“Dorian Gray, el retrato” traerá belleza a la zona

PAULA GINGINS pgingins@rionegro.com.ar

Es el gran maestro y referente del teatro musical en el país. En este momento tres de sus obras, que siempre son éxito de taquilla, están en cartelera en Buenos Aires (“Calígula”, “Juana la Loca” y “Dorian Gray, el retrato”). La dupla creativa que integra con Ángel Mahler obtiene premios y conmueve al público desde hace años. Es que Pepe Cibrián no puede (nunca pudo) parar de producir teatro. En un intercambio de correos electrónicos que sostuvo con “Río Negro” (por estos días el guionista y director está en España), Cibrián se refirió a la pieza que llegará a la región y a su trabajo sobre las tablas. –Siempre es interesante que tus propuestas, como ahora ocurre con “Dorian Gray, el retrato”, lleguen a la zona. Recuerdo que alguna vez dijiste que “el interior” está mal dicho porque, en realidad, se trata de las provincias. ¿Qué significa para vos que tus musicales no sólo sean reconocidos en Buenos Aires sino que recorran el país? –Significa el sentido profundo por el cual mi identidad nacional se ve ratificada y no es demagogia. Disfruto estrenando en cualquier ciudad de nuestro país más que fuera de él. Nos conocemos, no tengo que explicar de dónde vengo y lo que a vos te pasa a mí me pasa. Y reitero: lo del “interior” es un término que considero peyorativo y que, lamentablemente, aun la gente de las provincias lo acepta. Pues si se hablase del interior como columna vertebral, como el alma de un país, el nuestro, allí sería correcto. Se daban Martín Fierros para el “interior”. No concuerdo. Son Martín Fierro para el país. –También recuerdo que dijiste que se puede hacer teatro en un sótano con un foco, como en tus inicios. ¿Cómo sintetizás el recorrido entre aquellos años y ser un artista reconocido hoy en el mundo? ¿La pasión es la misma? –Simplemente, luchando, siendo coherente y con metas. Lo siento así: un mínimo de talento y mucho trabajo. Nada es casual y la vida y mi país no cesan de hacerme devoluciones maravillosas. –¿Por qué te metés con “El retrato de Dorian Gray”, de Oscar Wilde? ¿Cuál es su esencia para vos? –Porque creo que el movimiento esteticista del cual formaba parte Wilde exaltaba “la belleza por la belleza en sí misma” sin importar el contenido. Una obsesión por la juventud eterna. Hoy existe una total analogía en el mundo de intentar a costa de muchas cosas de perdurar joven. Un narcisismo, el de Dorian, que lo lleva a firmar, como Fausto, un pacto con el diablo a cambio de seguir siendo igual. El costo que paga es alto. –¿Cuáles fueron los elementos centrales de trabajo en la puesta que armaste? –Lo oscuro, lo brillante, a través de las luces y de los plateados, incluidos en el vestuario tan pleno de negros. Lo despojado y, al mismo tiempo, barroco. –¿Y qué hay de distintivo en el rol/personaje de Juan Rodó? –Al interpretar a Dorian, Juan trabajó mucho el espejo en el que se mira permanentemente. Una distancia entre lo terrenal y lo sacro, y su actitud diferente a los demás roles juntos. –Hay tres musicales tuyos en este momento en cartelera en Buenos Aires. ¿Podés recordarnos porqué elegiste este lenguaje? –Siempre me atrajo la música, pero también la música de un texto hablado. Por eso estoy encaminándome más como autor de texto (“Marica”, “Juana la Loca”, “Calígula”… ya treinta años).

Gentileza

La obra, referente del teatro musical nacional, recorrerá la región.