La diatomita, una actividad que le cambia la cara a Jacobacci

Es un alga microscópica que al fosilizarse se convierte en una roca con propiedades como absorbente. La zona tiene el yacimiento más importante de Sudamérica. El año pasado exportó 15.129 toneladas y diversificó los países que demandan el producto.

Que la geología de la meseta rionegrina, con sus bardas y cañadones, puede deparar riquezas mineras de importancia es una deducción casi obvia. Pero que el remoto antecedente de algunas áreas como lecho marino sea el generador de un recurso económico destinado a refundar la matriz económica de Jacobacci es algo que pocos hubieran imaginado.

La diatomea es un alga microscópica que al fosilizarse y sedimentar en grandes depósitos naturales se convierte en una roca silícea con propiedades que son altamente valoradas en distintas industrias como absorbente, material filtrante, fertilizante orgánico e insecticida. El uso más popular, y uno de los mercados más demandantes del producto, es como material sanitario para gatos domésticos.

La roca extraída se denomina diatomita y Jacobacci cuenta con un yacimiento que está considerado como el más importante de Sudamérica, según lo resaltan los especialistas. El movimiento económico y el empleo que ofrece colocan a esta actividad minera no metalífera en una competencia palmo a palmo con la ganadería, que tiene añeja tradición en toda la zona, pero languidece al compás de la sequía y la desertificación.

La explotación comercial de diatomita se inició con emprendimientos de pequeña escala a mediados del siglo XX y comenzó a multiplicarse a mayor ritmo en los años 90.

Uno de los empresarios del sector aseguró que desde 2005 en adelante el polo de diatomita emplazado en la Línea Sur no paró de crecer, con una progresión que “no baja de los dos dígitos” en cada comparación interanual.

Jacobacci alberga un polo productor reconocido por la calidad del producto, que se comercializa en todo el país y en el exterior, con clientes consolidados en todo el Mercosur, en Centroamérica, Estados Unidos y Europa.

Estadísticas difundidas por la secretaria de Minería de Río Negro dan cuenta de que la producción bruta de tierras de diatomea en Jacobacci se duplicó en los solo tres años. En 2019 se extrajeron 94.089 toneladas, en 2020 fueron 100.924, en 2021 saltaron a 156.341 toneladas y el año pasado la producción total fue de 183.361 tn.

Mercados diversificados

En el año 2010 -citado como referencia- el polo jacobaccino produjo 56.207 toneladas de diatomita, con un porcentaje de exportación mayor que el de hoy. En aquel año tuvieron destino en el exterior 15.869 toneladas, casi en un 100% a países limítrofes, como Chile y Brasil.

Después de un descenso que retrajo las exportaciones a no más de 3.000 toneladas anuales entre 2016 y 2017, para 2021 ya fueron 9.356 toneladas y en 2022 la suba de los envíos al exterior se profundizó con 15.129. tn Pero el dato a destacar es la diversificación de los principales países compradores. A Chile y Brasil se agregaron Uruguay, Bolivia, Ecuador, Estados Unidos, México, Francia, Italia y Austria, entre otros.

El secretario de Minería de Río Negro, Joaquín Aberastain, dijo las existencias de diatomea en Jacobacci “son muy importantes por cuantificación de reservas y por la calidad del material”.

Explicó que esa particularidad de la región radica en que el alga prehistórica se presenta en grandes depósitos, de buena accesibilidad, y que el material tiene ventajas comparativas “por una combinación de agentes, en la que intervinieron condiciones paleoambientales únicas”.

Uno de los productos de la diatomea son las piedritas sanitarias para gatos.

Además del clima propio de la región a lo largo de milenios, otro factor distintivo fueron las periódicas erupciones volcánicas, cuya cenizas habrían tenido un efecto beneficioso en la fosilización y la calidad de la diatomea.

Aberastain dijo que en Jacobacci trabajan actualmente siete empresas dedicadas a este rubro, que generan empleo directo para unas 250 personas. El número llega a 400 con el empleo indirecto. Según el funcionario, “prácticamente el 100% del material obtenido recibe valor agregado in situ”, mediante tareas de molienda, secado, zarandeo y embolsado de diatomita con diferentes granulometrías.

Aberastain dijo que el propósito de la provincia es generar mayores incentivos para que el embolsado se realice en Jacobacci. Porque todavía una parte del producto es enviado a Buenos Aires a granel.

Indicó que además de la extracción hay continuas tareas de exploración y dijo que el último dato de reservas de diatomea en Jacobacci las estableció en 1 millón de toneladas, pero data de los años 80. Reconoció que “hoy no hay un valor certero”.

Progreso e inversiones

El precio del producto varía según el grado de procesamiento, pero fluctúa entre los 12.000 y 20.000 pesos la tonelada, sostuvo Aberastain. Un cálculo grueso permite determinar que el polo de diatomea factura no menos de 3.000 millones de pesos anuales.

El funcionario aseguró que las inversiones tuvieron un particular impulso desde la pandemia y que la actividad no se detuvo nunca, ya que era una de las “exceptuadas”, de modo que la producción pudo continuar a pesar de las restricciones sanitarias.

La inversión en el complejo productivo de Jacobacci, medida por la provincia y en valores reales, fue de 20 millones de pesos en 2020, saltó a 88,2 millones en 2021 y a 120,4 millones en 2022. Según el reporte, esas inversiones comprenden “los estudios geológicos y de mercado, estudios ambientales, remediación, infraestructura, maquinarias y equipos”.

Una de las empresas líderes del sector es Sol Minerales, que emplea en Jacobacci a 90 trabajadores. El gerente comercial de esa firma, Gabriel Polito, explicó que el material obtenido es “especial, de una gran pureza”. Por eso creció tanto en los últimos años y tiene una gran perspectiva a futuro.

Dijo que los mercados se diversifican cada vez más. La diatomita no solo se emplea como absorbente sanitario para mascotas, sino también en empresas de nutrición, como fertilizante y mejorador de suelos, aplicado al control de plagas, como aglutinante para la producción de pinturas, grasas y aceites. También es altamente eficiente en el saneamiento de derrames petroleros, entre otros usos.

Polito señaló que en el caso de Sol Minerales el 40% de su producción se comercializa como “piedritas para gatos”, en diferentes modalidades, el 40% en nutrición y el 20% en “industria”, que abarca usos como absorbente y fertilizante.


La cuestión ambiental


El intendente de Jacobacci, Carlos Toro, destacó también el crecimiento sistemático del polo minero de Jacobacci, impulsado por la diatomea, y dijo que en los últimos años el municipio trabajó con la secretaría de Ambiente de la provincia “para que todas las empresas mejoren sus predios” y ejecuten mejoras para controlar el impacto de la actividad.

Explicó que el polvillo resultante de la molienda “no es perjudicial para la salud, pero sí es molesto” y las quejas son recurrentes. Dijo que para minimizar el problema se instalaron depósitos cerrados, filtros y “mangas”, recursos que hasta hace unos años no existían. Pero admitió que “hay viento y se vuela igual”.

Aberastain dijo que el problema es que algunas de las plantas quedaron “pegadas al pueblo”, porque el antiguo parque industrial fue absorbido por la expansión urbana. Algunas de las nuevas explotaciones de diatomea se ubican a mayor distancia (unos 10 kilómetros) y no causan el mismo impacto. Dijo que el municipio debería contar con “un plan de reubicación de las plantas, hacia el este de la ciudad”, para evitar el perjuicio causado por el viento. El obstáculo principal sería el de dotar a esa zona de servicios básicos.

Toro recordó que en 2018 llegaron a clausurar una planta por el impacto en el ambiente. Según Toro, el material que vuela no es tóxico y el problema más serio es “la contaminación visual”. Por eso desde el municipio en forma permanente inducen a las empresas a que mejoren los procesos.

Aseguró que la actividad minera “tuvo un auge importante en Jacobacci en los últimos diez años”, favorecida por las “nuevas aplicaciones” de la diatomita. Dijo que se trata de un polo productivo muy importante para la localidad, cuya población se distribuye en unas 2.800 familias y se puede calcular que casi el 10% reciben ingresos originados de manera directa en la actividad minera. El impacto indirecto es todavía mayor.

Consultado sobre qué falta mejorar, el intendente dijo que pediría “que las empresas agreguen valor acá (en Jacobacci)” y una reforma tributaria para que dejen en la provincia y en la localidad una porción mayor de la renta obtenida, “porque se trata de un recurso no renovable”.


El aporte tributario podría ser mayor


El secretario provincial de Minería, Joaquín Aberastain, dijo que las firmas productoras de diatomita “pagan un canon en concepto de uso de un recurso no renovable, de acuerdo a la superficie ocupada” más regalías en relación a lo producido y al procesamiento in situ. La regalía varía del 3 al 12%, de lo cual el 30% se coparticipa al municipio, “de acuerdo con la ley 3.900”.

Pero el intendente Toro señaló que la actividad minera le deja a la ciudad una renta económica muy escuálida y demanda una urgente revisión.

Dijo que haría falta “gravar con un impuesto o tasa distinta al que se lleva sin industrializar”, para que las empresas “agreguen valor en Jacobacci”. Aseguró que ese tipo de tratamiento tributario, si existe, es insuficiente. “La provincia está al tanto, hay que estudiar esto, estamos en ese camino”, aseguró Toro.

Aberastain reconoció que hay un debate abierto sobre el tratamiento impositivo de la actividad minera pero sostuvo que la ley de regalías “es un tema muy complejo, un árbol muy grande”, de modo que es difícil modificarlo sin provocar distorsiones. Advirtió que tocar los porcentajes puede generar “diferencias que le saquen competitividad a la actividad y perjudiquen a la provincia”.

El funcionario admitió que “hay que poner los números sobre la mesa” y describió el reparto actual: de lo que pagan las firmas mineras “el 50% va a Rentas Generales de la provincia, el 30% a los municipios y el 20% a la secretaría de minería. Se podría revisar esto”.

Propuso tomar en cuenta también el efecto dinamizador que tiene la producción de diatomita en la medida de que incorpora cada vez más valor agregado y que permite “el desarrollo y crecimiento de proveedores”.


El impacto en el empleo


El secretario gremial en Rio Negro de la Asociación Obrera Minera Argentina, Víctor Santana, confirmó que en Jacobacci la actividad emplea a unos 250 trabajadores, que actualmente perciben un salario básico de 261.000 pesos. Dijo que con los adicionales y “arreglos de presentismo” ninguna cobra de bolsillo menos de 300 mil pesos mensuales.

Afirmó además la actividad “mejoró mucho en los últimos años” en lo relacionado con las condiciones de trabajo. “Hoy la diatomita está en pleno crecimiento y la producción está muy mecanizada -explicó-. Antes el cascoteo, el tendido del material y el hombreo se hacían a mano. Hoy está todo palletizado, hay retroexcavadoras, los bolsones se mueven con autoelevadores. Muy poco queda de trabajo manual”.

También subrayó que la actividad beneficia a un abanico mayor de jacobaccinos porque “demanda combustibles, maquinaria, ferreterías que proveen a las empresas, materiales de construcción, contratan transporte de personal. Se mueven muchos rubros”.

Santana dijo que él ingresó como obrero en Sol Minerales hace 23 años y “se trabajaba mucho a mano, había una sola máquina. Hoy hay casi cien. Y las otras empresas también han crecido, en mecanización y en volumen”. Dijo que la cantera en la que produce su grupo de trabajo lleva 30 años de explotación “y debe tener para varias décadas más”.

Según el dirigente sindical, la reconversión productiva de Jacobacci es cada vez más evidente. Dijo que “antes había mucha ganadería, pero hoy todo eso está todo en retroceso, ya no da para vivir. Los que tienen campo lo trabajan ellos, sin gente, sin empleados, han perdido animales. Hoy muchas familias dependen de la minería, si se cierra sería un gran problema”.

Subrayó la importancia de planificar que las empresas se asienten lejos del pueblo. Dijo que ya hay varias a lo largo de la ruta 6, “entre los 10 y los 27 kilómetros” a las afueras de Jacobacci. “Todas crecen en empleados, sigue la exploración y está proyectado que vengan más, por eso hace falta un plan”, afirmó.


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