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Carteras de inversión en rojo

La baja del tipo de cambio sostenida por estas semanas, sumado a una rotación desde renta variable a otros activos del mercado, hizo mella en las cuentas comitentes armadas entre el último mes del año y la primera semana de marzo.

Redacción

Por Redacción

Por Laura Pereyra (PIN Capital).

Quienes somos de la zona del Alto Valle de Río Negro y Neuquén tenemos un saber indiscutido: el chacarero “llora”. Llora porque el clima nunca es como él lo espera.

El clima nunca es perfecto ni está a la altura de las expectativas de su cosecha. Entonces: lamenta cuando el viento azota la plata con violencia, lamenta cuando cae mucha agua de golpe, ni hablemos de cuando graniza o cuando hay mucho sol y daña el color de la fruta.

Llora en la abundancia: del agua, del viento, del sol… Llora porque espera, como todos, el promedio. “Ni tan tan, ni muy muy”.

El dólar es como el clima. Impredecible para la mayoría en el corto plazo. Pero con una clara tendencia alcista si lo vemos a la distancia.

Nos espanta cuando hay una sobre cobertura cambiaria y llega a niveles de $1.250 como sucedió el 19 de enero. O nos aterra luego, (cuando nos agarra comprados) con una baja inesperada a $1010 para el dólar mep mientras escribo estas líneas, un viernes al mediodía de la primera semana del mes.

Empresas y personas han transformado a este bimestre en el único en los últimos 10 años, que ha sido más vendedora que compradora la plaza cambiaria para esta altura del año.

Laura Pereyra, PIN Capital.

Totalmente atado a las políticas monetarias y los movimientos de los grandes volúmenes de capital, el tipo de cambio hará lo que la tremenda recesión mande.

Empresas y personas, están vendiendo dólares para pagar gastos corrientes y han transformado a este bimestre en el único en los últimos 10 años, que ha sido más vendedora que compradora la plaza cambiaria para esta altura del año.

Y con tanta sequedad de pesos que vaya en busca de cobertura al dólar, sumado a un nivel muy importante de exportadores tratando de mejorar su propio tipo de cambio esto puede durar un mes más de mínima.

¿Qué espera el mercado? Que cuando pase la liquidación de la cosecha gruesa de marzo, se pueda pensar en abril en una unificación cambiaria. Nos urge salir del esquema de cepo, pero esta vez, tal vez de una manera más ordenada. O eso se intenta.

¿Qué espera el mercado? Que cuando pase la liquidación de la cosecha gruesa de marzo, se pueda pensar en abril en una unificación cambiaria.

Laura Pereyra, PIN Capital.

En todo caso, al ser inversores de papeles altamente dolarizados, como es el caso de las Obligaciones Negociables y los Cedears (que ajustan por CCL), lloramos como el chacarero con el clima. Entendamos de una vez por todas, que lo impredecible es parte de la expectativa. Y aprendamos a buscar los promedios.

Si compraste dólares con la manada, ahora no quieras hacer lo mismo y vender en el pánico. Ojo, tal vez no te queda otra. Pero por lo menos usá esta experiencia para no repetirla en otras oportunidades.

Las cuentas comitentes además están atravesando por una corrección de acciones de Merval y con bonos soberanos que están laterales en términos de precio. Indecisos entre los 0.45 y los 0.47 usd por papel, el AL30D se mueve esperando definiciones más concretas que vengan de la mano de lo posible y lo probable.

Recordemos que este papel, el bono soberano más usado en el Mercado, es el que tiene un precio de 0.50 usd como próximo objetivo a observar. Y para que eso pase y suba tienen que verse realmente los puntos de consenso sobre los cuales trabajan Ejecutivo Nacional y Provincias.

Recomendaciones en este escenario


Posiblemente, con índices en EEUU con ganas de corregir en el corto plazo (y ahí sí va a ser dolorosa la baja en cedears) la posibilidad esté en buscar papeles de refugio más conservadores.

Me refiero a Cedears (aprovechando mucho este tipo de cambio), como Johnson & Johnson (JNJ), Caterpillar (CAT) o Mc Donald (MCD) por sólo mencionar algunas ideas. Consulten con sus asesores alternativas a estas opciones.

La intención es ir a buscar instrumentos tradicionales y tranquilos, atentos a una corrección del Norte. Esto puede adquirirse con un ETF o índice menos volátil como el DIA (Dow Jones Industrial).

Recuerden: “El riesgo viene de no saber qué es lo que estás haciendo”, dijo Warren Buffet alguna vez al mencionar la importancia de la educación financiera y de conocer a qué activo le estamos delegando ese riesgo.

Si compraste dólares con la manada, ahora no quieras hacer lo mismo y vender en el pánico.

Laura Pereyra, PIN Capital.

Si ese activo es un cedear, sepamos que estamos comprando algo volátil. Si ese activo es el dólar, y en nuestro país ese dato es incierto -aún para los más académicos- evitá comprar con pesos un activo que puede mantenerse “lateral” (valiendo lo mismo) -o incluso a la baja- por más tiempo del que puedas soportar.

El dólar es adquirido por los argentinos desde tiempos inmemoriales. Es cobertura y es la luz roja que se prende cuando hay miedo. Ahora vamos hacia una no tan lejana unificación cambiaria. Entonces, será cuestión de, si buscamos rendimientos, aprovechar estas bajas para comprar activos que de otra manera hubiéramos pagado muy caro.

Es el caso de las ON denominadas “hard dólar”, que hoy están interesantes en términos de pesos, pero si las medimos en dólares, la gran mayoría aún están “sobre la par”. Significa que vamos a pagar, por ejemplo, u$110 algo que nominalmente vale U$100.

Y convocando nuevamente a WB: “Únicamente cuando la marea baja, descubriremos quién ha estado nadando desnudo”. En su traducción al criollo, una vez que salgan los cepos cambiarios que hicieron que esos activos sean muy demandados, veremos quién pagó caro por la cobertura.

Una vez que salgan los cepos cambiarios que hicieron que esos activos sean muy demandados, veremos quién pagó caro por la cobertura.

Laura Pereyra, PIN Capital.

Admiro fuertemente a quien trabaja y produce la tierra. Ellos saben de pelearle a los imprevistos. Aprendamos de ese lamento y sigamos. Trabajemos como ellos con las herramientas que tenemos al alcance de la mano. En nuestro caso, las herramientas son los datos:

Una economía totalmente estancada, con casi nulos incentivos de reactivación en el corto plazo. Sin tasas bajas para acceder a créditos que la proyecten. Tal vez la novedad venga a corto plazo, de la mano de una baja de esas tasas de financiamiento.

Una inflación aún arriba de dos dígitos, que se vislumbra bajando a un dígito recién a fin de año. Instrumentos que la empaten, casi ninguno. Venimos de atravesar 65.61% los últimos tres meses. Y muchas incógnitas sobre el plan económico y su posibilidad de ejecución.

Así están las cosas y así son. Mal haríamos en sentarnos a llorar sobre los dólares ahora identificados como “mal comprados” en $1250 para pagar los gastos corrientes dos meses después. Aprendamos de estos movimientos. Y hagamos como el chacarero, que después de una tremenda helada, evalúa los daños y no deja de levantarse a la madrugada para volver a trabajar.


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