Impuesto al efectivo: ¿una solución a la informalidad?

El economista Emanuel Álvarez Agis pateó el hormiguero y encendió la polémica. En vísperas de la reforma tributaria, la propuesta es eliminar el Impuesto al Cheque, que grava las operaciones formales. Los especialistas en general, se oponen a la idea.

Tras solo un par de meses, el presidente Javier Milei rompió su autoimpuesta regla de abandonar los insultos para cargar contra Emmanuel Álvarez Agis, el ex viceministro de Economía de Cristina Fernández de Kirchner.


Álvarez Agis, que ahora dirige la consultora PxQ, había sugerido un plan para fomentar la formalización de la economía: eliminar el ampliamente aborrecido Impuesto al Cheque y, a la vez, imponer un tributo a la extracción de efectivo, para que los comerciantes tengan incentivos para blanquear sus negocios. Un palo y una zanahoria.


Como suele ser norma, el dirigente libertario Agustín Romo subió a la red social X a un recorte en el que Álvarez Agis solo hablaba del impuesto al efectivo. “Voy al cajero, pongo 1.000 y salen 900”, se lo escucha decir en una entrevista con El Destape, a modo de ejemplo. La parte en la que Álvarez Agis sugiere a cambio abolir el Impuesto al Cheque no sale en los 14 segundos de video.


El presidente de la Nación reaccionó solo a ese fragmento: lo llamó “Álvarez el Gil”, “Álvarez el Chorro” y “ladrón”. E hizo una comparación: “¿Qué diferencia hay entre la propuesta y que un chorro te espere a la salida de un cajero y te robe el 10%?”. Funcionarios, militantes y legisladores libertarios recogieron el guante y también insultaron al economista, basados en ese recorte breve, que no alcanza a explicar la idea.


Más allá del ruido, ¿tiene la Argentina un problema de informalidad?¿El proyecto de Álvarez Agis podría ser una solución?
Días después de los insultos presidenciales, en la pantalla de La Nación+, el economista amplió el razonamiento detrás de su propuesta. “Los que estamos en la formalidad básicamente pagamos los impuestos que no pagan los que están en la informalidad”, dijo.


“Hoy existe un impuesto a la formalidad, que es el impuesto al cheque. Mi propuesta es eliminarlo. Pero para no perder recaudación y aumentar el déficit fiscal, se compensaría con un impuesto a la extracción de efectivo”, explicó y agregó que, al eliminar un impuesto y crear otro, “la propuesta de la cual Milei citó la mitad no aumenta la presión tributaria, solo la redistribuye”.


Según explicó Álvarez Agis, se busca formalizar la economía, bajo la idea de que los consumidores tengan incentivos para pagar con medios digitales en lugar de usar efectivo, forzando a los comercios a regularizar sus situaciones. “Ese impuesto es eludible si se paga con medios electrónicos de pago, que en Argentina pospandemia están generalizados”, agregó.

La propuesta de Álvarez Agis es dejar de gravar la formalidad con el Impuesto al Cheque, y gravar la informalidad con un nuevo Impuesto al Efectivo.


Según la publicación online Visual Capitalist, Argentina se encuentra entre los países que más efectivo utilizan, con el puesto 24 en una lista de 123 naciones. El 70% de las transacciones en nuestro país se hacen con efectivo.


El sitio concluye que los países más pobres son los que más utilizan billetes, lo que refleja una infraestructura bancaria limitada, y que “un desarrollo económico moderado no significa automáticamente la adopción de la tecnología digital”.


No obstante, para Diego Fraga, profesor de Derecho Tributario en la Universidad Austral, el proyecto de Álvarez Agis es “totalmente regresivo”. “Si bien la finalidad es loable, que sería combatir la informalidad en un país donde tenés un porcentaje altísimo, lo que hacés es perjudicar a los que menos tienen, que son quienes se mueven más en la informalidad”, dijo a RÍO NEGRO.

“Si bien la finalidad es loable, lo que hacés es perjudicar a los que menos tienen que son quienes se mueven en la informalidad”


Más que por el extendido uso de billetes, para Fraga “la informalidad se da en buena medida por la alta presión tributaria”. Para combatirla, el tributarista propone por ejemplo eliminar los mecanismos de recaudación anticipada de impuestos, como las retenciones y percepciones.

Según Fraga, estos mecanismos son “un robo” que transforman a los contribuyentes en acreedores de los fiscos, acumulando saldos a favor que son difíciles de recuperar. En su lugar, “las provincias tendrían que analizar si hay algún contribuyente que te parece que no está pagando lo que debe, fiscalizar y reclamarle” señala.


Similarmente, para Marcos Felice, titular del Estudio Contable Lenticchia & Felice y administrador del Blog del Contador, la propuesta podría ser contraproducente. “Estás alentando a una economía más informal y afectando principalmente a las clases más bajas”, dijo en diálogo con RÍO NEGRO.

Un impuesto a la extracción de efectivo podría causar que “nadie vaya a poner plata en el banco para después sacar del cajero, sino que directamente se mueva todo en efectivo”. Felice sí acuerda con bajar o eliminar el Impuesto al Cheque, aunque sin la creación de un tributo nuevo.


Así las cosas, y a pesar de la anunciada reforma tributaria, no parece que el gobierno vaya a abolir pronto el tributo creado por Domingo Cavallo en 2001: el ministro de Economía Luis Caputo dijo el miércoles en la Conferencia Anual de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) que eliminarlo sería muy “caro” ya que recauda “alrededor de 1,5% del Producto”. “Son todas cosas que hoy no podemos darnos el lujo porque de corto plazo implica romper el ancla fiscal”, afirmó.


En definitiva, la extendida informalidad y la alta carga tributaria son problemas que la Argentina arrastra hace décadas: sería útil que, cuando aparecen propuestas para aplacarlas, se discutieran sin dogmas y sin insultos.


Tras solo un par de meses, el presidente Javier Milei rompió su autoimpuesta regla de abandonar los insultos para cargar contra Emmanuel Álvarez Agis, el ex viceministro de Economía de Cristina Fernández de Kirchner.

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