestión ambivalente: los chicos casi no tienen clases o tienen de manera alternada y llegan las vacaciones. Las familias y, sobre todo, los niños y adolescentes transitan un momento de mucha inquietud, incertidumbre y desesperanza con malas noticias. Por eso, en este momento, el acento debería estar en recuperar el disfrute”, planteó.

Su colega Valeria Badolato advirtió que “los chicos están bajo presión escolar porque la virtualidad los agota. Esta modalidad no es gratuita”.

“No se puede generalizar. Algunos chicos concurren sin interrupciones a la escuela porque sus burbujas son pequeñas; otros lo hacen una semana a la mañana y otra a la tarde o con menor intensidad y algunos mantienen la virtualidad. “En este caso, te dicen que se distraen, no escuchan, se les corta o simplemente se pierden”, contó.

La vicedirectora Sandra Alí consideró que el trabajo que se hace “en la jornada reducida del colegio es muy a consciencia. Por eso, el descanso es necesario para chicos y docentes por los altibajos de la presencialidad y virtualidad”.

Esta docente advirtió que el equipo directivo de la escuela donde trabaja evaluó el receso. “Somos conscientes que estamos desfasados de los contenidos. Es una realidad a nivel mundial. Pero el corte era necesario desde lo emocional”, dijo.

Un paréntesis

La licenciada en Psicopedagogía Belén Bosch destacó la necesidad de “pensar en un paréntesis y no en vacaciones de invierno”.

“No podemos hablar de una necesidad de descanso como en un ciclo lectivo típico. Pero tampoco podemos pedirles a las familias y a los chicos que se sigan exigiendo con tareas y actividades escolares considerando el nivel de estrés y sobrecarga a los que vienen siendo sometidas en este año y medio”, manifestó.  

Los profesionales coinciden en que niños y adolescentes necesitan rutinas, acompañamientos y también instancias de descanso para reponerse del estrés del último año y medio, marcado por la pandemia, causada por el nuevo coronavirus.

Para Bosch, tanto chicos como adultos necesitan un marco de certeza y certidumbre que aporte previsibilidad. “Cuando esto no está presente, se generan altos niveles de estrés, desgano y malestar psíquico y físico que requiere de descanso”, aseguró Bosch, que es profesora de Psicología del Desarrollo en la Universidad Nacional del Comahue.

Se trata de pensar propuestas alternativas, actividades recreativas, de esparcimiento, recuperar la actividad física y los encuentros familiares y con pares, “cuidando los protocolos sanitarios”.  

Películas con subtítulos para niños es una buena opción para la lectura. Foto: Emiliana Cantera

“Si bien muchas familias continúan trabajando, es posible recuperar espacios de diálogo, de escucha, jugar afuera en familia y aprovechar juegos de mesa. Veinte días de este descanso no va a generar un cambio significativo”, manifestó Bosch.

Consideró que el impacto de la escolaridad virtual en los aprendizajes “llevará años recomponerlo”. El año pasado, la virtualidad fue la plataforma que se utilizó para mantener a flote el ciclo lectivo en todo el país a causa de la pandemia.

“Más que sobrecargar a los chicos y a las familias, hay que lograr que se mantenga una planificación clara desde el sistema educativo en lo que sigue del año y el 2022”, planteó. “Lo ideal hubiera sido que no haya una ampliación de receso. Eso hubiera sido más valioso: sostener la actividad escolar enmarcada en la escuela, el ámbito en que esa tarea debe ser desarrollada”, opinó.


Algunas propuestas a tener en cuenta



La licenciada en Psicopedagogía Valeria Badolato recomendó ver una película y aunque esté en castellano, poner los subtítulos porque “nuestro cerebro no puede dejar de leer”.

“Ahora los chicos están copados con los comics, los mangas, las historietas de Mafalda y Gaturro. La idea es llevarlos a la lectura de cosas que disfruten. No leer sobre la fotosíntesis”, sugirió.  

Otra opción, apuntó, es jugar al Tuti Fruti y al ahorcado, a la Escoba del 15 o a los palitos chinos para hacer cuentas. O bien dictarles la lista del supermercado. “Se trata de seguir trabajando las funciones cognitivas y contenidos escolares pero no con una dinámica escolar. Si hay padres que deciden sentarse 15 minutos por día, pueden proponer dos cuentas y si se hacen bien, hay premio”, señaló Badolato.  

Planteó la necesidad de que los chicos salgan a andar en bicicleta. “Es necesario preservar la salud mental. Para la familia también que sigue siendo como un maestro perpetuo”, observó.

“Los chicos esperaban este tiempo. Tener vacaciones de invierno es volver de a poco a la normalidad. Esperan esto”, puntualizó Badolato.  

Uno de los objetivos es que los niños y niñas opten por juegos y reemplacen a los celulares. Foto: Alfredo Leiva

Más alternativas

Su colega, Sandra Ahmar propuso comprar revistas de juegos para resolver en familia, ya sea una sopa de letras o un crucigrama.

“Es compartir un momento de juego, de placer. Transmitirles a los chicos el placer de leer: puedo fantasear, imaginar, transformar el final. Pero no hablar de tarea escolar”, recomendó.

Consideró que “si uno trata de mirar el lado positivo de la cuarentena, es posible rescatar el valor de la escuela como institución confiable”.

“Te da sistematicidad, regularidad, un espacio de aprendizaje con otros, para muchas familias puede ser una guardería, para otros, un comedor”, manifestó.  

“Aún así -definió Ahmar- tiene un valor enorme como así también el trabajo docente que mucha gente cuestiona. Tuvieron que aggiornarse, pensarse como enseñantes desde otro lugar. La escuela no es cualquier lugar”.  

La profesional destacó la posibilidad de caminar en vacaciones, salir a jugar con algún vecino, “revalorizando esas instancias de placer, disfrutando los afectos y recuperando vínculos”. Hay que recuperar energía para encarar el segundo semestre


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