Regreso al home office, la respuesta a la tercera ola

El enorme número de contagios que se registra desde fines de 2021 y el alto grado de ausentismo a raíz de los mismos, o de los contactos estrechos, ha generado que un sinnúmero de empresas comiencen a replantear su estrategia en cuanto a los equipos de trabajo para este año.

El escenario epidemiológico es hoy muy distinto al de los primeros meses de la pandemia, en los que todo era incertidumbre y temor ante el desconcierto. Cuando restan pocos días para el aniversario número dos de la llegada del Covid a la Argentina, el panorama que pone por delante la tercera ola ofrece una serie de certezas.

La primera es que el nivel de vacunación es alto en todos los segmentos etarios y sectores sociales, lo que supone un menor grado de mortalidad. La segunda es que el nivel de contagios es mucho más alto que al inicio, lo cual en parte se relaciona a las características de la variante Omicron y en parte a la relajación generalizada de los controles estrictos que regían al inicio de la pandemia. La tercera es que a raíz de las dos primeras, la evolución de la curva de contagios, tanto a nivel general como a nivel organizacional, e incluso familiar, depende más que nunca de la responsabilidad individual y de las acciones de prevención que se adopten en el ámbito privado.

Con ese marco, el regreso al home office empieza a ser una respuesta generalizada que busca amortiguar el impacto de la tercera ola en la fuerza laboral, y al mismo tiempo prevenir posibles focos de contagio dentro del ámbito laboral presencial.

“Las empresas y los empleadores tienen que saber que cumplen un rol fundamental a la hora de prevenir y desacelerar la propagación del virus en el entorno laboral” explicó Iván Schusterhoff, Director de Operaciones del Centro Médico Integral Fitz Roy, especialista en medicina laboral. “Como bien sabemos, los sistemas sanitarios están colapsados. Se hacen largas filas en los centros de testeos, y también se espera más de 48 hs el resultado. Esto se traduce en ausentismo y en tener sectores de la compañía en pausa, por eso, el tiempo se vuelve un factor clave en este contexto”, agregó el especialista.

En efecto, una encuesta corporativa publicada por el Círculo DIRCOMS de Argentina, detalla que el 65,3% de las empresas consultadas ha implementaron cambios en los protocolos de vuelta a la presencialidad en puestos de oficina. La consulta se llevó a cabo en el mes de enero entre más de 70 profesionales del sector de Comunicación y Relaciones Institucionales de las principales empresas del país.

Del relevamiento surge que en 1 de cada 5 empresas consultadas, el ausentismo en la tercera ola llega al 20,8%, mientras que para el 34,7% de las empresas el ausentismo oscila entre el 10 y el 20%.
La respuesta corporativa a la nueva realidad que impone la pandemia, es acudir a una herramienta que ya demostró ser efectiva: el home office.

Los últimos dos años sirvieron para desmitificar muchas de las creencias que existían acerca del trabajo en casa. Las personas exhibieron una notable resiliencia para asimilar el golpe y adaptar su realidad laboral al ámbito hogareño, sin que ello implique menor productividad. Incluso en muchos casos, las empresas dan fe de que los equipos de trabajo mejoraron su performance con un esquema remoto.

La encuesta de Círculo DIRCOMS indica que hasta el mes de octubre la tendencia era el regreso a la presencialidad. Ese mes solo el 8% de los consultados mantenía un esquema de home office. En la consulta actual en cambio, el porcentaje se eleva al doble: el 16,7% de los encuestados manifiesta la necesidad de retornar al trabajo virtual.

Una segunda estrategia a la que están acudiendo muchas empresas, es la incorporación de la medicina laboral como una herramienta sistemática y cotidiana para los equipos de trabajo. La modalidad es especialmente efectiva en aquellas organizaciones que utilizan cuadrillas o equipos de trabajo fijos.

La empresa contrata un servicio de medicina laboral que se encarga del testeo sistemático de los empleados. Ni bien un colaborador presenta malestar o síntomas, es aislado y testeado. Con los reactivos disponibles, los resultados se obtienen en un par de horas, lo que permite tomar acciones respecto a los compañeros directos del trabajador aislado, reduciendo tiempos de exposición, y reduciendo notablemente el riesgo de que el foco de contagio se extienda.