Gomosis del limonero

El síntoma son exudados en tronco y ramas. Cómo prevenirlo y remediarlo.

El Jardín de Casa

Los cítricos en general son plantas que a muchos nos hacen recordar lugares de origen ubicados más “arriba” del río Colorado, o sea de regiones climáticamemnte más templadas que la nuestra del Alto Valle, en el norte de la Patagonia. Quién no guarda el recuerdo del perfume a azahar, especialmente de los naranjos florecidos, pero también de limoneros y otros de su especie. Pero cultivarlos en nuestra región es todo un desafío, ya que únicamente es posible dentro del microclima de una ciudad y, dentro de ella, incluso en lugares protegidos. Afortunadamente muchos “locos por las plantas”, como denomino a los y las “colegas”, tienen el “chip” incorporado. Sabemos que tenemos que buscar un lugar en el jardín que esté protegido especialmente de los vientos fríos cordilleranos que soplan del suroeste… si podemos lograr que le de el sol invernal, mejor. SUELO Además de la ubicación, también debemos prestar atención al suelo, el que debe tener un muy buen drenaje, ya que no soportan el encharcamiento por largos períodos… los cítricos son de zonas pedregosas o al menos arenosas. También deberían ser ligeramente ácidos. Los suelos muy alcalinos o con salitre, muy comunes en nuestra región, producen follaje amarillento y poco desarrollo, lo que se puede remediar agregando azufre en polvo (el de los viñedos), para acidificarlo… una fina capa espolvoreada sobre el suelo en la proyección de la copa y luego incorporada con una leve carpida, es el método que mejor resultado me ha dado. No es tóxico y lentamente, con la humedad del suelo y los riegos, se trasforma en ácido sulfúrico. Pero además, últimamente estoy recibiendo consultas sobre un síntoma que se manifiesta con exudados en el tronco y ramas. EXUDADO DE “GOMA” EXUDADO DE “GOMA” Esto se conoce como “gomosis” y es producido por una serie de hongos patógenos del género fitóftora (Phytophtora spp), que se manifiesta por una exudación en el tronco, el cuello y las ramas principales y en si misma no es perjudicial porque es una defensa del árbol contra la infección. La fitóftora está presente prácticamente en todos los cítricos que se adquieren en los viveros y ellos la controlan injertando las variedades comerciales sobre pies resistentes como el naranjo agrio y el Citrus trifoliata (o Poncirus trifoliata). En nuestros jardines, muchos naranjos obtenidos de semilla no muestran este síntoma por falta del i en el suelo. Pero incluso las plantas injertadas pueden contaminarse si no se toman precauciones porque, de manera parecida a los frutales de carozo, la asfixia radical por excesivo anegamiento de las raíces produce el “caldo de cultivo” para la infección. Los inóculos del hongo se comienzan a producir con temperaturas de entre 20 a 24ºC y excesiva humedad del suelo y se introducen en el árbol por heridas, especialmente las producidas por las dichosas “bordeadoras” y por raíces finas debilitadas por asfixia, incluso en pies resistentes. La enfermedad afecta al cambium y la corteza interna y los exudados se producen en pequeñas rajaduras en la corteza externa. Las lesiones se extienden a lo largo y a lo ancho del árbol, en cuyo caso terminan “ahorcándolo”, especialmente si el tronco es de poco diámetro. Si la infestación es leve y la planta sobrevive, el hongo muere y se termina por cicatrizar la herida, especialmenmte en árboles grandes, que generalmente se ven afectados parcialmente y pueden recuperarse. Nuestra región, tan árida, no es favorable al desarrollo de esta enfermedad pero, para prevenirla, se recomienda plantar bien alto la zona del injerto para evitar el contacto con el suelo, regar temprano a la mañana para dar tiempo a que el tronco se seque antes de la noche, especialmente durante el otoño e invierno y no lastimar la planta con las herramientas. Los focos infecciosos se pueden controlar con “cirugía” hasta la zona sana y aplicando caldo bordelés. Este se puede preparar en casa, siempre en recipientes de plástico, con 1 kilo de sulfato de cobre y 700 gramos de cal viva, disueltos en 100 litros de agua.

Teodorico Hildebrandt eljardin@rionegro.com.ar


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