EE. UU., Cuba y los intercambios estudiantiles
La Cámara de Representantes acaba de aprobar un proyecto de ley destinado a aumentar drásticamente el número de universitarios estadounidenses que estudian en países en desarrollo. Eso es una buena noticia, pero sería muchísimo mejor si también aumentara la cantidad de los extranjeros invitados a estudiar en Estados Unidos.
En eso, Washington tendría que prestarle atención a lo que está haciendo Cuba.
Empecemos con el plan de enviar más estudiantes norteamericanos al exterior, conocido como el proyecto de ley Paul Simon de Estudios en el Extranjero.
Según la propuesta, que forma parte de la ley de Autorización de Relaciones Exteriores aprobada por la Cámara el 10 de junio, el gobierno de Estados Unidos cuadruplicará en el transcurso de los próximos diez años el número de universitarios estadounidenses que estudian en el exterior, de 250.000 actualmente a un millón por año en una década.
La idea del proyecto es que Estados Unidos aumente sus conexiones internacionales para seguir siendo competitivo en la economía global. En este momento, sólo 0,3% de los estudiantes universitarios estadounidenses estudia en el exterior, según cifras la Organización Educativa, Científica y Cultural de las Naciones Unidas (UNESCO). Los funcionarios dicen que la cifra correcta es del 1%.
Aun así, el porcentaje de norteamericanos que estudian en el exterior es bajísimo si se lo compara con el de otros países. Según la UNESCO, más de 6% de los universitarios noruegos, el 2,5 de los franceses y el 2% de los chinos estudian en el exterior.
Pero la propuesta sería mucho mejor si incluyera planes para incrementar el número de estudiantes extranjeros en Estados Unidos. En este momento, muy pocos de los 623.000 extranjeros que hacen su carrera en universidades estadounidenses -incluyendo a 64.000 provenientes de Latinoamérica y el Caribe- reciben ayuda del gobierno norteamericano. Sólo 0,5% de los estudiantes extranjeros en este país mencionan al gobierno de Estados Unidos como su principal fuente de ayuda financiera, mientras otro 26% dice que sus estudios son pagados principalmente por sus universidades, según el Instituto de Educación Internacional, con sede en Nueva York.
La propuesta de ley sólo añadiría unos 200 estudiantes anuales bajo un programa para comunidades indígenas de México y Centroamérica, y un número adicional -aún a determinarse- de países del Caribe.
Mientras tanto, cada vez más estudiantes universitarios latinoamericanos y caribeños están yendo a Cuba. Según la UNESCO, aunque Estados Unidos sigue siendo el destino principal de los latinoamericanos y caribeños, Cuba ya es el destino principal de estudiantes de cinco países de la región:
Bolivia tiene 4.800 estudiantes universitarios en Cuba, 1.030 en Estados Unidos y 490 en la Argentina.
Paraguay posee 865 estudiantes universitarios en Cuba, 390 en la Argentina y 330 en EE. UU.
Uruguay: 780 estudiantes universitarios en Cuba, 530 en EE. UU. y 500 en la Argentina.
ANDRÉS OPPENHEIMER (*) Especial para «Río Negro»
(*) Analista político argentino. Miami
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