Diciembre ajustado: el año cierra con la necesidad de profundizar el recorte fiscal

El ajuste fiscal es una realidad y afecta a todos los tipos de gastos, incluidos salarios y jubilaciones. Las transferencias a las provincias son la categoría más recortada. El “dólar soja 2” es la carta de Sergio Massa para relajar la restricción.

Disciplina. La búsqueda del orden fiscal, una de las claves de la gestión de Sergio Massa

La pandemia no terminó, pero todo parece indicar que lo peor de ella ya pasó, no solo en materia sanitaria (la más importante) sino también fiscal. Así como quedaron atrás el uso masivo de barbijos y los dolorosos picos de contagios y fallecimientos que se reportaban a diario, también parece quedar atrás el uso discrecional del gasto público. Esto, más que una decisión de política económica, se trata de una “obligación” de política económica, pues operar con tan altos niveles de déficit fiscal dejó de ser una opción para el Estado y para la Argentina.

El carácter compulsivo de la disciplina fiscal radica en dos cuestiones. En primer lugar, hay metas que cumplir con el Fondo Monetario Internacional (FMI), entre las cuales se incluye cerrar el 2022 con un déficit primario (es decir, sin incluir el pago de intereses de deuda) no mayor al 2,5% del Producto Bruto Interno (PBI). En segundo lugar, ya no hay margen para financiar los desequilibrios presupuestarios del erario público, ni vía emisión ni vía deuda.


La receta del ministro de Economía, Sergio Massa, es achicar el gasto público para achicar el déficit fiscal. Ajuste, en una palabra. Y cuando se habla de reducción del gasto, lo que en los hechos sucede es un aumento del gasto a una tasa menor que la inflación. Licuación, en una palabra.
Qué tipos de gastos se están “recortando” más, cuán alcanzable es la meta con el FMI, cómo se comportan los ingresos tributarios. Son muchas las aristas del denominado frente fiscal, y los datos correspondientes al mes de octubre permiten abordarlas.

Ajuste heterogéneo

Según el informe fiscal del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), en octubre el gasto total primario del Sector Público Nacional se incrementó en términos nominales un 63,5% respecto de igual mes del año pasado. Sin embargo, al ser un aumento menor que el del Índice de Precios al Consumidor (IPC), el resultado relevante es que hubo una reducción real del gasto público del 13% interanual. Se trata de la cuarta caída consecutiva y de la más pronunciada en lo que va del año.

La contracción fue generalizada, pues alcanzó a casi todos los tipos de gastos. Sin embargo, no fue homogénea y las provincias constituyeron la principal variable de ajuste del Estado nacional al reducir las transferencias corrientes y de capital hacia estos distritos en un 31,8% y 38,6% real, respectivamente. Los datos fueron brindados por Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF).


Dentro de las transferencias corrientes a provincias, las hechas en concepto de seguridad social fueron sin dudas las más recortadas en octubre: en términos nominales, se redujeron a la mitad año a año. Las mismas están mayormente destinadas a financiar las cajas de previsión subnacionales.


Dentro de las transferencias de capital, corresponde hacer observaciones. En primer lugar, la categoría presupuestaria más afectada por el ajuste fiscal fue la destinada a transporte, que se redujo en términos nominales a menos de la mitad respecto de octubre de 2021. En segundo lugar, según la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP), en septiembre la provincia a la que más se redujeron las transferencia de capital fue Río Negro, y la segunda en los primeros nueve meses del año. Fue de las pocas jurisdicciones que registraron una reducción nominal año a año en los envíos por este concepto desde Nación.

Dato

13%
Fue la caída en términos reales del gasto público primario en el mes de octubre con relación al mismo mes del año pasado.

Hay otros tipos de gastos públicos en los que una caída real implica una pérdida de poder adquisitivo de los ingresos de una parte de la población. Según CEPA y IARAF, en octubre la licuación alcanzó a las jubilaciones y pensiones contributivas (-6,2%), a los salarios públicos (-2%) y a programas sociales tales como Progresar y Argentina Trabaja (-17%), por citar algunos ejemplos. Asimismo, la de subsidios económicos fue otra de las categorías del gasto víctima del ajuste fiscal y cuya disminución real se siente en los bolsillos de la población.


La palabra “ajuste” suele tener una connotación negativa en Argentina, quizás explicada por el deterioro de la situación social. Sin embargo, hay bastante coincidencia entre los economistas en señalar a la persistente indisciplina fiscal como una de las causas de los problemas económicos argentinos. El equilibrio presupuestario es necesario, máxime cuando se ha cumplido una década de estancamiento económico y la deuda pública crece. Con la gestión de Sergio Massa el ajuste pasó de ser un relato a ser una realidad sobre la que, curiosamente, hay mucho silencio en el oficialismo.

Mayor recaudación

Los ingresos tributarios representaron en octubre más del 90% de los ingresos del Estado nacional y se incrementaron en términos interanuales a una tasa mayor que la inflación. Según el CEPA, exhibieron una mejora real del 5% respecto del mismo mes de 2021, que se explica por el desempeño de tres impuestos clave.

Dato

5%
Fue la mejora real de la recaudación tributaria nacional en el mes de octubre

En primer lugar, la implementación en septiembre pasado de un tipo de cambio diferencial para los exportadores de soja permitió no solo mejorar la balanza comercial y recuperar las reservas del Banco Central, sino también mejorar las arcas públicas vía retenciones. Debido a que en octubre se liquidó una parte de las operaciones de “dólar soja” que se realizaron sobre finales de septiembre, la recaudación por derechos de exportación se duplicó en términos nominales, dando lugar a una expansión real del 11%.

En segundo lugar, la recaudación en concepto de Impuesto al Valor Agregado (IVA) mejoró un 11% en términos reales. Este dato constituye otro claro indicio de que la actividad económica sigue operando por encima del nivel del año pasado.

FMI. La meta fiscal acordada con el organismo obliga a hacer ajustes en el gasto público.

En tercer y último lugar, la categoría que mostró el mayor incremento real fue el de la recaudación por Impuesto a las Ganancias (+26%), que “se explica básicamente por el pago extraordinario de la primera cuota a cuenta de dicho impuesto”, señaló el CEPA.

Se estima que el crecimiento de la recaudación en el mes de noviembre se dio a una tasa similar o menor a la inflación, y no contó con el aporte del «dólar soja», algo que sí se espera que suceda en diciembre.

Mejora fiscal, ¿suficiente?

El resultado de la reducción real del gasto público y la expansión real de los ingresos públicos es una mejora del resultado fiscal. “El resultado primario de octubre fue deficitario en $129.122,1 millones, considerando la metodología del acuerdo con el FMI”, señala el informe del CEPA, a la vez que aclara que el mencionado organismo “pone un techo a la utilización de rentas de propiedad por colocaciones primarias en 0,3% del PBI en 2022”.

Con el resultado de octubre y empleando la mencionada metodología del FMI, el déficit primario acumulado en los primeros 10 meses del año está en torno al 1,5% del PBI, “siendo de los mejores registros de los últimos años, solo superado por 2018 y 2019” indica el CEPA. Con una recaudación en noviembre creciendo a una tasa similar a la inflación, la meta acordada del 2,5% en el Programa de Facilidades Extendidas firmadas con el FMI luce alcanzable. Sin embargo, diciembre suele ser un mes muy pesado para las arcas públicas, y este año no será la excepción.


Al respecto, el IARAF señala que para alcanzar esa meta “el déficit primario del último bimestre del año debe ser del 1% del PIB”, y concluye que “sin ingresos extra, la reducción real del gasto primario del último bimestre debería ubicarse entre el 13% y el 16%”. El ritmo de ajuste debería mantenerse de acá a fin de año o incluso acelerarse.

El equilibrio presupuestario es necesario, máxime si se ha cumplido una década de estancamiento económico y la deuda pública crece.

Cabe aclarar que el informe del IARAF se elaboró antes del anuncio de la reedición del llamado “dólar soja”, cuyo comienzo ha sido prometedor y puede contribuir a mejorar la recaudación tributaria, reducir déficit fiscal vía derechos de exportaciones y relajar la restricción presupuestaria del Estado en el siempre caliente mes de diciembre. La carrera entra en su tramo final y la meta es clara, ¿se llegará?


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