El mercado automotriz y un profundo cambio en ciernes

Las ventas en el mercado interno viven un fuerte crecimiento al inicio de 2025. La producción crece a un ritmo menor, frente a la irrupción de los importados.

En medio de la sostenida senda de inflación a la baja, sin cepo, con estabilidad cambiaria, y las variables financieras encauzadas, la actividad económica comienza a dar señales de reactivación. Esa primera señal contiene a la vez un cambio que comienza a vislumbrarse en relación a los motores que traccionan el crecimiento, de la mano de la apertura comercial, el nuevo perfil de la política fiscal y el nivel del tipo de cambio real.


Un reflejo de tal escenario es la industria automotriz, un sector que suele ser buen termómetro respecto a las expectativas sobre la dinámica de la macroeconomía, en tanto es uno de los que primero reacciona a la baja en momentos de potencial recesión, y suele ser de los que más rápido se recompone ante las señales de reactivación.


En este sentido, tanto los datos referidos a los primeros cinco meses del año como las proyecciones que ya existen de cara al cierre de 2025, son sumamente positivos para el mercado automotriz respecto al año pasado.


Un estudio publicado recientemente por la consultora Abeceb estima que las ventas de unidades cero kilómetro podrían llegar este año a las 700.000 unidades. Implicaría una suba del 69,2% en relación a los datos de cierre de 2024, y significaría trazar una performance que no se aprecia desde el año 2018, cuando las ventas totales en el mercado interno argentino alcanzaron las 905.000 unidades.


El estudio de Abeceb estipula que hay al menos tres factores que explican tal dinámica.
El primero es la apertura comercial y el notorio abaratamiento de los vehículos importados. Esto último guarda estrecha relación con el cambio en la política impositiva anunciado en enero de este año, con la eliminación de la alícuota del 20% de impuestos internos para autos con un precio de entre $41 y $75 millones, y la reducción del 35% al 18% en ese impuesto para vehículos de más de $75 millones. A ello se suma un tipo de cambio real ostensíblemente beneficioso para la importación.

Apertura comercial, dólar barato y rebaja de impuestos, los principales motores del incremento en las ventas de 0km en los primeros meses del año.


El segundo factor radica en el incremento de las líneas de crédito para financiar la adquisición de unidades cero kilómetro. Según Abeceb, el 48% de las ventas registradas en 2025 se explican por las líneas de crédito.


El tercer elemento radica en una mejora del poder adquisitivo medido en dólares, lo que permite a los sectores de ingresos más altos acceder a unidades que en otro momento les estaban vedadas. En la misma línea, Abeceb señala que los precios de las diferentes gamas de vehículos, tuvieron incrementos por debajo del nivel de inflación durante el último año.

Cambio en ciernes


El promisorio momento del sector automotriz, ofrece sin embargo una serie de matices, que configuran un cambio en la forma en que se compone el crecimiento de las ventas.
Al respecto el relevamiento de Abeceb advierte que una de las características salientes de los primeros cinco meses de 2025, es el incremento del share de vehículos importados en el mercado interno hasta el 57%.


En efecto, el relevamiento mensual de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara) no solo confirma el dato de Abeceb, sino que ofrece un panorama mucho más certero respecto al cambio en ciernes.

La producción automotriz no logra acoplarse al crecimiento abrupto que experimentan las ventas, y crecería en torno al 13% en 2025.


Las ventas a nivel interno del mercado automotriz se nutren de dos fuentes: la producción nacional que surge de las terminales automotrices de las principales marcas radicadas en el país, y los vehículos importados.


El relevamiento de Acara muestra la dinámica de esa composición en los últimos diez años. Allí se aprecia claramente como en los momentos de mayor apertura comercial, las unidades provenientes del exterior incrementan notablemente su participación, mientras que en momentos de políticas de corte proteccionista, son las unidades nacionales las que predominan en el mercado interno.


En el gráfico adjunto se advierte que el primer escenario tuvo lugar desde 2016 y hasta 2020, cuando la participación de los importados llegó al 74%. Desde ese año se verifica un notable crecimiento de la participación de los vehículos nacionales hasta llegar al 77% a mediados de 2024.


Desde mediados del año pasado y hasta el presente, la tendencia vuelve a revertirse hasta configurar el escenario que Acara describe en el mes de mayo pasado, cuando la participación de los importados en el mercado interno alcanzó el 61% y la de los vehículos ensamblados en Argentina al 39%.


No se trata de un dato menor, si se pone en perspectiva en el marco de la relación de Argentina con sus principales socios comerciales. De hecho, el grueso de los vehículos importados que predominan en el mercado interno nacional, son fabricados en Brasil.


El informe de Acara revela con claridad la forma en que los vehículos brasileros incrementaron su incidencia en el mercado argentino en apenas un año.
El segundo de los gráficos adjuntos muestra la participación en las ventas mensuales en el mercado interno de los vehículos argentinos y brasileros. En el mes de mayo del año pasado, el 58% de los vehículos patentados en Argentino eran de origen nacional y solo el 34% era de origen brasilero.

Apenas un año después, la relación se invirtió por completo: el 47% de los patentamientos en el mercado interno provienen de Brasil, mientras que los patentamientos de origen nacional llegan al 44%. El corolario de esa tendencia es un impacto en el nivel de actividad de las terminales nacionales, que finalizaron el año 2024 con una producción total de 506.571 unidades.


El estudio de Abeceb estipula que la producción nacional podría acercarse a las 576.000 unidades al cierre de 2025, lo que implicaría un crecimiento interanual del 13%.
La performance está notoriamente lejos del récord de producción que supo marcar la industria automotriz en el año 2011, cuando se ensamblaron en el país 828.771 unidades.


Pero sobre todas las cosas, se halla lejos de poder acoplarse al dinamismo que muestran las ventas en el mercado interno, con tendencia a crecer en torno al 70% interanual, en el marco de las señales positivas que comienza a arrojar el tablero macro.


Los datos revelan que el combo que configuran la apertura comercial, la desgravación de los vehículos en el mercado interno, la senda de inflación a la baja, y un tipo de cambio real ralentizado, comienza a confirmar un mercado interno que muta sus preferencias a la importación.


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