Valle Azul, al sur del río Negro, duplicará sus hectáreas bajo riego con una obra clave
Construirán un nuevo canal de casi 7 kilómetros. Esto permitirá sumar a mediano plazo otras 3.000 hectáreas al sistema que maneja el consorcio local y que toma agua del río Negro.
Al sur del río Negro y casi por fuera de lo que se conoce como Alto Valle, las tierras irrigadas de Valle Azul están listas para dar un salto cuantitativo que también será cualitativo para esta zona.
La razón es simple: Valle Azul mediante un obra de ampliación de sus canales de riego podrá duplicar de 3.000 a 6.000 la cantidad de hectáreas bañadas con el agua del río Negro.
El motor de este cambio es una empresa que venía pidiendo desde hace aproximadamente 15 años la ampliación del riego en Valle Azul, pero por primera vez los intereses se alinearon para que todos los actores se pusieran de acuerdo y se rubricó un acuerdo que tendrá a varios beneficiarios.
Agropecuaria Don Manuel es una empresa dedicada al agro y, para situarnos en el mapa, su campo está casi a la altura de Chelforó, pero sobre la margen sur del río Negro. Al final de la propiedad la barda se une con el curso de agua.
Las partes que participaron del acuerdo firmado el fin de semana de la semana pasada, con la presencia del gobernador Alberto Weretilneck, son el Consorcio de Riego, que preside Rolando Fuentes, el Departamento Provincial de Aguas (DPA), y los productores de la zona.
Uno de los reparos que había para llegar a un acuerdo era si el agua para riego iba a alcanzar para todos. “Hemos hecho cálculos con la gente del DPA, que son quienes hicieron el proyecto, donde quedó demostrado que todos pueden regar”, indicó Fuentes en charla con Río Negro.
“Hemos hecho cálculos con la gente del DPA, quienes hicieron el proyecto, donde quedó demostrado que todos pueden regar”.
Rubén Fuentes, presidente del Consorcio de Riego de Valle Azul.
“Lo que hizo el DPA fue describir el proyecto para explicar que no iba haber inconvenientes con la cantidad de agua al ampliarse el sistema“, indicó Gastón Renda, titular del DPA. El organismo aportará capacidad técnica y maquinarias para la obra que llevará adelante el Consorcio de Riego.

“Hemos venido charlando el tema hace un montón de tiempo y hemos logrado ponernos de acuerdo y que se pusieran de acuerdo entre ellos”, señaló el titular del consorcio al referirse a los productores que, en algunos casos, permitirán el paso de la nueva traza del canal por sus propiedades.
Un consorcio con más de 20 asociados
Fuentes señaló que actualmente son poco más de 20 consorcistas del sistema. La incorporación primero unas 500 hectáreas y luego el resto hasta llegar a 3.000 reforzaría el rol del Consorcio de Valle Azul y también aumentaría el valor de las propiedades por contar con riego a un costo ostensiblemente menor (a través de un canon), en lugar de como hacen ahora, a través de bombas eléctricas que captan agua del río Negro o de perforaciones.
La obra generará un nuevo canal con una traza distinta.
El canal se desplazará hacia el sur, al pie de la barda, para aprovechar la gravedad y llegar hasta la entrada de Agropecuaria Don Manuel. En su camino, con la nueva ubicación, permitirá incorporar hectáreas bajo riego a los productores que están a su paso.
El canal principal de Valle Azul tiene una boca toma sobre el río Negro, una característica particular que lo distingue de todo el sistema que abastece el Alto Valle, que nace en el dique Ballester, sobre el río Neuquén. La toma de agua está a unos ocho kilómetros del inicio del valle.

Un proyecto del consorcio para mejorar el sistema es hacer otra bocatoma aún más arriba en el río para aumentar el caudal del canal principal.
El paisaje está principalmente dominado por establecimientos frutícolas y bodegas, como la prestigiosa Ribera del Cuarzo. Al final del recorrido, Agropecuaria Don Manuel se dedica a la alfalfa, maíz y la remolacha forrajera. Todo con el objetivo de alimentar los animales que engordan en el predio de la firma.

El riego representará un cambio radical para su sistema productivo, y no solo en el aspecto económico.
El sustancial cambio que implica para un productor
Nicolás García es una de las cabezas a cargo de Agropecuaria Don Manuel, la firma que está en el extremo este de Valle Azul y que podrá contar con agua para riego del sistema consorciado.
García hizo un análisis del impacto que tiene poner hectáreas bajo riego en Valle Azul. Describió tres puntos principales del impacto de la obra que se realizará al sur del río Negro.
El impacto productivo
“El primero y el que todos miramos, el que más rápido se ve, es el productivo”, puntualizó el productor.
“Actualmente nosotros en una hectárea de monte que hacemos cría, producimos 10 kg de carne por hectárea. Cuando lo transformamos en bajo riego, que podemos hacer alfalfa o maíz, en esa hectárea podemos llegar a producir 1.100 kg de carne. El contraste productivo es abismal”, indicó el productor.
Cambio ambiental
Como segundo aspecto García señala el tema ambiental. Allí señala que cuando el suelo es virgen, en la zona de Valle Azul, en un metro cuadrado puede haber jarilla, alpatacos y alguna otra herbácea. “A lo mejor el 30% está cubierto por un estrato vegetal o o por algo verde. El resto es suelo desnudo”, señala el productor.
García describe que “cuando se pasa a una hectárea bajo riego, puede ser alfalfa o cualquier otra gramínea para pastura, se hace un tapiz en donde cada metro cuadrado prácticamente tiene una cobertura total”.
“Eso desde el punto de vista medioambiental es fantástico por el hecho de que estamos capturando dióxido de carbono de la atmósfera gracias al proceso fantástico de la fotosíntesis”, indicó.
Y agregó:“Tenemos lagran misión de hacer las cosas bien en el campo para poder generar esos bonos de carbono, captura de carbono”.
“Entonces, también por el lado medioambiental repercute muchísimo”, explicó entusiasmado.
Aspecto social
El último pero no menos importante aspecto que describe García es el impacto social.
El productor contó: “Cuando llegamos al campo en el año 2006 teníamos tres empleados, por decirte, y con eso manejábamos el campo. El veterinario que venía cada tanto, más algún otro proveedor y cliente, pero no mucho más que eso, nueve y diez personas como impacto social”.
García utiliza el concepto de “densidad social” para contar la cantidad de personas que intervienen en el proceso productivo de una hectárea de su campo. Al principio eran diez personas y hoy el equipo de trabajo de Don Manuel son 25 personas.
Y ahora el recuento de proveedores y clientes arroja la cifra de 848 personas. De esta forma señala que el impacto de pone una hectárea bajo riego no es solo económico-productivo, “sino también ambiental y social”.
Al sur del río Negro y casi por fuera de lo que se conoce como Alto Valle, las tierras irrigadas de Valle Azul están listas para dar un salto cuantitativo que también será cualitativo para esta zona.
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